Ponga una edil o un conseller a su mesa y le saldrá con una innovación o una ocurrencia. Es nuestro destino
Cada vez que escucho a uno de nuestros insignes políticos o gestores culturales públicos barajar la idea de abrir un nuevo espacio museístico o un centro cultural “novedoso”, “moderno” e “innovador” en la ciudad, me tiemblan las pestañas. Como no tenemos suficientes y desaprovechados sino que además se solapan en programaciones y proyectos, pero crecen en gestores y personal, pues abramos más. Es una fórmula recurrente. Una especie de mantra para contentar voluntades, aparentar ideas o desvelar ocurrencias. Como estamos tan ligeros de economía y necesitados de más espacios con los que contentar a las bases políticas y, de paso, repartir cargos a través de concursos liofilizados, pues ánimo, más museos institucionales. Igual nos podrían salir gratis gracias a donaciones filántropas o europeas. Pero no. No está previsto y menos para España, que lo debe todo.
Tenemos dos auditorios de primer nivel, uno de ellos cerrado no se sabe hasta cuándo y con la plantilla sublevada gracias a la gestión de la concejala Gloria Tello. A ella, o “su” auditorio, también le soplan la pasta. Tiene a su director en la picota por un concurso de curiosa convocatoria y adjudicación y no sé cuántos museos públicos, muchos de ellos desatendidos. Pero ya estamos pensando en más. Debemos de ser tan ricos e inmenso foro de encuentro cultural que necesitamos más, mucho más.
Por cierto. Lo de Tello es de fiscalía y oficio. Que la edil responsable del Palau de la Música justifique el robo de 5.000 euros en un despacho del auditorio y diga que eso sucede de forma habitual en otros espacios públicos, es como para hacérselo mirar o, simplemente, citarla en fiscalía para que aclare lo que sabe. Después de los 4 millones de la EMT y los 5.000 del Palau de la Música, da la impresión de que el trinque es negocio en esta ciudad y aquí se esconden o lo esconden todo. “Pobre” Ribó, lo que ha de aguantar el buen hombre para tapar tantos escándalos y contratos que a él no le alteran.
No es de extrañar que Gloria Tello, además, rematara la faena añadiendo que el Palau de la Música de Valencia está de moda y por eso le cae todo lo que le tiene que caer, techos incluidos. O sea, estamos más bien demodé y perdiendo abonados. Pero sí sabemos que innovar, innovamos.
No sé de qué se asustan algunos cuando qué mejor forma de innovar ante Europa para ser Capital de la Innovación que nuestro también edil de Compromís, Carlos Galiana. Nos ofreció una nueva forma de interpretación, esto es, suplantar una intervención en ingles para una capitalidad europea. Pon un actor en una concejalía y a innovar, que es lo que sí está de moda. Pues no innovó el teatrero dándose golpes de pecho tras su mascarilla y fingiendo hablar en inglés, o en su día decorando su despacho con arte urbano.
Decía lo de los museos porque ha sido llegar al cargo la nueva directora del IVAM, Nuria Enguita, cantado desde hace meses pese al “concurso” de rigor liofilizado, y poner sobre la mesa un proyecto de nuestra Conselleria de Cultura: montar una nueva sede del IVAM. Nada menos que en el Parque Central. El mismo en el que se han cometido de momento 90 actos vandálicos desde su apertura. ¿Ahí quieren montar un museo o sala de exposiciones? Pues vamos apañados. Nuestra Generalitat aún no ha sido capaz de sacar adelante ese jardín de esculturas a espaldas del IVAM que al día siguiente de ser abierto ya estaba lleno de pintadas- como la que luce en una de las fachadas del Mercado de Ruzafa- y ya nos están montando otro museo, con lo que eso significa de acondicionamiento, seguridad, personal, proyecto, gasto, equilibrio…En fin, Marzá. Tú sabrás de ocurrencias y dónde te metes. Pero no es el momento. Porque digo yo que habrá que acondicionar el espacio del Parque Central para convertirlo en subsede de un museo. Y eso tendrá un coste y unas necesidades. Pregunto con ingenuidad.
Ya nos alentaron los “expertos” de mesa camilla con un museo Sorolla en el Edificio del Reloj del Puerto sin condiciones y nada menos que a pocos metros del mar. Las ocurrencias no son buenas compañeras de viaje. Pero marear sí resulta ocurrente. Menudos gestores. No solucionan los problemas que tienen entre las manos y ya quieren darnos más.
Uno se conformaría simplemente con consolidar lo que ya existe y de paso darle cierto criterio. No sólo contentar acólitos o satisfacer vanidades de ir por casa. Seamos serios, por favor, que no tenemos financiación y menos caja de caudales para tanto cargo público como para hinchar aún más la caja de pandora.
Miren. Antes de plantear más museos ordenen los existentes o cierren y hasta redefinan aquellos que sirven de bien poco. como el MuVIM, un escenario de amigos y proyectos que nadie sabe cómo vestir. Pero ocurrencias, las justas. Vamos sobrados. Y hasta desbordados. Ahora, si lo pagan de su sueldo o patrimonio… ¿No es así, President?