Un estudio recuerda una labor poco recordada del escritor
Prometeo: cuando Blasco Ibáñez montó su propia editorial
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VALÈNCIA. Marinette Gascó, fallecida hoy, tenía 97 años y había nacido en París, donde sus padres se habían instalado atraídos por la vida literaria y artística de la capital del Sena. Ya en Madrid se diplomó como profesora en la Escuela Central de Idiomas, donde impartiría clases de francés durante más de 40 años en un Instituto de Idiomas.
Tras jubilarse, se instaló en Valencia en la casa a la que había acudido la familia todos los veranos y dedicó su vida a las actividades culturales y literarias.
En estos 28 años de residencia en Valencia, fue presidenta de la Asociación Vicente Blasco Ibáñez, dedicada a promocionar las obras del escritor valenciano y también de la Asociación de “Amics del Marítim”, donde recuperó, impulsó y organizó anualmente la Travesía a Nado al Puerto de Valencia, entre otras muchas actividades.
Publicó un libro, “Mis vivencias en tiempos de guerra” en las que recogía sus experiencias de adolescente en la Guerra Civil española y en la II Guerra Mundial.
En el año 2011, y siendo presidenta de la Asociación Blasco Ibáñez, donó al Ayuntamiento de Valencia la extensa correspondencia que su padre, el escritor y hombre de letras valenciano, Emilio Gascó Contell, mantuvo con el propio Blasco, del que fue biógrafo. El Ayuntamiento le dedicaría una calle en Valencia a Emilio Gascó Contell, ubicada en las inmediaciones de la Avenida Blasco Ibáñez.
Marinette siempre estuvo influida por los círculos literarios y culturales en los que se movía su padre. Su biografía estuvo marcada por dos hechos determinantes:
Las guerras, lo que obligó a la familia a trasladarse varias veces de residencia de una ciudad a otra y a volver luego a Francia. Posteriormente a la invasión alemana de Francia, para su protección Marinette regresaría a España (sin sus padres, que estaban exiliados) para residir en el Madrid de postguerra junto a otros familiares.
Desde que se trasladó a Valencia mantuvo una gran vinculación con el barrio del Cabañal (su padre había nacido en el Grao de Valencia), donde ejerció una labor muy fecunda en actividades culturales y deportivas, de las que se alejó en los últimos años por motivos de edad. Era viuda y tenía un hijo, seis nietos y 8 bisnietos.