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POLÍTICOS AL HABLA / OPINIÓN

España en manos de Bildu

8/04/2019 - 

VALÈNCIA. El frenético calendario político de los próximos dos meses ha dibujado un interesante escenario político en nuestra Comunitat. La campaña a las elecciones autonómicas valencianas comenzará el próximo jueves día 11 con el arranque de la campaña de las elecciones nacionales. Ximo Puig y el PSPV decidieron unir su destino al destino de Sánchez a pesar de la pataleta de sus socios de Compromís a los que el adelanto les sonó a cuerno quemado.

Los socialistas han visto en la inevitable desintegración de Podemos una oportunidad. Los votos de la alicaída formación morada pueden nutrir al PSOE en abril, sin bien en mayo podrían recaer en Compromís en la Comunitat a modo de punto intermedio.

La forzada alianza Sánchez-Puig se selló como consecuencia del movimiento tacticista del segundo, quien intenta capitalizar la huida de electores de Podemos y una debilidad manifiesta de los nacionalistas valencianos fuera del terreno de juego municipal. No obstante, dicha alianza pesará los próximos días sobre Puig quien de lo que no podrá huir es de la pregunta de los electores sobre una cuestión nuclear que decidirá muchos votos y que ya decidió en su día el destino de los socialistas andaluces: el futuro de España.

Puig anda silencioso y huidizo sobre la principal noticia de la semana: el apoyo de PNV y Bildu al gobierno de Sánchez a cambio de “desatascar” transferencias y el ánimo manifestado por Otegui de ser un apoyo estable en un nuevo gobierno de los socialistas en España. No sabemos qué opina el President de la Generalitat sobre el hecho que Otegui, Rufián y Junqueras hayan abandonado la política testimonial para multiplicar el valor de sus escaños en el Congreso e hipotecar a España con el respaldo a los decretazos de Sánchez.

Los socialistas han demostrado esta semana que no les duelen prendas en vender a los ciudadanos e intercambiar cromos Bildu a cambio de votos. Los “decretos abertzales” de Sánchez, respaldados en Diputación Permanente en el Congreso por Podemos, ERC, PDeCAT, PNV, Compromís y Bildu pueden hipotecar la democracia de nuestro país y, dicho sea de paso, la conciencia política de la izquierda valenciana. Por loable que sea el contenido de algunos de estos reales decretos, el respaldo de separatistas y batasunos en este momento no saldrá gratis y su convalidación dentro de un mes, tras las elecciones generales, por parte de partidos constitucionalistas hubiera sido lo deseable. No quiero entrar a valorar aquí el contenido de las medidas ideologizadas y directas lanzadas a su electorado conforme a las encuestas que obran en poder del todopoderoso Iván Redondo, por más que alguno como el aprobado este pasado viernes me parezca reconocer su  fracaso como Gobierno por no saber cómo reincorporar a los parados de más edad y los condene a un subsidio vitalicio.

Bildu gana peso en la política nacional de la mano de Sánchez, y a Compromís no le molesta ir de la mano de Otegui para pagar la campaña electoral de la izquierda española. En este escenario me pregunto qué piensan Puig, Oltra y Ribó y si todavía consideran que los valencianos no analizan detenidamente este triste relato. Los “decretos abertzales” han dado alas a los herederos de la banda terrorista, que nunca habían tenido tanta influencia en la política nacional y hoy aspiran a ser clave en la futura gobernabilidad de España. Sus votos endeudan a los españoles económica y democráticamente. La izquierda “abertzale” se siente con poder y de todo ello habrá que pedir cuentas a los socialistas y a Compromís. 

España se encuentra hoy en manos de EH Bildu y la única opción de recobrar la normalidad democrática es sacar a Sánchez y a los socialistas del Gobierno de España pues de lo contrario sus perversas alianzas dañarán de forma considerable la memoria democrática y el futuro de nuestro país. Nuestro debe como servidores públicos es poner los intereses de los ciudadanos por encima de nuestros intereses electorales. ¿Imaginan cuál será la factura que pasará el partido de Otegui a Sánchez? Vender apoyos a cambio de deconstruir nuestro Estado de Derecho y nuestra Constitución es venderla en contra de la igualdad de todos los ciudadanos.  Estas elecciones no pierden unos partidos por encima de otros. Pierden los ciudadanos y la igualdad. Pierden los valencianos a los que les estamos diciendo que su voto vale menos que el votante de BIldu. 

Sobre esta cuestión no he escuchado pronunciarse esta semana a Puig, ni a Oltra ni a Ribó, la pregunta sería: ¿vale la pena vender España por un puñado de votos?

María José Català, candidata del PP a la Alcaldía de València

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