ALICANTE. La firma alicantina de extrusión de aluminio Extrusax, especializada en la fabricación de perfilados, capeó durante el ejercicio 2020 tanto las nuevas condiciones del Brexit para la exportación al Reino Unido como el impacto de la pandemia en el comercio internacional, y pese a que cedió un porcentaje testimonial de su volumen de negocio (el 75% del cual depende de la exportación), logró mejorar nada menos que un 30% su beneficio a final de año, por encima de los 4 millones de euros.
Así lo recogen las cuentas anuales de Extrusión de Sax para el ejercicio 2020, depositadas en el Registro Mercantil y consultadas por este diario. La empresa facturó prácticamente 90 millones de euros (89,99 millones) durante el año de la pandemia, un 4% menos que en 2019, cuando fueron 93,75 millones de euros. No obstante, según indica la memoria, la caída de la cifra de negocio no se debió tanto a una menor actividad sino a una reducción de los precios del producto. De hecho, la contención en el gasto en la adquisición de materia prima permitió a la firma mejorar su resultado de explotación, de 4 a 5 millones.
La caída del negocio de Extrusax, con todo, fue inferior a la prevista por la propia empresa en 2020, cuando anticipaba una caída en torno al 8,5% que finalmente fue cuatro puntos y medio menor. La presencia de la empresa sajeña en multitud de mercados internacionales permitió compensar con unos las dificultades que iban apareciendo en otros, dado que la evolución de la pandemia (y de las restricciones asociadas) fue bastante dispar. En el caso concreto del Reino Unido, la empresa no se vio penalizada por el Brexit y siguió vendiendo con normalidad más allá de los cambios burocráticos pertinentes.
Así, la empresa logró cerrar el ejercicio de la pandemia con un resultado neto de 4,14 millones de euros, un beneficio después de impuestos un 30% superior al del ejercicio 2019, cuando el resultado al cierre del ejercicio fue de 3,12 millones de euros. Los administradores de la sociedad decidieron destinar el beneficio íntegro a fortalecer sus reservas voluntarias y de capitalización, y Extrusax no repartió dividendos a cuenta durante el ejercicio.
El informe de gestión anticipaba para 2021 una cifra de negocios similar a la de 2020, teniendo en cuenta que no se produjesen variaciones bruscas en la cotización del aluminio en la Bolsa de Metales de Londres (en lo que va de año, sin embargo, el aluminio se ha revalorizado un 46%). La mercantil mantiene su presencia en países como Alemania, Francia, Italia, Reino Unido, Bélgica, Holanda, Portugal, Suecia y Dinamarca. El mercado nacional aporta el 25% de los ingresos, y el europeo, el 75% restante. En cuanto a los diferentes sectores, las ventas se reparten entre la construcción (45%), industria (25%), electrónica, renovables y transporte, muebles o iluminación.
Así, aunque el ejercicio fue similar al anterior en cuanto a unidades producidas y vendidas, la facturación retrocedió por el menor valor de las materias primas, especialmente en la primera mitad del año. No obstante, se consiguió en todo momento mantener los volúmenes productivos normales, con una estabilidad del 100% en la plantilla (de unos 300 empleados) sin recurrir a ERTE ni otros mecanismos de reducción de personal. Tampoco hubo que pedir financiación extraordinaria.
El informe de gestión adjunto a las cuentas señala también que la pandemia ha permitido reivindicar al aluminio como "el metal del futuro, imprescindible para la economía circular y el desarrollo industrial sostenible", ya que ha surgido en nuevos sectores reemplazando a otros metales, principalmente en la fabricación de vehículos eléctricos. Así, Extrusax ha diseñado un plan de crecimiento basado en la reducción de emisiones de CO2 que contempla un incremento del 25% en la capacidad productiva de la firma a cuatro años vista, con una inversión superior a los 10 millones de euros.