BRUSELAS, (EP). España es el segundo país de la Unión Europea que detectó y retiró del mercado un mayor número de productos no alimentarios considerados peligrosos para la salud o la seguridad en 2016 (con un total de 224 notificaciones, cerca del 11% del total), según el informe anual del sistema europeo de alerta rápida (RAPEX), publicado este jueves por la Comisión. Sólo Alemania, con 319 notificaciones, se sitúa por delante de España (224) y les sigue en tercer lugar Francia (199).
El de los juguetes ha sido un año más el sector que más alertas provocó (108 en España, 540 en la Unión Europea), seguido de otros como el textil, la electrónica y los vehículos a motor. En el conjunto de los 31 países que participan en el sistema Rapex, el pasado año permitió a las autoridades nacionales notificar 2.044 alertas de productos peligrosos, de las que 1.691 fueron consideradas de alto riesgo.
Esta colaboración generó 3.824 reacciones en el resto de países, por ejemplo la retirada del producto sospechoso, lo que supone casi el doble que el año anterior y prueba, según la Comisión Europea, que las autoridades nacionales participan de manera más activa en el sistema de alerta y están tomando "las medidas necesarias para que el mercado sea más seguro". Alemania es de lejos el país de la Unión Europea cuyas alertas más reacciones provocó en otros socios (1.408), seguido de Portugal (486), Reino Unido (370), España (257) y Grecia (254).
El informe explica la cifra alemana por el tamaño de su industria del motor y a la amplia red de distribución que hace que cuando se detecta un problema en un modelo determinado de vehículo, se producen múltiples acciones de retirada en otros países donde ese modelo está disponible. El informe recoge los datos de 2016, año en el que estalló el escándalo de los dispositivos trucados en los motores diésel de varios modelos de la alemana Volkswagen para falsear sus registros de emisiones contaminantes.
La mayoría de los productos señalados como peligrosos por la red de Rapex procedían de China, que con 1.069 notificaciones copó el 53% de las alertas, seguido por Alemania con 126. Además hubo 158 alertas cuyo origen se desconoce y apenas 24 tuvieron que ver con productos salidos desde España.
La Unión Europea mantiene un diálogo específico con las autoridades chinas para tratar de mejorar las garantías de seguridad de sus importaciones, lo que ha permitido reducir en un 9% las incidencias entre 2015 y 2016, según los datos de Bruselas.
Los productos peligrosos de origen europeo supusieron 468 notificaciones (23 %), a los que hay que sumar 102 notificaciones (5 %) relacionadas con Estados Unidos y 53 (2,6 %) con Turquía.