VALÈNCIA. En Esfera Ingeniería se encuentran en un momento de consolidación. Tras dos años de mucho trabajo y crecimiento, han duplicado tanto su presupuesto como su plantilla, han apostado por la profesionalización de la gestión. «Podemos ser muy buenos en ingeniería y los clientes lo valoran, pero también es importante transmitir la imagen de una empresa seria, estructurada y con una buena organización interna», explica Alejandro Sevilla, socio fundador de Esfera Ingeniería junto con Jesús Escobar.
El objetivo es sentar las bases para impulsar con éxito su expansión nacional e internacional. En la actualidad, Esfera Ingeniería desarrolla proyectos para empresas de sectores tan exigentes como el farmacéutico, químico, cosmética o alimentación y bebidas, principalmente en Valencia y Barcelona, donde tiene sus sedes, pero también en diversas ciudades españolas.
Ahora quieren expandir su radio de acción a toda la Península Ibérica, «en aquellas regiones que tienen una industria potente de los sectores en los que estamos especializados», apunta Juan Ramón Granell, General Manager de Esfera Ingeniería, y después dar el salto a Sudamérica, donde ya cuentan con un equipo propio que está estudiando el terreno, «podemos aportar mucho tanto en tecnología como en experiencia» y desde allí iniciar su internacionalización. Los planes son ambiciosos, tal y como reconoce Adrián Guerra, director de proyectos de la firma.
Para ello cuentan con cinco bazas. Por un lado, un equipo humano muy comprometido. Tal y como reconoce Alejandro Sevilla, «hemos ido todos a una y cuando hay esa implicación es difícil no sacar adelante cada proyecto». En la plantilla de 47 personas, predominan los ingenieros de distintas especialidades, desde automatización de los procesos, eléctrica, mecánica e hidráulica, de calidad y también en informática.
La segunda baza es el nivel tecnológico de sus soluciones. Esfera Ingeniería ofrece industria 4.0 dando la opción a la transformación digital de cada industria, creando fábricas inteligentes capaces de una mayor adaptabilidad a las necesidades y a los procesos de producción. Para ellos, la I+D es una parte importante de su objetivo de crear valor añadido en cada proyecto, porque la especialización en procesos requiere de un muy alto nivel tecnológico y, en especial, de automatización.
Por ejemplo, en estos momentos están incorporando tecnologías como la visión artificial y también están estudiando otras como la realidad aumentada. «Los clientes nos las están pidiendo y nosotros no queremos quedarnos estancados, sino que queremos ir más allá. Porque no vendemos un producto, sino que diseñamos soluciones. Eso hace que los clientes confíen en nosotros», asegura Jesús Escobar.
Otro ejemplo de ese nivel de tecnología es que son la única ingeniería en Valencia que cuenta con una máquina Orbital y personal cualificado para trabajar con ella. Estas máquinas son las únicas permitidas para soldar instalaciones en el sector farmacia, que es el más exigente en cuanto la calidad y la seguridad. «Con Orbital se consigue una soldadura perfecta, extrae tickets como garantía de que cada soldadura es la correcta y hay una trazabilidad porque va todo documentado», explica Adrián Guerra. Una máquina que no solo utilizan para sus proyectos en el sector farma, sino en cada trabajo que realizan, porque estamos hablando de complejas y costosas instalaciones de alta exigencia tecnológica, donde los procesos juegan con la exactitud de las dosis, los tiempos medidos, las limpiezas exhaustivas, el control de la información a tiempo real y la seguridad y las exigencias son muy altas para cumplir con toda la normativa exigible. De hecho, cuentan con estándares propios y regulatorios (GAMP, CFR21) para una plena garantía en términos de seguridad de su personal y del producto y están exhaustivamente probados y cualificados.
A ello se une que han apostado por un servicio de ingeniería 360. Este concepto desde el diseño conceptual del proyecto hasta el servicio postventa y de mantenimiento, pasando por el asesoramiento para optimizar su producción y la mejora de los procesos y servicios. Y todo ello adaptándolo a las necesidades de cada cliente. «No son instalaciones cerradas, sino que son soluciones a medida, diseñamos unidades de producción específicas para cada necesidad», apunta Granell. Para ello, la versatilidad y la flexibilidad son claves. «Nuestro objetivo es ayudar al cliente en todo el proceso, asesorarle y ofrecerle la mejor opción para ellos».
La cuarta baza es contar con unos partners de calidad, como Siemens, «el 80% de la automatización que hacemos es con Siemens y hacemos mucha formación con ellos para estar siempre a la última en sus tecnologías e incorporarlas a nuestros sistemas, porque nos funcionan muy bien», destaca Jesús Escobar.
A todo ello hay que destacar la fidelidad de sus clientes. Según afirma Alejandro Sevilla, tanto los clientes antiguos como los nuevos continúan con ellos y siguen pidiéndoles mejoras en sus sistemas o ampliación de proyectos. «Ese es el mejor termómetro de que las cosas las hacemos bien. Y es que hacer una buena gestión de proyectos es clave para nosotros. Por ejemplo, tenemos un compromiso con el cumplimiento en los plazos de entrega e incluso este año, a pesar de la pandemia, lo hemos mantenido. Y eso te da un prestigio, porque el cliente se siente seguro y puede planificar y sabe cuándo puede comenzar de nuevo su producción».