VALÈNCIA. La revisión del modelo de dispensación de medicamentos a los centros socio-sanitarios en la Comunitat Valenciana que será recogido próximamente en un decreto da la oportunidad de perfeccionar el sistema hasta ahora vigente, donde las oficinas de farmacia pueden abastecer de medicamentos a las residencias privadas de menos de cien camas.
Así lo cree, Jaime Giner, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Valencia (Micof), desde donde preparan alegaciones para el proyecto de decreto por el que se regula la ordenación de la prestación farmacéutica en los centros sociosanitarios de la Comunitat Valenciana y que salía a información pública la pasada semana. La intención es que sean las farmacias más próximas a las residencias las encargadas de dispensar los medicamentos a éstas, pensando en preservar las oficinas en zonas rurales o más despobladas.
"El proyecto definido por Sanidad se acopla a lo que habíamos hablado, pero hay temas que necesitamos aclarar", apunta el presidente del Micof, aludiendo al concepto de zona farmacéutica, quien asegura que, al menos, el modelo que quería implantar la exconsellera de Sanidad Carmen Monton está más que superado.
Aunque a priori parece que el concepto de zona farmacéutica se definiría acorde al departamento de salud donde se encuentran farmacia y residencia, Giner cree que se debería unificar con la de las guardias. "Hay que preservar el mantenimiento de las farmacias en zonas rurales, que en ocasiones no atienden a las residencias de sus zonas", recuerda y hace referencia a centros de poblaciones reducidas que son atendidos por oficinas de la capital al estar en el mismo departamento.
"Hay que tener mucho cuidado con las zonas rurales", insiste, y recuerda que, en los momentos de urgencia, son éstas las que acaban afrontando lo problemas cuando los medicamentos se los dispensan desde otro lugar. "Hay que fomentar la máxima calidad que podamos implementar en el servicio y eso creemos que lo da la proximidad", señala Giner.
En este sentido se intenta combatir las cifras que esgrimía el equipo de la exconsellera Carmen Montón para cambiar radicalmente el modelo, y es que la mitad del gasto de medicamentos en residencias se reparte entre el 1,5% de farmacias. Esto supone unas 40 farmacias de las 2.350 de la red de la Comunitat abarcaría un importe de gasto en fármacos de las residencias privadas de 36,5 millones de euros -según datos de 2017-.
"No se puede concentrar la dispensación de medicamentos a residencias en negocios oscuros y es algo que hemos denunciado desde el colegio", recuerda el presidente del Micof. "Queremos que el modelo esté diseñado de forma transparente, porque una mayor lejanía entre las residencias y las oficinas de farmacia lleva a un gestión mala de los medicamentos al generar un consumo superior a lo necesario", recalca y apunta a que hay grandes grupos de centros socio-sanitarios que realizan acuerdos con determinadas farmacias, un modelo que no consideran el más adecuado.
