VALÈNCIA. El portavoz socialista en Les Corts Valencianes y vicesecretario general (número dos) del PSPV-PSOE, Manolo Mata, ha vuelto a situarse en el centro de la polémica de la política valenciana. El motivo, su decisión de asumir la codefensa del empresario Jaime Febrer, supuesto cabecilla de la trama de corrupción urbanística con cobro de mordidas que se indaga en la segunda fase del caso Azud.
Hasta ahí, todo sería normal teniendo en cuenta que el dirigente socialista -y reputado penalista- compatibiliza su ejercicio político con el de la abogacía desde el año pasado cuando renunció a la dedicación exclusiva y, precisamente, asumió la defensa de dos de sus compañeros socialistas, Lucas Ferrando y Víctor Jiménez, en el caso Alquería.
No obstante, cabe recordar que en Azud se encuentran implicados diversos excargos de su partido como el hasta hace poco subdelegado del Gobierno en la provincia Rafael Rubio (PSPV), que al igual que el propio Febrer y el exvicealcalde de València Alfonso Grau, en este caso del PP, se encuentra en prisión preventiva desde el pasado 15 de mayo por riesgo de destrucción de pruebas.
Rubio no es el único referente socialista implicado, también se encuentra investigado en la causa el histórico exsecretario de Finanzas del PSPV, Pepe Cataluña, y el director jurídico de Divalterra, José Luis Vera, fuertemente vinculado a la formación socialista.
Una decisión, la de implicarse en la defensa de Febrer, que a luz de estos hechos ha generado una sensación de estupor e incluso malestar en buena parte de los dirigentes del PSPV consultados, que la mezclaban con un halo de resignación propia de los que conocen al portavoz socialista desde años. "Ya sabes cómo es Manolo", era la frase más repetida, a la que algunos añadían que el también abogado siempre ha llevado adosada cierta etiqueta -pese a sus 61 años- de "enfant terrible" del socialismo valenciano.
"Siempre ha hecho cosas que a otros no se nos habrían tolerado", comentaba a este diario un cargo socialista, quien recordaba la carta de dimisión presentada al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en 2016 cuando se produjo la revuelta contra Pedro Sánchez que terminó con el adiós del entonces secretario general. Una dimisión que el jefe del Consell rechazó, puesto que Mata, pese haber sido tu rival en procesos pasados, se ha convertido en una de sus personas de confianza desde la formación del Botànic en 2015.
No obstante, algunos dirigentes opinan que, en este caso, la maniobra de Mata es un "paso en falso". Es más, hay quien especula con que su cada vez mayor protagonismo en cuestiones relacionadas con la práctica de la abogacía obedecen a su deseo de dejar Les Corts. Otros, opinan que terminará por abandonar la defensa de Febrer más pronto que tarde.
"Es legal, compatible con mis cargos, ético e incluso estético. Se me propuso y he decidido que lo acepto", señaló Mata durante la rueda de prensa de la Junta de Síndics de este miércoles. En este sentido, el síndic del PSPV en Les Corts mantiene una estrecha relación con el principal abogado del empresario, Miguel Vergara, con quien ha colaborado en diversos asuntos judiciales desde hace años. Una vinculación a la que atribuye la procedencia de la oferta de llevar la codefensa de Febrer.
El portavoz socialista quiso dejar claro que no ha sido "una decisión de partido", sino personal, y que "nadie" le pidió que fuera a visitar al empresario a la prisión, circunstancia publicada por Las Provincias que hizo saltar la liebre. "Sé que cuando la tomo puede ser un lío", reconoció. Mata hizo hincapié en que como parlamentario sin dedicación exclusiva cumple "escrupulosamente" con sus incompatibilidades, que son no llevar pleitos contra la Generalitat o a su favor. Incluso prometió que renunciaría a la defensa si se produce el "menor riesgo" de que su labor política afecta al proceso o si en algún momento su papel como abogado "perjudica mucho" a alguien que estima. "Si esto tuviera que ver con el Botànic entre 2015 y 2021, no lo hubiera aceptado, muy a mi pesar", añadió.