Francisco J. Riberas, presidente de GestampVALÈNCIA. Gestamp presentó tablas al cierre de la sesión del pasado viernes, al despedir la semana en los 2,282 euros. O lo que es lo mismo: a menos del 6% de sus mínimos históricos situados en los 2,15 euros el pasado 3 de abril. Así se entiende que la multinacional española especializada en el diseño, desarrollo y fabricación de componentes para los principales fabricantes de automóviles se deje este año un 46,04% en el parqué, lo que ha reducido su capitalización hasta los 1.313,32 millones de euros.
Por si fuera poco la cotizada fundada por la familia Riberas, que controla el accionariado con un 72,35% del capital, sufrió el pasado viernes un 'hachazo' a su rating. Fue la agencia Moody's la que rebajó su nota de solvencia desde 'Ba3' a 'B1' dentro del ya de por sí grado de especulación o 'bono basura', a solo un escalón de las inversiones de alto riesgo, el mismo nivel en el que mantiene la deuda senior garantizada, con perspectiva estable.
La nueva nota de Moody's la deja a a altura de países como Albania, Bolivia, Grecia, Honduras, Jordania, Montenegro y Turquía. La agencia explicó que la rebaja se fundamenta en la expectativa de que el apalancamiento y los márgenes seguirán siendo demasiado débiles hasta 2021. No obstante, confía en que, con la recuperación gradual esperada en el mercado del automóvil desde 2020 y el rendimiento de la compañía por encima de la media del mercado, los ratios de crédito mejoren.
Las mejoras esperadas en los márgenes y el apalancamiento a partir de 2021 están respaldadas por el historial de la empresa de rendimientos mejores de sus ingresos en relación con las ventas globales de vehículos ligeros y en la esperada recuperación de las ventas mundiales de este tipo de vehículos a partir del segundo semestre de 2020. Además, se apoyan en las reducciones de gasto de capital y de costes llevadas a cabo por la empresa para mitigar el impacto negativo del coronavirus.
Moody's cree que las ventas del sector de la automoción en el mundo caerán un 20 % en 2020 y en 2021 se producirá una recuperación del 11 %, aunque no descarta una mayor debilidad en la demanda futura de vehículos. Asimismo advirtió que la perspectiva estable refleja la expectativa de que Gestamp logrará generar flujos de caja libres positivos, respaldados por un gasto de capital reducido y la ausencia de pago de dividendos.
Estas circunstancias deberían permitir, afirma la agencia, reducir gradualmente los niveles de deuda bruta a partir de 2021. Además, considera que la posición de liquidez de la cotizada presidida por Francisco J. Riberas es adecuada y suficiente para cumplir las obligaciones futuras en efectivo de la empresa.
Mientras tanto, la junta general de accionistas aprobó la propuesta de aplicación del resultado correspondiente al ejercicio económico cerrado el 31 de diciembre de 2019, que supone el reparto de un dividendo a cuenta por valor total de 31,6 millones de euros. Una propuesta aceptada por el 100% de los accionistas. De los 154,7 millones de euros contabilizados como beneficio de la sociedad el año pasado, el consejo propuso destinar 123 millones de euros a reservas de libre disposición y, el resto, 31,6 millones, al dividendo a cuenta.
La junta también dio el visto bueno a la reelección de EY como auditor de las cuentas de la sociedad, el informe anual de remuneraciones de los consejeros y la ratificación y nombramiento de una serie de miembros del consejo de administración. En concreto ratificó el nombramiento por cooptación de Concepción Rivero Bermejo como consejera independiente, la reelección de Tomofumi Osaki como consejero dominical y la de Norimichi Hatayama también dominical.
