VALÈNCIA (EP). El producto interior bruto (PIB) de la zona euro creció a un ritmo del 0,3% en el primer trimestre de 2024, lo que permitió a la región dejar atrás la recesión, después de la contracción del 0,1% en los dos últimos trimestres de 2023, según el dato preliminar publicado este martes por Eurostat.
En el caso de los precios, la evolución de la inflación interanual refleja una menor caída interanual del coste de la energía, que en abril moderó su bajada al 0,6% desde el retroceso del 1,8% en marzo, mientras que los alimentos frescos se encarecieron un 1,3%, después de haber bajado un 0,5% el mes pasado.
No obstante, el aumento anual del coste de los servicios se ha relajado en abril al 3,7% después de haberse mantenido en el 4% durante los cinco meses anteriores, mientras que la subida del precio de los bienes industriales no energéticos se atenuó al 0,9% desde el 1,1%.
De este modo, la tasa de inflación de la zona euro al descontar el impacto de la energía habría sido del 2,7%, frente al 2,9% de marzo de 2024, mientras que al excluir también los alimentos, el alcohol y el tabaco, la tasa subyacente habría bajado al 2,7% desde el 2,9%.
Entre los países de la eurozona, las menores lecturas interanuales de inflación en abril corresponden a Lituania (0,4%), Finlandia (0,6%) e Italia (1%), mientras que las subidas de precios más intensas se han registrado en Bélgica (4,9%), Croacia (4,7%), Austria y España (3,4% cada uno).
De este modo, el diferencial de precios desfavorable a España respecto de la eurozona se ha ampliado en una décima, hasta un punto porcentual.
En este sentido, Bert Colijn, economista senior para la eurozona de ING Research, considera que "está surgiendo un panorama más confuso sobre la inflación a medida que nos acercamos al objetivo del 2%" dado que el crecimiento del PIB anunciado este martes ha sido mayor de lo esperado, demostrando que la demanda interna sigue ofreciendo signos de recuperación, lo que podría hacer que la inflación sea más persistente.
De tal modo, si bien el BCE presume habitualmente de su dependencia de los datos, para las próximas decisiones sobre tipos "realmente lo será", ya que la lectura de inflación de abril supone "una advertencia" de que la entidad tendrá cuidado con los recortes de tipos y puede que se tome su tiempo para normalizarlos.
"Con una economía que muestra signos de recuperación y un desempleo en mínimos históricos, el BCE puede permitirse el lujo de hacerlo", afirma Colijn, que sigue esperando un primer recorte de tipos en junio, pero anticipa que el BCE "se mantendrá extremadamente cauteloso".
Al mismo tiempo que el dato preliminar de inflación del mes de abril, Eurostat ha publicado la primera lectura del crecimiento del PIB de la eurozona entre enero y marzo, cuando la zona euro creció a un ritmo del 0,3%, lo que permitió a la región dejar atrás la recesión, después de la contracción del 0,1% en los dos últimos trimestres de 2023, y superar las expectativas del mercado.
Asimismo, para el conjunto de la Unión Europea (UE), el crecimiento del PIB entre enero y marzo se aceleró al 0,3% después del estancamiento observado en el cuarto y el tercer trimestre del año pasado.
En comparación con el primer trimestre de 2023, el crecimiento del PIB de la zona euro fue del 0,4%, mientras que para los Veintisiete fue del 0,5%.
Entre los Estados miembros de los que se disponía de datos para el primer trimestre de 2024, Irlanda (+1,1%) registró el mayor aumento del PIB en comparación con el trimestre anterior, seguida de Letonia, Lituania y Hungría (todos +0,8%).
De su lado, Suecia (-0,1%) fue el único Estado miembro que registró una disminución del PIB en comparación con el trimestre anterior.
Entre las principales economías de la UE, España volvió a liderar la expansión, con un crecimiento del PIB del 0,7% en el primer trimestre, frente al 0,2% de Alemania y Francia, mientras que Italia creció un 0,3%.
En general, el sur de Europa parece haber vuelto a superar al norte, apunta Bert Colijn, para quien los alentadores datos del PIB del primer trimestre encaminan a la eurozona hacia una tasa de crecimiento mejor de lo esperado para 2024, junto con una inflación que sigue siendo relativamente benigna y u desempleo en mínimos históricos.
"El entorno económico en la eurozona está mirando hacia arriba", resume, aunque advierte de que no se debe exagerar, ya que, a diferencia de lo ocurrido después de la pandemia, no se está gestando una recuperación vigorosa y la economía aún sufre una demanda global débil, mientras que los salarios reales no han recuperado los niveles de 2021 y todavía se está ajustando los tipos de interés.
De su lado, Alexander Valentin, economista senior de Oxford Economics, destaca que la expansión fue amplia entre las grandes economías de la eurozona en el primer trimestre. "Creemos que esto marca un punto de inflexión después de la leve recesión del segundo semestre de 2023", ha destacado
"El PIB registró el mayor crecimiento en más de un año y la inflación subyacente siguió disminuyendo (...) La continua tendencia desinflacionaria que finalmente ha comenzado a incluir la inflación de los servicios proporcionará más terreno para un ciclo de recortes del BCE que comenzará en junio", apunta.