Hoy es 16 de octubre
Nunca me ha gustado demasiado la sección de Política de los medios de comunicación. En gran medida, porque lo que me interesa del gremio de la gestión administrativa es el efecto que tiene en la sociedad. También se cocina con el ingrediente de los intereses particulares, con lo cual la misma fuente puede informarte de una cosa un día, sin que tenga que aparecer su nombre, en lo que mi oficio conoce como off the record, y desmentírtela al día siguiente como fuente oficial, con toda su carga de apellidos y grandes gestos de actor de cine mudo. Por último, genera también esa brizna, de colosales proporciones, de envanecimiento que tanto lastra mi profesión. Todos queremos ser Woodward y Bernstein, los dos redactores del Washington Post que desvelaron el Watergate, y en ocasiones, tendemos a comparar la caída en desgracia de un concejal de pueblo con la dimisión forzada del presidente de los Estados Unidos. Qué vamos a hacerle, los trabajos en los que aparece la firma del autor acarrean implícita una sobrecarga de ego.
Les he soltado la misma turra con la que una amiga me ha bombardeado esta mañana de martes (para mí, ayer para ustedes) para evidenciar que no soy ningún experto en la materia. Pero me da la impresión de que, frente al transfuguismo, que es un movimiento fácil de entender para todos menos para quienes resultan beneficiados, no se habla demasiado del fuego amigo. En el ámbito que nos atañe, consiste en que el perjuicio que el miembro de un partido político procede de sus mismas filas. Esta semana hemos asistido a dos presuntos casos. Por un lado, el borrado del concejal de Fiestas de Alicante, Manolo Jiménez, de las listas electorales para los próximos comicios municipales. Ya lo han leído por aquí, una cuestión de asignar tareas pagadas con dinero público a dedo a gente de confianza privada, otra de las asignaturas que no entra en la EBAU para acceder a un cargo. Por el otro, la apertura de juicio oral contra el candidato por el Partido Popular a la Alcaldía de Orihuela, Pepe Vegara, quien se enfrenta a siete años de cárcel y una multa de 5,2 millones de euros bajo la acusación de haber aumentado fraudulentamente los gastos de su empresa para conseguir una rebaja fiscal de más de un millón de euros. Ambos tiroteados militan en el PP. Ambos tiroteos parecen proceder del PP. Fuego amigo.
Es cierto que el periodismo vive de estas cosas. No hay duda de que la mejor información sobre cualquier asunto o persona procede, lógicamente, de su entorno más cercano. Lo que sucede es que también demuestra el ínfimo interés por la gestión pública que guía los pasos de quienes, precisamente, opositan a la gestión pública mediante el voto democrático. Si ambos casos fueran un ejemplo de fuego amigo, significaría que existen personas dentro del PP (y para este argumento, créanme que dan igual las siglas) que quieren ocupar el puesto que deja Manolo Jiménez o que no va a dejar Pepe Vegara pese a los estatutos de su partido (para esta apostilla sí valen las siglas). Competitividad pura. Economía doméstica. Un puesto bien retribuido para, al menos, cuatro años. Ese hedor a cieno que suele desprender la política de cercanía, como el que se levanta cuando cavas demasiado en la arena de la playa y te das cuenta de que ese no es el camino idóneo para llegar a tu destino. Sea el que sea.
@Faroimpostor