El papel de las farmacias en un mundo cambiante, su postura sobre la venta de productos de dudosa eficacia terapéutica, el auge de los movimientos antivacunas, el estado de las relaciones con la administración... de todo eso habla en esta entrevista Jaime Giner, presidente de los farmacéuticos valencianos
VALENCIA.- Es el colegio profesional más antiguo del mundo, con 575 años de historia y una sede emblemática en el centro de Valencia. Frente a una centenaria mesa de madera, el presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos (Micof) Jaime Giner admite que su cargo es un orgullo, «pero también una gran responsabilidad». Sus retos más inmediatos son el copago autonómico, la inserción en la atención primaria y las terapias naturistas.
—El Micof es una organización con pasado, pero ¿hacia dónde se encamina su futuro?
—La función actual de la farmacia es prescriptora, centrada en el cuidado de las personas. El sistema sanitario también está dirigiéndose hacia la prevención, porque es esencial contribuir al empoderamiento del paciente. Un enfermo crónico con 50 años, cuya esperanza de vida es de 80, puede requerir de especialistas durante treinta años y genera un gasto insostenible para el sistema. Es mejor que conozca su enfermedad, sepa cuidar de sí mismo y decida cuándo necesita ir al farmacéutico.
—¿Cuál es su postura al respecto de las terapias naturistas?
—Las considero positivas y respetables como medicinas alternativas, siempre dejando claro que no son sustitutivas. Cuando se tiene una enfermedad declarada, cualquier medicación natural pasa por no abandonar el tratamiento médico recetado. Ahora bien, en enfermedades suaves, es el propio médico quien aconseja que se tomen infusiones o que se apueste por prácticas naturales.
—¿Apoya entonces la homeopatía, presente en numerosas farmacias?
—Mi opinión particular no es representativa de todo el colectivo. Como presidente, diré que hay parte del Colegio que sí y otra que no. En estos momentos nos encontramos con que las directivas europeas consideran la homeopatía como medicamento, por lo que estamos obligados a dispensarla a nuestros usuarios. Debe estar en la farmacia, creamos o no creamos, porque la ley nos obliga.
—¿Han ofrecido formación colegial sobre este tipo de prácticas?
—Sí, hemos ofrecido. Consideramos que desde el momento en el que entra un paciente preguntando, porque ha leído a través de internet y está empoderado, el farmacéutico debe saber cómo responder a sus dudas con la mayor eficacia. Le guste o no. En el mostrador cada cual aplicará su criterio.
—¿Y qué le parece la corriente que apuesta por dejar de lado las vacunas?
—Me parece una barbaridad. Gracias a las vacunas hemos erradicado grandes enfermedades en España. Como todo medicamento, puede producir efectos secundarios, pero históricamente está demostrado que han salvado muchas vidas. Abandonar las vacunas no es una corriente del ámbito sanitario, sino de gente que quiere vivir en el mundo de la naturaleza.
—¿Es necesario destinar más fondos a la investigación farmacéutica en España?
—Investigación es inversión. No podemos estar en la situación actual, en la que tenemos a todos nuestros investigadores fuera, y luego dependemos del exterior. En Valencia solamente se puede investigar en la Universitat. También es importante apostar por la innovación en sistema de salud, servicios profesionales, protocolos de actuación... Aunque es una investigación menos espectacular, conlleva que se consuma menos en el sistema sanitario.
—¿Cómo está funcionando el copago implantado por la Generalitat?
—La Administración nos pidió colaboración para subvencionar los medicamentos, y nosotros aceptamos, pese a que nos cuesta un sacrificio grande. Adelantamos ese dinero y ahora (principios de julio) estamos con un mes de impago, lo que equivale a 90 millones de euros. Se ha demostrado durante la crisis que la farmacia ha estado con el enfermo, no hemos dejado a nadie sin su medicina, pese a pasarlo tan mal como lo hemos pasado, con retrasos de hasta seis meses en los cobros. Hasta el 90% de nuestros ingresos depende de ello. La Administración nos dice que no tiene ni un euro. Lo atribuyen a la infrafinanciación, que es real, pero entonces habrá que hacer algo.
—¿Están empezando a salir de la crisis las farmacias?
—Aún hay farmacias con patrimonio embargado. El trabajo no ha disminuido, pero las ventas sí han caído en valor económico hasta un 25%. Esto quiere decir que no reajustas personal ni estructura, pero ingresas menos. Mucha gente se piensa que los precios están subiendo ahora, pero es que ha-bían caído tanto que el rebote es normal. Se dice que las farmacias tienen un margen del 30% y no es así: el beneficio neto real está entre el 7% y el 10%. Imagínate si te dejan de pagar un mes.
«Queremos convertir las oficinas de farmacia, las que quieran y estén dispuestas, en centros de vacunación»
—¿Por qué hubo un punto en el que se bloquearon las negociaciones del convenio farmacéutico con la nueva Administración valenciana?
—Empezamos las negociaciones en septiembre, se rompieron en mayo y se retomaron en julio. No queríamos un convenio meramente económico, como históricamente ha pasado, sino que tuviera connotaciones sociales y sanitarias. Aunque también ha habido desencuentro monetario. Ellos querían introducirnos la ley de Hacienda, lo que apenas nos permitía reclamar intereses de demora en los pagos, pero no estábamos dispuestos y finalmente no ha sido así. El otro punto de discordia era la inclusión del profesional farmacéutico en la atención domiciliaria mediante un marco regulador.
—Lo que vendría a ser integrar la farmacia en el sistema de salud autonómico.
—Eso es, que nos integremos y seamos parte, siempre coordinados con el médico. Ellos no aceptaron incluirlo en el convenio, pero nos han prometido una ley. Queremos confiar pero llevamos así desde el 2004. Otra de nuestras propuestas es convertir las oficinas de farmacia que estén dispuestas en centros de vacunación. Que se pueda contratar a un enfermero, a un médico o tener a un farmacéutico formado para ello.
—¿Cree que debería limitarse el número de plazas de Farmacia en la universidad?
—Suena muy duro. Lo que tengo claro es que no deben salir de las universidades muchos más profesionales de los que la sociedad necesita, porque eso desvirtúa la profesión. Pero de ahí a negarle la posibilidad de estudiar a una persona... Quizá me centraría más en limitar los medios.
—¿Tienen intereses comunes con Medicina o Enfermería? ¿Trabajan en sintonía?
—Tenemos una buena relación con Mercedes Hurtado, Juanjo Tirado, Paco Beltrán... Nos reunimos también en la Unión Profesional Sanitaria (UPA) de todas las provincias y queremos empezar a hacer actos conjuntos el próximo curso. Tenemos muy clara la premisa de que el farmacéutico no debe estar fuera de la puerta del hospital o del centro sanitario, sino dentro.
* Este artículo se publicó en el número 24 de la revista Plaza (octubre/2016)
El Micof, en colaboración con la Dirección General de Farmacia, recomiendan que la ciudadanía no done medicamentos porque puede ser contraproducente para la salud.