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Encuentran restos humanos en una fosa de la guerra civil

La esperanza para recuperar la memoria de los 62 'olvidados' de Gandia

18/01/2021 - 

GANDIA. Una pequeña esperanza se ha abierto entre las familias que desde hace años buscan los cuerpos de las 62 personas en Gandia que fueron fusiladas después del fin de la Guerra Civil. Tratan de dar respuesta a un episodio que no quieren que se olvide pero, sobre todo, enterrar a sus familiares con el respeto que se merecen. Una posibilidad que está cada vez más cerca pues tan solo hace unos días encontraron restos humanos en el cementerio de Gandia, concretamente en uno de los puntos marcados por el georradar. 

Es pronto para conocer si esos hallazgos corresponden a algunos de los ejecutados entre el 25 de mayo de 1939 y el 31 de octubre de 1940 pero los familiares no ocultan su satisfacción y piden que no cesen los trabajos de exhumación: "Sabemos que nuestros familiares están enterrados en una fosa común del cementerio de Gandia y cada vez estamos más cerca de encontrarlos", comenta Núria Martín, presidenta de la Asociación de Víctimas del Franquismo de Gandia.

En concreto, se han localizado cinco cadáveres de la época de la Guerra Civil pero las primeras pesquisas apuntan a que no se trata de represaliados y sí de enterramientos ordinarios. Unas sospechas que se basan en la proximidad de los restos a la superficie y que incluso hay alguno en ataúd. Sin embargo, hasta que no se analicen los restos humanos no se puede dar por válida ninguna de las hipótesis planteadas. Lo que sí parece ser cierto es que podrían haber más restos en ese mismo lugar, de ahí la importancia de continuar con los trabajos. 

La importancia del hallazgo

Lo importante del hallazgo es que arroja nuevas esperanzas, y más después de que en la primera fase de prospección para localizar, exhumar e identificar los restos de los 62 hombres que fueron fusilados no fueran fructíferos. Sus nombres hoy se conocen pero aún es una incógnita el lugar en el que fueron enterrados. También se desconoce la vida de muchos de ellos, aunque algunas historias comienzan a ver la luz. Es el caso del pintor Manuel Martín Collado, que fue fusilado el 31 de octubre de 1940 por un pelotón tras un Consejo de Guerra Sumarísimo. Tenía 32 años y junto a él fueron ajusticiados otros diecinueve hombres, acusados de un intento de fuga de la prisión del colegio de las Escuelas Pías de Gandia. 

El relato lo reconstruye Núria, sosteniendo en sus manos la foto de su abuelo Manuel. Con tristeza pero sin ningún atisbo de rencor explica que fue detenido en su huida por el chivatazo de un taxista. Después, la historia ya se conoce: fue fusilado por ser republicano. Una injusticia, como la de no saber dónde están sus restos enterrados. De su abuela, Vicenta, sabe que pudo recaudar algo de dinero para adquirir una caja en la que fue enterrado y desde hace un par de años que sus restos se encuentran en una fosa común en algún lugar del cementerio de Gandia. Esa 'saca' de veinte hombres fue la última de las cinco ejecuciones masivas iniciadas por el ejército franquista en Gandia una vez acabada la Guerra Civil. Desde el 25 de mayo de 1939 fueron fusiladas 62 personas, todas de ellas hombres.

Han sido muchos años de silencio pero la historia de esas personas ajusticiadas comenzó a ver la luz gracias al estudio de Vicent Gavarda Els afusellaments al País Valencià (1938-1956), y a la recopilación de datos realizada, entre otros, por la Associació Republicana de la Safor y el Arxiu Històric de Gandia. Un silencio roto también gracias a la historia de las cinco familias que hoy pueden arrojar más información y que pueden dar con sus restos. De hecho, la familia Albero fue clave al ponerse en contacto con el Ayuntamiento de Gandia y contar la historia de su padre, fusilado en el cementerio municipal de Gandia. Un testigo que se ha unido al de Núria, Aina Tarrasó, Trini Verdú o Eva Millán para reconstruir aquellos hechos que parecían enterrados en la historia. Hoy, por suerte, comienzan a ver la luz. 

La historia detrás de cada familia

Según explica Núria Martín, rompió su silencio tras leer un artículo en prensa del historiador Eladi Mainar, donde se describía la ejecución en la que su abuelo formaba parte. Según los documentos encontrados, Manuel Martín formó parte de la rebelión de la cárcel —el edificio de la Escuela Pía—, que hizo las veces de prisión para descongestionar San Miguel de los Reyes. Otro de los motivos que le animaron a seguir adelante fueron los trabajos de exhumación que se están realizando en las fosas de Paterna, en las que, como apunta el historiador y archivero de Gandia Bernat Martí, hay también ciudadanos de La Safor. 

Al poco llegaron otras historias, como la de Victoria Reig, nieta de Benjamín Bravo, un pastelero, militante del PSOE y alcalde accidental de Gandia, fusilado en la "saca" del 5 de mayo de 1939 junto a otros once hombres; Trinidad García, nieta de Vicente Verdú, un labrador ejecutado el 6 de mayo con otros tres vecinos del pueblo, y Pepe Albero, hijo de Tomás Albero, fue uno de los siete ajusticiados en agosto.

Sus historias se unieron y constituyeron la Asociación de Víctimas del Franquismo de Gandia para, juntos, dar a conocer este episodio en la historia de Gandia y hacer fuerza para que, como en Paterna, comenzaran los trabajos para la búsqueda de las fosas. Un sueño que se hizo realidad el 16 de diciembre, cuando iniciaron los trabajos de prospección para localizar, exhumar e identificar los restos de los 62 hombres que, después de la Guerra Civil, fueron fusilados. 

Unos trabajos dirigidos por Miguel Mezquida que han contado con la financiación de 40.000 euros por parte de la Diputació de Valencia. El georradar marcó el punto por el que comenzar pero también el testimonio vivo de uno de los familiares. A sus casi noventa años, Pepe Albero recordaba ir al cementerio con su madre y, aunque su relato era confuso, señaló uno de los puntos del cementerio que posteriormente fue corroborado por el georradar. 

Continuarán los trabajos de exhumación

Tras estos primeros trabajos que acaban de finalizar, quedaría un tercer lugar, un pasillo entre nichos junto al muro que cierra el cementerio por el lado sureste. Precisamente este lugar es donde las familias arrojan más esperanzas porque la memoria de los familiares apuntan a ese lugar. Es el caso del padre de Núria o la madre de Trini Verdú, que señaló este punto. "Lo importante es que no cesen los trabajos y sigan con las labores porque somos varios los que estamos indicando ese punto", comenta Nuria. 

Una petición que ha sido escuchada pues Nahuel González, concejal Delegado de Cultura, Participación Ciudadana, Calidad y Memoria Democrática de Gandia, ha comentado la voluntad del Gobierno del Botànic, de la Diputació de Valencia y de todo el Ayuntamiento de Gandia de continuar con las tareas de investigación y exhumación. "Vamos a solicitar a la Administración que se continúen con los trabajos porque aunque la primera campaña no ha sido tan exitosa como pensábamos, hay otros testimonios que indican que las fosas podrían estar en otro lugar, sostiene recordando la importancia de estos trabajos de Memoria histórica. 

Nuria Martí es consciente de que jamás podrá recuperar el dolor de su familia pero quiere que estos episodios se conozcan para que la historia se complete. "Los familiares queremos que las 62 personas que murieron injustamente descansen en paz, tengan el entierro que se merecen porque no es justo que los tiraran en algún lugar del cementerio, como si no tuvieran dignidad". Agradecida por la labor de las investigaciones, no duda en solicitar que se incluyan dentro del Archivo Histórico Municipal de la ciudad para que "las generaciones próximas conozcan mejor lo que pasó durante la guerra civil y la dictadura franquista y que no se vuelva a repetir".

Asimismo, agradece que en la actualidad se pueda hablar de estos hechos y que desde la Administración se esté apoyando la exhumación de las fosas del franquismo. "Estamos muy orgullosos de nuestros familiares porque lucharon por su país y por la libertad; no hay que olvidarlo". Un paso adelante que ha sido posible gracias también a la nueva Ley de Memoria Democrática; la Ley de Memoria Democrática y para la Convivencia de la Comunitat Valenciana, impulsada en 2017 por el Consell, y la estrecha colaboración que se ha establecido con la Diputació de Valencia en este ámbito.

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