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opinión

Los estímulos del Banco Popular de China y su impacto en los mercados de valores

Foto: JÖRG CARSTENSEN/DPA
30/09/2024 - 

La situación de China y su revuelta economía es un asunto que hemos tratado en diversas ocasiones en esta tribuna. Ahora, en un momento en el que la atención en los mercados parecía estar en las actuaciones de política monetaria de los principales bancos centrales del mundo, hemos visto como el Banco Popular de China (PBOC) ha acaparado la atención global con una serie de medidas que buscan estabilizar la economía del gigante asiático, robando protagonismo a otras entidades como la Reserva Federal, el Banco Central Europeo o al Banco de Japón.

En medio de un panorama económico complejo, donde el consumo es débil, el sector inmobiliario se tambalea y la producción industrial se estanca, China enfrenta el desafío de cumplir con su objetivo de crecimiento del 5% en 2024. La amenaza de deflación añade presión a las autoridades, que intentan contener el deterioro económico con estímulos monetarios. Estas dificultades ya han tenido efectos en otras economías, afectando sectores como el lujo y el automóvil.

Los intentos anteriores del Gobierno chino para reactivar la economía han sido infructuosos, en gran medida por ser considerados insuficientes para inspirar confianza. Sin embargo, las medidas más recientes podrían marcar un punto de inflexión. Si bien persiste el escepticismo, el anuncio más reciente se percibe como más robusto y con mayor capacidad para cambiar la narrativa económica. Con la Reserva Federal de Estados Unidos también recortando tasas en términos históricos, el PBOC ha encontrado una ventana de oportunidad para anunciar sus estímulos.

La compleja situación económica de China

Como hemos explicado en anteriores ocasiones, China enfrenta una tormenta perfecta en su economía. El consumo interno no logra despegar y la desaceleración del sector inmobiliario, un pilar clave del crecimiento del país durante las últimas décadas, se ha convertido en una crisis. Además, la producción industrial está estancada, mientras que la caída de los precios al consumidor y el temor a una deflación generalizada han sembrado dudas sobre las perspectivas de crecimiento del país. A nivel global, estos problemas han impactado en sectores clave para Europa, como el del lujo, que depende en gran medida de los consumidores chinos, y el automotriz, afectado por las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos.

El riesgo de deflación ha hecho sonar las alarmas entre los economistas e inversores, y varios bancos, como Goldman Sachs y UBS, han reducido sus previsiones de crecimiento para China. La falta de confianza en el mercado ha sido palpable, lo que ha obligado al gobierno de Xi Jinping a responder con urgencia.

Los estímulos del Banco Popular de China

En un intento de dar un giro a la situación, el Banco Popular de China anunció una serie de medidas expansivas. Entre ellas, la reducción del tipo de recompra a siete días en 20 puntos básicos, lo que representa una inyección de liquidez significativa para el sistema financiero. También se recortó el coeficiente de reservas obligatorias para los principales bancos estatales del 10% al 9,5%, liberando así el equivalente a aproximadamente 142.000 millones de dólares para que los bancos puedan ofrecer más crédito. Estas medidas, junto con la reducción de tipos de interés en los préstamos hipotecarios existentes, podrían aliviar parte de la presión que enfrenta el mercado inmobiliario chino, que ha sido uno de los principales focos de la desaceleración.

Otra de las decisiones destacadas fue la apertura de préstamos a intermediarios financieros para respaldar activos de riesgo y estimular los índices locales. Además, se introdujo un paquete de apoyo al sector inmobiliario que incluye la reducción del pago inicial para la compra de segundas viviendas y el otorgamiento de préstamos a empresas estatales para la adquisición de propiedades no vendidas. Esta iniciativa busca reactivar el mercado de bienes raíces, un sector que ha sufrido un colapso tras años de crecimiento explosivo.

Estas medidas han tenido un impacto inmediato en los mercados financieros. El índice CSI-300, que agrupa a las principales empresas cotizadas en China, experimentó un rebote del 4% en la sesión del martes 24, tras varios meses de caídas. Este repunte también se ha visto reflejado en otros mercados asiáticos, que recibieron con optimismo las señales de que el gobierno chino está dispuesto a tomar medidas más agresivas para evitar una desaceleración prolongada.

Impacto global de las medidas del PBOC

Si bien las medidas anunciadas han generado un alivio temporal en los mercados, las dudas persisten sobre si serán suficientes para revertir el curso de la economía china en el largo plazo. Algunos críticos señalan que las medidas actuales son desesperadas y que el gobierno chino se verá obligado a recurrir a más estímulos en los próximos meses. De hecho, la economía china sigue en una trayectoria de desaceleración, y las políticas de estímulo por sí solas pueden no ser capaces de solucionar los problemas estructurales subyacentes.

El impacto de la economía china no se limita a sus fronteras. Como segunda economía más grande del mundo, las decisiones de Pekín influyen en los mercados globales. Por ejemplo y como ya hemos mencionado, los sectores de lujo y automovilístico europeos dependen en gran medida de la demanda china, por lo que una estabilización de la economía del país asiático podría beneficiar a las empresas occidentales. Al mismo tiempo, las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos, como la reciente imposición de aranceles del 100% a los vehículos eléctricos chinos e incluso la prohibición de importarlos, añaden una capa de incertidumbre sobre las relaciones comerciales futuras y el impacto en la demanda global.

La economía china se encuentra en una encrucijada. A corto plazo, las medidas de estímulo pueden ofrecer un respiro, pero para asegurar un crecimiento sostenido, es probable que se necesiten más acciones tanto en el ámbito monetario como en el estructural. A medida que los inversores sigan de cerca la evolución de la economía china, las decisiones del PBOC continuarán marcando el pulso de los mercados globales en los próximos meses.

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