Foto: IVÁN TERRÓN/EPVALÈNCIA. El coronavirus provocó el derrumbe del turismo internacional en 2020 y condujo a una merma del gasto extranjero sin precedentes que golpeó también a València. La ciudad se dejó 1.856 millones de euros respecto a 2019 por la caída de la demanda exterior, unas pérdidas que se intensificaron sobre todo entre abril y junio debido al confinamiento estricto. El sector califica por ello al pasado año de "nefasto" y asegura que los resultados de 2021 dependerán sobre todo del ritmo de la vacunación.
Tal y como se desprende de los informes elaborados por Turisme a partir de las encuestas del Instituto Nacional de Estadística (INE), en València más de la mitad del gasto procedente del turismo internacional se registró en el primer trimestre del año, el último que tuvo actividad libre de restricciones. Ello refleja el contundente impacto del coronavirus, ya que justo un año antes, en 2019, los tres primeros meses fueron los menos relevantes en el gasto de los visitantes extranjeros.
“Los resultados de 2020 reflejan lo que nos temíamos, son datos que lo convierten en el año más catastrófico desde la década de los 70”, sostiene el presidente de la Confederación de Empresarios Turísticos de la Comunidad Valenciana (CET-CV), Luis Martí, quien revela que enclaves como València y Benidorm “se resienten más que otros destinos” por el volumen de la oferta y la dependencia del turismo internacional. Así, y mientras que años atrás los visitantes extranjeros solo representaban en València el 30 % de todos sus turistas, a día de hoy y según Martí su volumen ha escalado hasta situarse en torno al 70 % del total.
El peso de València en el turismo de la Comunitat Valenciana es también responsable de que la ciudad, que en 2020 obtuvo cerca de 600 millones de euros de los más de 672.450 turistas internacionales que la visitaron, concentre el 26 % de las pérdidas de la Comunitat y el 95 % de toda la provincia de Valencia. No obstante, es Benidorm el polo turístico más castigado del territorio valenciano. Allí, el gasto de los visitantes extranjeros ha caído más de un 80 % respecto a 2019, con tan solo 303,5 millones de euros ingresados en 2020 por los 1.567 millones del ejercicio anterior.
La ciudad alicantina no solo se ha visto afectada por las restricciones del coronavirus y la prohibición de los viajes con Reino Unido, uno de sus principales mercados, sino también por las consecuencias del Brexit, como apuntan desde el sector turístico. Aun así, Martí asegura que los efectos del virus se han padecido en casi cualquier establecimiento turístico de la Comunitat, pese a que es en enclaves como Benidorm donde las cifras son más dramáticas.
De este modo, Alicante es la provincia de la Comunitat que más ha padecido la dureza del coronavirus, con un contundente descenso del gasto de los turistas internacionales. La provincia perdió tres de cada cuatro euros y sus visitantes se redujeron hasta los 1,5 millones, una cifra muy baja si se la compara con los 6,2 millones de turistas de 2019. Con todo, Alicante es la única provincia valenciana que ha logrado superar en 2020 el millón de visitantes foráneos.
En el caso de Valencia, el desplome del gasto en 2020 alcanza el 73 % respecto al año anterior y la merma es de 1.956,7 millones de euros. La llegada de los turistas internacionales se redujo hasta los cerca de 795.700, dos millones menos que en 2019, mientras que en Castellón las pérdidas son algo menores. Con 291 millones de gasto menos que en el ejercicio anterior, la provincia perdió un 66 % de sus ganancias y un 60 % de sus visitantes extranjeros.
A nivel autonómico, el gasto de los turistas internacionales cayó en 2020 en 7,1 millones de euros, aunque la Comunitat Valenciana concentró el 12,5 % de todo el gasto del país. La crisis de la covid-19, eso sí, provocó también una reducción del gasto medio por persona hasta los 967 euros, un 3,5 % menos que en 2019, a la vez que produjo el efecto contrario en la duración de la estancia media. En territorio valenciano, creció un 10 % hasta alcanzar los diez días, mientras que en el conjunto del país se quedó en 7,8 días.
Ante estas cifras, desde la Confederación de Empresarios Turísticos señalan que muchos servicios de alojamiento han podido resistir el impacto de 2020 porque “en años anteriores se había funcionado razonablemente bien”, aunque advierten de que si este año “fuera como el pasado o incluso peor, el problema sería de dimensiones muy importantes”. Es por ello que, tal y como señala Martí, no esconden su preocupación por el devenir de 2021, ya que el año pasado por estas mismas fechas “el coronavirus no había hecho más que asomar”.
La clave para el sector reside, por tanto, en el proceso de vacunación, al que consideran la respuesta para la reactivación del turismo. “La solución la sabemos, es la vacunación, pero con este ritmo el 2021 puede ser peor que el 2020. Si se acelera el proceso, lo podremos salvar”, incide Martí, quien reclama igualmente al Gobierno central “que abra el melón de las ayudas directas, como en el resto de los países de Europa” más allá de las iniciativas de las comunidades autónomas. En este sentido, justo este sábado el president de la Generalitat, Ximo Puig, anunciaba que el Plan de Vacunación valenciano pretende administrar desde abril 400.000 dosis semanales de la vacuna si los suministros recibidos lo permiten.
A nivel nacional, de entre las regiones más turísticas son Baleares (87,6 %) y Cataluña (82,9 %) las que acusan las peores caídas en el gasto de viajeros internacionales. En el archipiélago balear, el desplome genera pérdidas superiores a los 13.000 millones de euros, a la vez que en Cataluña la reducción del desembolso se sitúa en 17.678 millones. En el lado opuesto, Canarias es el polo turístico menos afectado con una caída del 71,4 %.
