palabras llanas / OPINIÓN

Esto es España

15/11/2024 - 

28 de octubre, empieza a llover en la provincia de Valencia.

29 de octubre, comienza la tragedia. A media tarde comienzan a desbordarse los barrancos y la riada ya es imparable, los municipios aguas abajo están condenados.

No entraré aquí en quién y cómo, o cómo no, se avisó a la población. El desastre ya está hecho y ya pediremos las responsabilidades pertinentes y espero que se asuman. Porque en este desastre algunos han sido culpables por omisión y dejación de funciones y otros responsables por ineptitud.

El agua vino cargada de lodo, destrucción y muerte, pero también de la demostración de que ante las mayores catástrofes Valencia y España se ponen en pie y caminan como un solo hombre, para ayudar a sus compatriotas.

Mientras los unos y los otros dilucidaban quien, y como tenía que actuar, mientras unos estaban noqueados y otros hacían gala de su irresponsabilidad, de su prepotencia y de su chulería, el pueblo actuó.

¿Quién de ustedes si ve a alguien atrapado en un incendio le dice que si quiere ayuda que la pida?

Lo que harían ustedes es buscar un extintor o una manguera para sacarlo de las llamas.

Pues eso es lo que han hecho decenas de miles de voluntarios anónimos, buscar extintores y mangueras hasta en el infierno para ayudar a los miles de valencianos que lo necesitaban y organizar una revuelta sin precedentes. Una revuelta pacífica, solidaria y salvadora.

Los voluntarios anónimos, muchos de ellos muy jóvenes, solo necesitaron unas pocas horas para montar un dispositivo de ayuda impensable unas horas antes.

Y mientras tanto, el que disponía no solo de los mejores extintores y mangueras, sino de todo un ejército para usarlos, no apareció ni les permitió usarlos. Bueno, en realidad él si apareció, pero desapareció a los pocos minutos. ¿Conocen la frase de “el valor se le supone” ?, pues en este caso es mucho suponer.

Lo cierto es que esta tragedia nos ha puesto sobre la mesa que muchas cosas que dábamos por supuestas, no eran tal.

Además de lo anteriormente dicho, también suponíamos que algunos responsables directos de nuestra seguridad ante una emergencia sabían lo que tenían entre manos. Otra vez fue mucho suponer.

Como también fue mucho suponer que algunos sabrían gestionar y empatizar con las víctimas y sus familiares.

Como vemos, muchas cosas que dábamos por supuestas no lo fueron.

Y, sin embargo, lo que sí fue y confirmó lo que ya sabemos, fue la reacción casi inmediata de España entera.

Y dos semanas después, cuando aún el lodo cubre las calles de algunos de esos pueblos y las casas de muchos valencianos, el que tenía guardados los extintores y las mangueras y no daba la orden de desplazarse a los que podían usarlas, nos pide que aplaudamos.

Miles de ciudadanos, venidos de toda España, llevan días y días usando sus manos sin descanso, pero no para aplaudir, están usando sus manos para sacar barro y lodo de calles y casas, para descargar cajas y cajas de ayuda y para, en definitiva, llevar algo de esperanza a la desesperanza de muchísimas familias que lo han perdido todo, algunos incluso a sus seres queridos.

Señores, esto es España, y no un personaje de altos vuelos que repito, es incapaz de sacar un extintor o una manguera cuando alguien se está quemando.

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