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tribuna libre / OPINIÓN

Fútbol, nacionalismo i després Catalunya

Foto: EFE
27/04/2018 - 

El camino inverso o memorias de Joaquín Maldonado es un libro atrevido. Nada frívolo. Justo con la historia. Narra la memoria de una época histórica, la española, extrañada, barbarizada y osificada. No hace ninguna mención al fútbol. Invita a la reflexión. La estructura literaria del texto no es excesiva, pero narra en tercera persona la historia del levantamiento militar del 36 en nuestra ciudad. Supera las 155 páginas. 

El desencadenante al problema de identidad nacional que derivó en un "chupinazo", y posterior derramamiento de sangre entre las dos Españas, es anterior a la Guerra civil. El imperio se desmoronaba a causa de la pérdida de Cuba y Filipinas. Entraba en acción la generación del 98. La España blanca contra la negra. Miguel de Unamuno-Zuloaga frente a Blasco Ibáñez-Sorolla. La Castilla religiosa contra el Mediterráneo pagano. La luz frente a la oscuridad. La España que hemos heredado es la diseñada en el siglo XIX decía recientemente Josep Lluís Albiñana en una reciente entrevistaEspaña necesita un enemigo y, la historia repite a Cataluña como mayor benefactor. ¿España cómo problema?, o el problema es España. Raúl Conde escribía que "la principal víctima del centralismo no es Cataluña, sino la España interior. La falta de voluntad política del estado condena a esta región histórica, Castilla, seguir fuera de la agenda".

Los medios de comunicación madrileños han focalizado el procés catalán en un formato de reality show, con nominaciones diarias, expulsiones y chascarrillos de juzgado. Encender la televisión o abrir un diario madrileño es muy aburrido. Sólo el master de Cifuentes, como intermedio, ha servido para distraernos. Ahora toca preguntarse lo siguiente. ¿Cataluña como problema?, o Cataluña es el problema. 

"Todas las parejas son extrañas o todas las parejas son la extraña pareja", recitaba el escritor Carlos MarzalReleyendo uno de sus artículos sobre parejas literarias, contaba la primera visita que le hizo Jose Luis Panero a Joan Vinyoli. "Según parece lo visitó en su casa de Barcelona. Conversando en armonía tan civilizados bebiendo whisky,  uno hablaba en catalán y el otro le respondía en español"Hoy España y Cataluña no entienden ese lenguaje.

A pocos días de comenzar la Copa del mundo de Rusia, deseo con ímpetu que los medios madrileños rebajen la tensión del a por ellos y vuelvan a colocar al fútbol en su lugar, sea por las victorias de la roja o por las noticias alocadas de los gamberros de turno. Las pensiones de nuestros mayores está visto que no sirven como distracción, pero sí el fútbol y Cataluña.

Quizá los asesores de Rajoy y Puigdemont deberían resucitar como pareja política a ambos dirigentes en el próximo mundial de Rusia y rememorar aquel encuentro entre los escritores Jose Luis Borges y Amorim, en un partido de selecciones. Jugaban Argentina-Uruguay, "y yo sentía íntimamente que él –que era uruguayo– deseaba que ganara nuestra selección y a mí me pasaba a la inversa. Tal vez por la amistad y el respeto por el amigo, que ambos profesábamos". 

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