El máximo dirigente de la patronal azulejera avisa que el ritmo de crecimiento tenderá a moderarse este año
BOLONIA (ITALIA). La cerámica española volverá a ser protagonista, en una edición más, de la feria Cersaie de Bolonia, un foro mundial al que las empresas bajo la denominación Tile of Spain llegan cargadas de ilusión, a pesar de un complejo entramado internacional, cargado de nubarrones a raíz de las medidas proteccionistas de algunos mercados, la indefinición de un Brexit de consecuencias inciertas o los conflictos internacionales sometidos a la incertidumbre, entre otras circunstancias adversas que atenazan el tablero mundial.
En este escenario, el presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (Ascer), Vicente Nomdedeu, se estrena en Bolonia al frente de la patronal del sector, aunque atesora una larga trayectoria empresarial que le ha permitido tomar el pulso a esta industria y conocer su desarrollo a lo largo de las últimas décadas. El máximo representante del sector analiza en una entrevista a Plaza Cerámica el momento actual de una industria que dedica a la exportación tres cuartas partes de su producción y que espera, a lo largo de todo este año, un crecimiento que rondará, en valores estimativos, entre el 1,5 y el 1,8%.
“El ritmo de expansión de esta industria tenderá a moderarse este año”, explica Nomdedeu, debido a las convulsiones políticas y comerciales que se están dando en el ámbito internacional, principalmente. En este contexto, deja entrever el daño que ocasionan las decisiones populistas, “contrarias a una estabilidad necesaria para el crecimiento sostenido de las empresas”, indica el máximo representante de las azulejeras españolas, una industria que concentra casi el 80% de su producción en la provincia de Castellón y hoy mantiene indemne su carácter de liderazgo internacional. La producción española de baldosas supone el 3% de toda la producción internacional y se sitúa a la cabeza en cuanto a volumen de exportación en Europa.
“Estar en Cersaie es un momento muy esperado por todos nosotros”, explica el presidente de Ascer, quien avanza que esta feria “será dura” para todos, porque el número de actores se ha multiplicado, la competencia es cada día más feroz y corremos siempre el riesgo de entablar una guerra de precios para ganar cuota de mercado. Para Nomdedeu, la cerámica española tiene claro desde hace tiempo que tiene que apostar por avanzar en los nuevos usos del azulejo, ganar espacios y aportar valor añadido, algo que ya ha venido reportando beneficios a un sector que goza de buena salud y está presente en 187 países.
Cersaie, como el resto de ferias, viene marcando las nuevas tendencias de un sector que ha abierto nuevos campos con la fabricación de grandes piezas y los formatos más pequeños en un alarde de especialización que se podrá contemplar y seguir durante el salón de Bolonia.
"Seguimos creciendo, pero este crecimiento será bastante más sostenido"
La radiografía actual de la cerámica española refleja una ralentización en sus perspectivas de crecimiento, aunque también es cierto que viene de años con destacados ritmos al alza. El sector espera seguir creciendo de manera más moderada hasta final de año, con incrementos del 4,5% en el mercado nacional y un 1,5% en exportación, según las variables que maneja Ascer. “Seguimos creciendo, pero este crecimiento será más sostenido”, puntualiza el presidente de la asociación azulejera.
Sobre el contexto social y político, Nomdedeu da voz a la demanda empresarial de reivindicar un escenario propicio que proteja a la industria. “La actual situación política, en general, no invita a tener la tranquilidad y la certidumbre que se requiere para crecer como veníamos haciéndolo. La situación no es fácil –esgrime- si se gobierna a golpe de decreto y comienzan a tratarse ya las cuestiones que realmente interesan y que tienen que ver con dar seguridad a este sector, marcar con garantías las estrategias y sacar provecho a todas sus fortalezas”.
Para el presidente de Ascer, hay que fomentar el consumo porque “si se frena, se frena el crecimiento”, además de aplicar medidas a medio y largo plazo y no establecerlas al albur de los vaivenes políticos.
Nomdedeu también destaca el interés que el sector azulejero está despertando en los grandes grupos financieros y de inversión. Al respecto, señala que esto se debe, especialmente, a la estrategia de colaboración de empresas más allá de las prácticas de absorción o adquisición. “Es algo que está y seguirá pasando. Hay empresas que han llegado al máximo de su producción, al tope de sus posibilidades, y para seguir creciendo se opta por una ‘economía a escala’ que amplía sus posibilidades”, explica el presidente de Ascer a la hora de valorar la llegada de capital tanto nacional como internacional a este sector.
El presidente de Ascer recuerda que se trata de una industria que ha sabido sortear una crisis importante que en el pasado afectó con enorme virulencia al conjunto de la economía. “El azulejo mostró una gran fortaleza aportando valor, aunque hasta cerca de 60 empresas se quedaron en el camino por la crisis”, de ahí el mérito de un sector que ha superado una situación muy complicada.
"CERCA DE 60 EMPRESAS SE QUEDARON EN EL CAMINO POR LA CRISIS"
En cuanto a los costes energéticos, Nomdedeu recuerda el elevado peso que tiene esta variable en la producción. “Somos grandes clientes consumidores de energía, que ha sabido hacer de la eficiencia uno de sus grandes logros, de ahí que instemos a establecer criterios políticos que nos garanticen un escenario favorable”. En este sentido, el presidente de Ascer alude a flexibilizar la implantación de normativas, ya que con ello se permitirá su futuro cumplimiento sin causar daños en la capacidad de las empresas. Sucede con el nuevo escenario energético previsto en Europa a partir de 2030 o el fin de la vigencia del 50% de las plantas de cogeneración en 2020.
Mientras tanto, el sector mira hoy las distorsiones originadas a raíz de las restricciones en el mercado árabe, las limitaciones en Estados Unidos, la salida del Reino Unido de la UE, el complicado mercado ruso, el empuje de los gigantes asiáticos o de México, como algunas de las amenazas a una industria que llega a Cersaie con la ilusión de mantener y ampliar su actual estatus de calidad y el reconocimiento internacional.