VALÈNCIA. La exsecretaria del grupo popular en el Ayuntamiento de València, Mari Carmen García-Fuster, ha declarado este lunes como acusada en el juicio sobre la financiación de las campañas del PP para las elecciones de 2007 y 2011 dentro del caso Taula. A preguntas del fiscal, ha afirmado que se inventó que hubiera un recaudador del PP, algo que sí dijo durante su comparencia en la fase de instrucción. "En aquellos momentos nos investigaban a todos por todo y pensé en inventarme esa figura en la que concentrar todas las sospechas. Había gente anónima, desinteresada, que daba dinero al partido y a la mayoría de los cuales los desconozco. Lo hice para no complicar la vida a muchas personas. Si yo empezaba a dar nombres de todos los que hacían donaciones anónimas...", ha argumentado.
García-Fuster habló, en instrucción, de un recaudador que recogía dinero para el partido y de vez en cuando le entregaba cantidades. Los investigadores consideraron que se trataba del que fuera vicealcalde de València Alfonso Grau. Pero la exsecretaria municipal ha dirigido el tiro hacia otro lado este lunes. Hubo, dijo, una donante estrella de dinero que entregó alrededor de 100.000 euros en 2010 en la sede del PP en el Ayuntamiento. Se trataba de Conchita García Lliberós, una militante de toda la vida, y una "fantástica colaboradora del partido a nivel personal y económico", ha dicho. Puso, ha añadido, "de su pecunio particular". "No me dio a mí directamente los donativos. Se los daba al partido. A mí me dijeron que había llegado un donativo al Ayuntamiento y luego pregunté y supe que era ella", ha explicado.
García-Fuster, exconcejal y asesora del grupo municipal a partir de 1991, se encargaba de gestionar el dinero pero, ha asegurado, a nivel administrativo. Ha expuesto que el grupo tenía dos cuentas corrientes, una de la antigua Caixa y otra del Sabadell. En esta última cuenta los cargos públicos electos y sus asesores pagaban el llamado "impuesto revolucionario": "una transferencia al partido provincial para su mantenimiento. Eran 60 euros, se ingresaba en el grupo y se hacía la transferencia al PP de la provincia", ha detallado.
Los ingresos fijos eran esos y luego, ha señalado, había donaciones de gente anónima "que quería ayudar". Según García-Fuster, todas esas donaciones fueron en 2010. "Quien llevaba el dinero era todo tipo de gente. Llevaban sobres, lo dejaban en recepción y decían que era para el partido", ha comentado. "Había gente que decía: yo quiero colaborar con el PP. Venía al grupo porque estaba en el centro, estaba más cerca y a quien preguntaran les decían que vinieran al Ayuntamiento. Desde luego a mí no me lo daban", ha señalado. En este sentido, ha destacado que la mayoría de donantes no sabía que ella era secretaria del grupo municipal y que no le daban el dinero por razón de su cargo. "No tenía competencias que me permitieran tomar decisiones", ha señalado.
Su abogado le ha enumerado diversos ingresos que oscilaban entre los 5.000 y los 29.000 euros correspondientes a 2011 en la cuenta del Sabadell. Correspondían, ha remarcado, a donativos del 2010 que ella iba ingresando "de manera prudente".
García Fuster ha relatado que ella realizaba ingresos en la cuenta del Sabadell de Colaboradores y Allegados. Entonces lo guardaba en una caja metálica que tenía en un armario de su despacho. En cuanto al dinero en efectivo encontrado en su casa durante los registros policiales, ha señalado que había un sobre de las estrenas de su tía de más de 3.000 euros y otro en el que cobró unas papeletas de la lotería del partido de aquel año, en el que había tocado la 'pedrea' y que eran más de 1.000 euros.
La exsecretaria del grupo ha indicado que no sabía que había un límite de presupuesto legal para la campaña fijado por Génova. "No tenía ni idea", ha asegurado. Igualmente, ha comentado que no sabe "lo que es una campaña paralela", pero "sin saberlo" no le "consta".
En esta pieza separada dentro de la macrocausa de Taula, los investigadores apuntaron a que el PP de València ingresó y destinó a las campañas electorales una cantidad de dinero y de recursos muy superior a la establecida legalmente mediante procedimientos clandestinos. Lo denominaron "sobrefinanciación articulada".
En 2007 se habrían servido de la agencia de comunicación Laterne, sin actividad real y que se habría dedicado a canalizar ingresos de entidades municipales y de diferentes empresas con elevado nivel de contratación con el Ayuntamiento y por trabajos que parecen ser simulado. En 2011, los investigadores tienen la tesis de que se sirvieron de otra empresa, Trasgos. Así, creen que parte de gasto electoral se pagó mediante las aportaciones económicas, bien en metálico de ilícita procedencia, o de distintas empresas con una fuerte vinculación al Ayuntamiento de Valencia.
García-Fuster ha negado su participación en esta supuesta operativa. No tuvo, ha afirmado, contacto alguno con empresas que pudieran haber sufragado la campaña del PP. Respecto a la campaña de 2007 (Laterne), ha incidido en que no sabía nada y que a ella no le "llamaban nunca ni para pagos ni para nada". A Trasgos le pagó tres talones por indicaciones del comité de campaña por un contrato que no negoció.
Previamente a su declaración, han sido reproducidos los famosos audios de la exconcejal María José Alcón con su hijo y, luego, con su hermana. Se trata de las grabaciones en las que habla de blanqueo de capitales para la campaña electoral de 2015: la entrega de mil euros por parte de exediles y exasesores y su posterior devolución en billetes de 500.
"Yo les tenía que hacer una transferencia legal para blanquear dinero, vamos, corrupción política total (...) y me daban dos billetes de quinientos (...). Ellos tienen mucho dinero negro (...), de empresas del partido, de empresas, comisiones, corrupciones (...) Es un dinero que no pueden aflorarlo", afirmó en conversación telefónica.
Su hijo se interesó en este punto por quién le dio a su madre el dinero y le preguntó: "¿Rita?". A lo que Alcón respondió: "Mari Carmen"; y añadió: "Rita, sí". Con ello apuntó a Mari Carmen García Fuster, secretaria del grupo popular municipal, aunque dejó entrever que provenía de Rita Barberá, exalcaldesa de Valencia.
Alcón prosiguió: "Me han dado mil euros en dos billetes de 500 que es dinero negro y entonces yo se lo doy a ellos con una transferencia bancaria y se blanquea".