Expertos señalan que el ejercicio físico previene las recaídas en el cáncer y aumenta la supervivencia

5/10/2023 - 

VALÈNCIA (EP). El ejercicio físico durante el tratamiento oncológico tiene numerosos beneficios como que, por ejemplo, "previene recaídas de la enfermedad, aumenta la supervivencia y reduce el riesgo de mortalidad por cáncer", según ha señalado la directora del Curso de Experto en Ejercicio Físico y Cáncer de la Universidad de Madrid, Lidia B. Alejo, durante la Iª Jornada Ejercicio Físico y Cáncer.

Durante esta jornada, organizada por el Grupo GEICAM de Investigación en Cáncer de Mama, el Consejo General de Colegios Oficiales de Licenciados en Educación Física y en Ciencias de la Actividad Física (Consejo COLEF) y la Universidad Europea de Madrid, han resaltado los beneficios del ejercicio físico durante un proceso oncológico.

En esta línea, la coordinadora del Programa de Ejercicio Físico en Oncología de GEICAM, María Alonso, ha subrayado que la última revisión de expertos del American College of Sports Medicine (ACSM) demuestra que el ejercicio reduce el riesgo de padecer siete tipos de cáncer y contribuye a mejorar la supervivencia en cáncer de mama, colon y próstata.

La recomendación internacional sobre la práctica de ejercicio físico para prevenir el riesgo de padecer estos tumores indica que hay que realizar entre 150 y 300 minutos de actividad física moderada a la semana o entre 75 y 150 minutos de actividad vigorosa.

No obstante, los expertos han advertido que es necesario que la prescripción de actividad física en pacientes con cáncer sea realizada en las consultas médicas. En este sentido, María Alonso ha destacado la importancia de la individualización del entrenamiento en personas en un proceso oncológico, que pasa por tener en cuenta patologías previas que pueda tener el paciente, lesiones y preferencias, importante este último punto para la adherencia al ejercicio, además de los efectos secundarios que pueda padecer a consecuencia de la enfermedad y los tratamientos.

En lo que respecta a la fase de recuperación de los pacientes con cáncer, el ejercicio puede tener efectos positivos en lo relativo al impacto de los efectos secundarios, de modo que contribuye a la mejora de la fatiga crónica, la ansiedad y la depresión, ayuda a prevenir el linfedema, la neuropatía periférica, la sarcopenia y los problemas de sueño.

Además, hasta el momento se cuenta con resultados prometedores en cuanto a la mejora de los síntomas relacionados con la caquexia, la disfunción cognitiva y la cardiotoxicidad, según se ha expuesto durante la jornada.

Relación del ejercicio físico con el sistema inmunitario y el cáncer

La actividad física también puede tener un impacto en el sistema inmune fortaleciendo su capacidad para luchar contra el cáncer ya que el músculo produce sustancias que ayudan al sistema inmune, según ha detallado el catedrático de Fisiología en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Europea de Madrid, el doctor Alejandro Lucía.

"Estudios actuales demuestran que el ejercicio hace aumentar la acción de las células Natural Killer (NK), que tienen una función de inmunovigilancia que actúa contra los tumores", ha afirmado.

Según este experto, está comprobado que "la práctica de ejercicio regular rejuvenece las células T, con función anticancerosa; aumenta la capacidad citotóxica de las células NK en general, disminuye la inflamación crónica (gracias a las IL-6), y aumenta el número de células inmunes dentro del tumor".

No obstante, el doctor Lucía ha indicado que las células tumorales van mutando para burlar la inmunovigilancia, por lo que tener un mayor número de células inmunes dentro del tumor gracias al ejercicio "no garantiza la destrucción del mismo". Sin embargo, podría ser útil en combinación con la inmunoterapia, de modo que los pacientes que reciben este tratamiento podrían responder mejor al mismo con la práctica de ejercicio físico, a pesar de que es necesario seguir investigando en esta línea para poder tener más evidencia al respecto.

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