Feria Valencia vuelve a coger forma: nuevo consejo de administración a la espera de dirección

VALÈNCIA. Feria Valencia avanza en su nueva etapa tras la aprobación este jueves del nuevo consejo de administración del ente con el nuevo Gobierno autonómico presidido por Carlos Mazón. Y es que, se han sucedido numerosos acontecimientos en el ente ferial en los últimos meses. Desde empezar a operar como empresa pública en el mes de mayo tras un largo proceso de reconversión, a la marcha del último director general, Enrique Soto.

La portavoz del Consell, Ruth Merino, adelantaba tras el pleno del Consell que la primera reunión de la institución ferial será "inminente" para avanzar en la hoja de ruta "para poner en marcha como se merece" Feria Valencia. Previa al inicio de actividad de esta nueva etapa, han cesado a los anteriores consejeros, para dar entrada a los que conformarán el nuevo equipo director, a la espera de un director general tras la marcha de soto. 

A partir de ahora, la presidente la ocupará Nuria Montes, como titular de la Conselleria de Comercio y Turismo. En el consejo estará presente Felipe Carrasco, de Instituciones Feriales. Mª Isabel Sáez, de Comercio, Manuel Rosalén, de Industria u Esther Cáceres, de Internacionalización. También Eusebio Monzó, de Sector Público, Cristina Moreno, de Turismo, Mª Eugenia Vives, de Cultura y Javier Benito Goerlich, de Agricultura.

También Mª José Catalá, como alcaldesa del Ayuntamiento de València y Vicente Mompó, como presidente de la diputación. A éstos se suman Alejandro Bermejo, de Cámara València y Mª Dolores Guillamón, presidenta de la Cámara de Castellón. También Eva Blasco y Luis Martí, de la CEV, y Elena Lumbreras, con las competencias de ferias comerciales.

Cabe recordar que Feria Valencia cerró el pasado ejercicio de 2022 con unas pérdidas de 2,2 millones de euros por su actividad ordinaria como consecuencia de la cancelación del certamen Cevisama y la escalada de los costes. Unas cuentas que también incluían, al margen de la actividad de la feria de ese año y como parte del proceso de conversión a empresa pública, la deuda de 108 millones de euros acumulada a lo largo de los años por la construcción del recinto, que elevan el apartado de pérdidas contables hasta los 111 millones de euros.

Unas cuentas que recogían unos ingresos de explotación de 20,2 millones de euros, 3,6 veces más que en 2021, cuando en plena pandemia los ingresos de explotación quedaron en 5,6 millones. El último año previo a la Covid, 2019, los ingresos de explotación fueron de 23 millones de euros. No obstante, los 'números rojos' llegan a los 2,2 millones de euros frente al beneficio de 2,2 millones en 2019.