CASTELLÓ. Farlise aterriza este sábado en el Auditori de Castelló para presentarse ante la sociedad castellonense. Aunque, en realidad a la mitad de sus integrantes ya se les conoce. Han formado parte de algunas de las bandas locales más importantes de las últimas décadas: Morcillo el Bellaco y Los Rítmicos, Los Romeos, Las Auténticas, Burning o Yei Yi & Co. Juan Carlos Tomás, Juan de Ribera y José Boix son unos veteranos de la música, pero esta vez subirán al escenario, junto a Vega Tomás y Mar Caballer, como nunca antes lo han hecho. Presentan un proyecto musical en el que no hay cantantes. Ellos, ellas y sus instrumentos bastan.
"Es una espinita que tenía clavada. Soy consciente del riesgo que conlleva, pero por eso hemos trabajado mucho el directo. La parte visual, que acompaña la música, tendrá mucha fuerza. Así esperamos que el público se olvide más fácilmente de que no hay un cantante en el escenario", explica Juan Carlos Tomás, quien es el artífice de este proyecto.
Tenía el músico muchas composiciones guardadas y un día decidió junto a su hija Vega sacarlas del cajón. Probaron algunas ideas y terminaron integrando a Juan Rivera, uno de los pianistas más conocidos de jazz de Castellón, a su 'experimento'. Más tarde, como la cosa funcionó completaron la banda con Mar y José. Un tándem en el que artistas emergentes y consagrados se dan la mano para simplemente hacer música. "No es habitual que entre generaciones más jóvenes guste esta música, pero Vega y Mar tienen la mente muy abierta. Me consta que lo están disfrutando", cuenta Tomás.
Farlise propone una música llena de matices pensada para emocionar. Música sin fronteras ni etiquetas que pueda encajar en cualquier lugar. Su primer tema, 'Marmelade', es una combinación de sonidos retro donde los aires surferos, al puro estilo Tarantino, se entrelaza con pasajes atmosféricos, electrónicos e incluso momentos ochenteros. "Se trata de uno de los temas más directos, pero el single no describe con exactitud todo el repertorio. Habrá piezas más experimentales e incluso canciones más largas", avanza Tomás.
En cualquier caso, el futuro del grupo no está ni planificado ni pensado. Tras el concierto, la idea es publicar un álbum, pero no tienen ningún calendario marcado. Su principal objetivo es, de momento, este primer directo. Un concierto que debido a su envergadura es difícil que vaya a repetirse. Además de la parte musical, se trata de un espectáculo con proyecciones, para las que han contado con la ayuda de Lluna Gago, y una cuidada programación de iluminación.
"Ha sido una actuación muy costosa de preparar. Tenemos que agradecer que el Auditorio (a través del Institut Valencià de Cultura) haya apostado por nosotros. Cuando un grupo es más conocido, es más fácil llevar este tipo de locuras al escenario. Pero en este caso, aunque tenemos una trayectoria, es arriesgado. Somos conscientes de que será difícil moverlo a más partes", reconoce Juan Carlos Tomás. Sea como sea, el deseo del músico era poder ver terminado algún día su trabajo y está a punto de hacerlo. Las guitarras, bajos, pianos, teclados, clarinetes y baterías están a punto de darlo todo sobre el escenario.