VALÈNCIA. El Ayuntamiento de Gandia incorporará 2,1 millones de euros, provenientes del remanente de tesorería del ejercicio anterior, al presupuesto municipal de 2021. Según han explicado desde el consistorio, el objetivo de esta dotación económica será paliar los efectos de la pandemia. Cabe recordar que la administración cerró el 2020 en positivo y este año dispone de 8'5 millones de euros extra.
Por ello, la administración local ha decidido actuar en los sectores productivos con una aportación municipal de 404.700 euros en las ayudas Paréntesis del Plan Resistir que, junto a las aportaciones del gobierno autonómico y la Diputació de València, suponen un total de 2,7 millones de euros. De este dinero en subvenciones, el consistorio ya ha concedido 1,3 millones de euros. Sin embargo, considera que algunos sectores económicos han podido quedar fuera de esta línea de ayudas, por lo que está estudiando nuevas convocatorias para agotar el crédito sobrante.
Además, parte del remanente de 2020, concretamente 670.000 euros, irá destinado al comercio local. En este eje de actuación se incluyen los bonos de consumo del comercio local, con medio millón de euros; el Market Place, con 70.000 euros; y 100.000 euros para ayudar al sector del ocio nocturno.
El ayuntamiento también tiene previsto inyectar parte de la liquidación positiva del año pasado en ayudas a las familias. Lo hará a través de la partida de Bienestar social, que para 2021 ya contemplaba 1,4 millones de euros. Así pues, se incrementará con 250.000 euros más en prestaciones económicas, lo que supone que la partida se aumentará un 1,4% más respecto del año anterior. Sanidad será otro de los ejes que se verá reforzado con una dotación de 75.000 euros para la compra de material sanitario y de protección contra la covid-19.
Finalmente, el consistorio destinará 700.000 euros para el personal municipal, ya que, según explican, han tenido que hacer un "esfuerzo extraordinario", con servicios esenciales como el de la Policía Local. Así pues, este dinero iría destinado a hacer frente al pago de las horas extras que han tenido que hacer y a la contratación de más personal.
"Hablamos de una destacada inyección económica para poder atender todo ese gasto extra generado por la crisis de la covid-19 y afrontar las consecuencias de la pandemia. Este año, como el año pasado seguiremos atendiendo la emergencia sanitaria sin generar ni un céntimo de deuda a la ciudadanía", ha explicado el regidor de Economía y Hacienda, Salvador Gregori. El edil también recordado que el ayuntamiento continúa pagando a los proveedores con un periodo medio de 16,9 días "muy por debajo del que marca la ley".
"Todo esto es posible gracias a la ortodoxia aplicada en los presupuestos anteriores y a la solvencia económica que tenemos ahora. Así como a la impecable, seria y responsable gestión de los últimos años, que ha dado estabilidad a las arcas municipales", ha señalado la alcaldesa de la ciudad, Diana Morant. En este sentido, la primera edil socialista ha recordado que en 2015, cuando se produjo el cambio de gobierno, el remanente de tesorería fue de menos 33 millones de euros.
Morant ha asegurado que con este remanente de tesorería de 8'5 millones "seguiremos modificando el presupuesto las veces que haga falta y sacaremos todas las ayudas que sean necesarias". Por su parte, Gregori ha asegurado que "el combustible financiero del ayuntamiento ha sido posible gracias, entre otros factores, a la prudencia económica, la responsabilidad de las regidoras y regidores, que han sido capaces de reducir y priorizar partidas". Además, ha recordado que, en estos momentos, entre la Generalitat Valenciana y el consistorio se han destinado más de 12 millones de euros para hacer frente a la crisis provocada por la Covid-19 en la ciudad.