VALÈNCIA. Expectación entre los trabajadores de la factoría de Ford en Almussafes. La dirección ha emplazado en la tarde de este viernes a los sindicatos a una reunión urgente el próximo lunes para abordar el futuro de la planta valenciana. Un encuentro que ha agudizado, aún más, el nerviosismo en una fábrica sacudida por los ajustes laborales por la escasez mundial de semiconductores y que ve como la multinacional anuncia importantes inversiones en EEUU, mientras se mantiene el mutismo sobre Almussafes. Y ello, en un entorno de convulsión en el mercado automovilístico mundial y con prácticamente la mayoría de modelos que fabrica la planta valenciana a punto de concluir su ciclo de vida.
Aunque los sindicatos reconocen desconocer el contenido del encuentro, que se producirá sobre las 15 horas del lunes, lo cierto es que ha generado suspense. Desde UGT subrayan que llevan meses reclamando una cita para analizar el futuro de la factoría, por lo que más pronto que tarde esperaban que el encuentro se produjera porque la coyuntura actual así lo requería. El vigente convenio colectivo expira en diciembre de este año y los sindicatos quieren empezar la negociación para dar mayor seguridad laboral y mirar hacia el futuro.
Eso sí, no se prevén anuncios de calado, sino más bien un análisis de la situación. "Somos conscientes de la situación que se está viviendo en las fábricas de Ford en Europa con muchos paros acumulados por la crisis de los microchips. No se vislumbra en el horizonte ningún anuncio o comunicación que pudiéramos valorar cómo positiva", explican a este diario desde UGT.
El escenario en la factoría valenciana es de incertidumbre total. La firma del óvalo anunciaba esta semana una inversión de 11.400 millones de dólares para la puesta en marcha de cuatro nuevas plantas en EEUU que fabricarán vehículos eléctricos. Una apuesta que contrasta con la falta de noticias en la planta valenciana en un momento de vaivenes en la automoción y con Ford cerrando plantas en países históricos para su producción como Brasil. "Cualquier noticia que se produce en torno a Ford se mira con lupa y genera expectación, aunque hay desconocimiento de las connotaciones que pueda tener esa inversión para nosotros", apuntan fuentes sindicales.
Precisamente, la falta de inversión y nuevos encargos es un tema que preocupa, y mucho. Cuatro de los cinco modelos que actualmente se fabrican en Almussafes están en su ciclo final de vida y no hay todavía cambios en el horizonte. Y es que, a excepción del Kuga, tanto el Mondeo, el S-MAX, el Galaxy o la furgoneta Connect tienen fijado en 2024 el fin de su producción en Almussafes, lo que genera mucha incertidumbre en la planta, especialmente por la cercanía de la fecha.
Los nuevos encargos se anuncian con años de antelación para preparar las líneas de producción y acometer las inversiones necesarias para su puesta en marcha y en Almussafes ven correr el calendario sin buenas nuevas.
Pero, además, la factoría se enfrenta a la difícil coyuntura derivada de la crisis de los microchips, que ha provocado una drástica caída en la producción mundial. Según los datos del Clúster de la Automoción en la Comunitat Valenciana (AVIA), la escasez de semiconductores ha provocado que entre el primer y segundo trimestre de este año se hayan dejado de fabricar en el mundo cerca de 2,27 millones de vehículos, mientras que en Europa el recorte ha sido de 466.000 coches durante ese periodo. Solo en España, de enero a mayo, la bajada de la producción ha sido de 232.000 unidades, lo que se traduce en una caída de la fabricación de 1.550 unidades al día.
En la fábrica valenciana, este desabastecimiento ha abocado en los últimos meses a encadenar Expedientes de Regulación de Empleo Temporal (ERTE). Sin esas piezas, la fabricación se ha tenido que detener porque su suministro es imprescindible para garantizar el correcto funcionamiento eléctrico del vehículo. Una escasez que también ha resentido la actividad en otras plantas españolas como la de Seat en Martorell o la del grupo Stellantis en Vigo (antes PSA Peugeot Citroën).
El último ajuste laboral, consecuencia de esta situación, se hacia oficial este jueves, cuando la dirección comunicaba a los sindicatos un nuevo ERTE en la factoría valenciana hasta finales de año. Así, en los tres meses que quedan para cerrar 2021, la actividad en vehículos se suspenderá durante 33 días, mientras que en motores serán 15 días. Los primeros paros empezarán la próxima semana y afectarán a la producción entre el 4 y hasta el 23 de diciembre, confirman a este diario fuentes de UGT.
Este pasado viernes se volvían a reunir ambas partes en una jornada en la que UGT y dirección cerraban un acuerdo sobre las condiciones económicas y sociales para los trabajadores. Aunque en un principio, Ford hizo una propuesta que revisaba a la baja las prestaciones, finalmente se consiguió mantener las mismas que las negociadas en otros expedientes: el 80% de salario real diario y el 100 % de las pagas extraordinarias, de la gratificación especial, de las vacaciones y del complemento de antigüedad. Pero, aún así, la fábrica sigue en vilo y a la espera de anuncios que den un futuro a medio y largo plazo a la factoría.