Hoy es 5 de octubre
VALÈNCIA (EP). El funeral de la reina Isabel II ha propiciado que Felipe VI y el Rey emérito vuelvan a coincidir en un acto público por primera vez desde que Don Juan Carlos se instaló en Emiratos Árabes Unidos (EAU) en agosto de 2020 y tras el encuentro que mantuvieron el pasado 23 de mayo en Zarzuela con motivo de la primera visita del que fuera monarca a España.
Ambos han sido invitados expresamente por la familia real británica, Don Felipe en su calidad de jefe de Estado y Don Juan Carlos como ex jefe de Estado, junto a sus respectivas consortes, Doña Letizia y Doña Sofía. No obstante, su traslado a Londres será por separado.
Los Reyes, junto con Doña Sofía y acompañados por el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, volarán el domingo en un vuelo de la Fuerza Aérea española mientras que el emérito tendrá que trasladarse hasta la capital británica por sus propios medios.
Ya en su visita del pasado mayo a España Don Juan Carlos se desplazó en un jet privado, por lo que también podría ser esta la opción si bien las autoridades británicas han pedido evitar este medio en lo posible para evitar saturar el aeropuerto de Heathrow.
No obstante, aunque no viajen juntos ambos coincidirán ya antes del funeral en la recepción que el nuevo rey Carlos III brindará a los invitados más ilustres el domingo por la tarde en el Palacio de Buckingham, entre los que estarán el presidente estadounidense, Joe Biden, o el francés, Emmanuel Macron.
Al día siguiente, los Reyes y los eméritos asistirán al funeral de la que fuera monarca durante siete décadas en la Abadía de Westminster. Desde Zarzuela han hecho especial hincapié en que todo lo relativo al protocolo y la logística le corresponde a las autoridades británicas y por tanto no tienen nada que ver con la organización del acto.
A falta de detalles, se da prácticamente por hecho que, ateniendo a las prácticas de protocolo, Don Felipe, como jefe de Estado, estará sentado en las primeras filas, mientras que en el caso de Don Juan Carlos, estará en un lugar menos destacado, ya que su invitación es a título personal.
Precisamente ese es el argumento al que se ha aferrado el Gobierno para dejar claro que el emérito no viaja a Londres en representación de España. La portavoz, Isabel Rodríguez, evitó hacer ningún tipo de valoración por la presencia de Don Juan Carlos si bien recalcó que el jefe de Estado es Don Felipe y por tanto es él quien encabeza la representación.
Tras su abdicación en junio de 2014, Don Juan Carlos siguió realizando actos institucionales hasta que en mayo de 2019 informó por carta al Rey de su plan de abandonar la vida pública desde el 2 de junio. Desde entonces, ambos solo fueron vistos juntos fue con motivo del funeral de la infanta Pilar, hermana del emérito, en enero de 2020.
Aunque a priori el emérito veía su traslado al país del golfo Pérsico como algo temporal y pese a que finalmente a que su panorama judicial quedó finalmente despejado a principios de año, en marzo notificó oficialmente su decisión de hacer de Emiratos su residencia permanente y de viajar periódicamente a España de visita.
La primera de esas visitas tuvo lugar el pasado 19 de mayo. Don Juan Carlos voló desde Abu Dhabi hasta Vigo para poder asistir a una regata en Sanxenxo en la que participaba su embarcación, el 'Bribón'. Aquí se alojó en casa de su amigo Pedro Campos, presidente del club náutico de la localidad gallega, y durante los tres días que permaneció sus movimientos fueron seguidos con gran atención por numerosos medios y también ciudadanos.
Antes de regresar a Emiratos, el emérito realizó una visita de once horas a la que fue su residencia durante casi seis décadas. Aquí, tuvo ocasión de mantener "un amplio tiempo de conversación" con Don Felipe, al que no había visto desde su marcha, que la Casa del Rey no quiso cuantificar.
Desde Zarzuela no se dieron muchos detalles del contenido de la discusión, más allá de que ambos tuvieron ocasión de abordar "cuestiones familiares así como sobre distintos acontecimientos y sus consecuencias en la sociedad española" desde que el emérito se trasladó al país del Golfo, dando a entender así que habrían hablado del revuelo ocasionado por las investigaciones abiertas contra el que fuera monarca.
Además, en su comunicado, la Casa del Rey dejó traslucir su malestar por la manera en que había transcurrido la primera visita a España, recordándole que en su carta a Felipe VI de marzo le había informado de su decisión "de organizar su vida personal y su lugar de residencia en ámbitos de carácter privado" cuando regresara a España con vistas a poder seguir disfrutando "de la mayor privacidad posible", repitiendo palabra por palabra el contenido de la misiva.
El mensaje debió de calar porque Don Juan Carlos, que había hecho saber a través de su entorno su intención de regresar en junio, no ha regresado en estos meses y tampoco ha anunciado nuevas fechas para su siguiente visita.
Con todo, no ha querido dejar pasar la oportunidad de volver a ser visto en público, si bien también hay que tener en cuenta que con Isabel II le unen lazos familiares. Ambos son tataranietos de la reina Victoria de Inglaterra, como también lo es Doña Sofía y lo era el Duque de Edimburgo.
El funeral también servirá de reencuentro entre Don Juan Carlos y Doña Sofía, quien en todo este tiempo no ha viajado a Emiratos a visitarle, como sí han hecho la infanta Elena y la infanta Cristina. Ambos se vieron durante el almuerzo familiar celebrado en mayo en la visita a Zarzuela, si bien en aquella ocasión la Reina emérita estaba con COVID-19 y tuvo que permanecer apartada junto a una ventana y con mascarilla.
Desde Zarzuela han informado que ambos se alojarán en el mismo hotel durante su estancia en Londres por "razones de carácter logístico y organizativo", mientras que los Reyes se alojarán en la residencia del embajador español, José Pascual Marcos.
Por otra parte, al contrario de lo que ocurre con los Reyes, es muy probable que Don Juan Carlos y Doña Sofía se sienten juntos durante el funeral por cuestiones de protocolo, ya que la invitación de la Reina emérita es como consorte de un antiguo jefe de Estado.