La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) ha celebrado la "decisión histórica" del pleno del Parlamento Europeo al respaldar el uso de las nuevas técnicas genómicas (NGT), en "la misma línea" que habían votado anteriormente las Comisiones de Agricultura y de Medio Ambiente. Así, ha considerado que el sector agrario europeo obtiene así "otra victoria" en las instituciones comunitarias motivada por el "largo e intenso trabajo reivindicativo" de las organizaciones profesionales.
AVA-Asaja, tanto de manera directa como a través de Asaja, el COPA-COGECA y la Alianza por una Agricultura Sostenible (ALAS), ha liderado una "duradera" campaña informativa y reivindicativa dirigida a los representantes políticos con competencias en agricultura, ha destacado la organización en un comunicado.
El presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado, ha considerado "increíble" que el CRISPR, "un invento de un alicantino, Francis Mojica", se hubiese "aplicado exitosamente en todas las potencias agrarias del mundo excepto en el continente en el que se creó".
En esta línea, ha resaltado que esta tecnología permitirá a la UE "subirse por fin al tren de la innovación" y obtener cultivos "mejor adaptados al cambio climático, con menos necesidades de productos fitosanitarios y más económicos para el bolsillo de los consumidores". "Es una medida beneficiosa no solo para el campo, sino para el conjunto de la sociedad europea", ha insistido.
Para AVA-Asaja, la aprobación de regulación de las Nuevas Técnicas Genómicas marca "un paso trascendental" para el sector agroalimentario europeo, al evitar que "se quede atrás" en materia de innovación tecnológica frente a los países competidores. El CRISPR resulta la herramienta "más eficaz" en el camino hacia una agricultura más sostenible y productiva, ha apuntado Aguado.
En este marco, AVA-Asaja ha apuntado que este era "uno de los compromisos adquiridos" por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, con el COPA-COGECA, que incluye la organización española Asaja, en el transcurso de la reunión del pasado 1 de febrero en Bruselas.
Sin embargo, ha reiterado la necesidad de "cumplir otras promesas lanzadas" como "simplificar" la Política Agrícola Común (PAC) antes del próximo Consejo de Agricultura Europeo, no cerrar el acuerdo de Mercosur sin garantizar las cláusulas espejo o cambiar el estatus del lobo a especie cinegética, entre otras reivindicaciones que garanticen "una rentabilidad digna".
ONG ecologistas lamentan el anuncio de relajar las restricciones a los plaguicidas
Greenpeace y SEO/Birdlife han lamentado el anuncio de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, de retirar parte de la legislación europea que pretendía reducir el uso de plaguicidas en la agricultura, ante las demandas de las protestas agrarias.
Para Greenpeace, es inconcebible que la primera medida de supuesto "apoyo" al sector agrario tras sus protestas "consista paradójicamente en envenenar el campo". "Este tipo de anuncios contribuyen al descrédito de nuestra agricultura en lugar de protegerla", ha indicado Helena Moreno, responsable de agricultura de Greenpeace.
"Entendemos y apoyamos numerosas reivindicaciones del sector agrario; por eso no comprendemos que se les quiera hacer este regalo envenenado", ha añadido. "Este anuncio no es un apoyo a los agricultores, asfixiados por la diferencia de precios entre la producción y la venta o por la competencia desleal, sino un regalo para el lobby agroindustrial", ha concluido
Según la organización ecologista, los plaguicidas son un "grave problema ambiental", tanto para la biodiversidad como para la contaminación de suelos y aguas. Pero además son un problema para la salud de los agricultores y una amenaza para el modelo de negocio de los productores, por el fuerte rechazo que generan entre los consumidores.
Greenpeace recuerda estudios que señalan el "enorme coste", no solo social y humano, sino económico de estas sustancias en la agricultura europea. Estas fuentes apuntan a un coste anual de unos 2.300 millones de euros --tratamiento de enfermedades, descontaminación de aguas, subvenciones que reciben los fabricantes de plaguicidas, exenciones fiscales, etc--. Según la entidad ecologista, este coste es más del doble de los beneficios empresariales de este sector, de unos 900 millones netos en la UE.