VALÈNCIA (EP). El doctor Pedro Rollán, cardiólogo y director médico de Vithas València 9 de Octubre, ha advertido de que el alcohol provoca una mayor eliminación de líquidos, lo que unido a las altas temperaturas propias del verano "aumenta considerablemente el riesgo de deshidratación". "Playa y alcohol son una muy mala combinación", recalca el doctor Julián Ruiz Baixauli, especialista en medicina interna y coordinador de Urgencias en Vithas Valencia 9 de Octubre.
"Durante estos meses se pierde mucho líquido, lo que provoca una bajada de la tensión arterial que puede traducirse en mareos", explica el doctor Gurgen Harutyunyan, médico de Urgencias en Vithas València 9 de Octubre. Si a esta circunstancia, sufrida por toda la población, se suman factores que van a potenciar la eliminación de líquidos, como el consumo de alcohol, y, además, lo hacen personas que ya asumen por necesidad pérdida de líquidos "extra", como aquellas que se medican para controlar una tensión arterial alta, el riesgo de deshidratación se eleva.
En este sentido, y en relación a las precauciones que se deben tomar en torno al consumo de alcohol en verano, deberán ser especialmente cuidadosos aquellos que "se medican con fármacos betabloqueantes para controlar su tensión arterial, ya que son más propensos a sufrir cuadros de hipotensión en verano", recalca Ruiz Baixauli.
Respecto a la deshidratación que puede ser potenciada por el consumo de alcohol, el doctor Manuel Angoso, responsable de la Unidad de Chequeos de Vithas València 9 de Octubre y coordinador de medicina interna en Vithas València Consuelo, añade que "cualquier proceso de deshidratación puede producir bajadas importantes de tensión arterial, en particular en aquellos que están tomando tratamiento antihipertensivo o incrementar el riesgo posteriormente de producir piedras en el riñón". "Por eso es frecuente que muchos de estos pacientes tengan ataques de litiasis renal al finalizar el verano", añade al respecto.
La Fundación Española del Corazón (FEC) recuerda que el verano suele venir acompañado de un aumento en el consumo del alcohol, especialmente entre los más jóvenes. La ingesta excesiva y brusca de bebidas alcohólicas puede provocar una aceleración del ritmo cardiaco, lo que se conoce como el síndrome del corazón en vacaciones.
El síndrome del corazón en vacaciones se diagnosticó por primera vez en el año 1978 y está relacionado con el consumo excesivo de alcohol en un día determinado. Se trata de una arritmia supraventricular que se da generalmente en las aurículas y suele producirse en personas sanas, jóvenes y sin historia previa de arritmias.
"Es cierto que no sabemos de forma exhaustiva cómo se desarrolla esta arritmia; pero sí existe certeza médica de que el alcohol se comporta como una sustancia tóxica en el corazón", argumenta Rollán. En este sentido, añade, "acortar tiempos en su consumo y subir la cantidad se traduce en un incremento de los niveles de adrenalina y noradrenalina, dos hormonas causantes de una aceleración del ritmo cardiaco".
Dificultad al respirar, mareo, dolor torácico y palpitaciones suelen alertar del síndrome del corazón en vacaciones. "Normalmente desaparecen los síntomas, cuando el cuerpo ha metabolizado el alcohol", afirma Rollán. Pero, en algunos casos, la arritmia puede derivar en fibrilación auricular o ser síntoma de un accidente cardiovascular grave como un infarto. "Si no remiten, sin duda lo más recomendable es acudir a las urgencias del hospital más cercano", concluye.