VALÈNCIA. Las ciudades anhelan los parques, los viandantes adoran ese espacio verde en el que parar y pillar carrerilla para coger aire puro de nuevo. Al mismo tiempo el arte puede ser también un respiro, una pausa en un espacio en el que no se puede pensar y en el que es necesario frenar para reflexionar. Hay artistas como Ghada Amer (El Cairo, 1936) que logran generar una especie de jardines artísticos donde converge todo, arte con el que poder respirar y desde el que se espera “salvar de alguna manera al mundo”. De la mano de la Galería Ana Serratosa la artista se adentra en una triple exposición a lo largo de toda València en la que reflexiona sobre el rescate de la ciudad y la pausa de los ritmos frenéticos a los que estamos sometidos. Lo hace a través de sus esculturas, sus bordados y gracias a un jardín efímero ubicado en los jardines del Turia.
Comenzando por la sede de la Galería Ana Serratosa se pueden ver las obras que reflexionan sobre los derechos de la mujer. Esto se resuelve en dos cuadros con lemas bordados que presiden la sala y que hablan sobre la mujer como objeto de poder y revolución. Se sirve “de la sensualidad de las imágenes” para hablar sobre el feminismo con lemas de la autora egipcia Nawal Saadawi: con el poema Alza tu voz Amer borda la frase “Levanta la cabeza y alza la voz. No te sometas a ningún poder que te empujó hacia atrás”.
Con Situación de injusticia cita a Desmond Tutu: “Si eres neutro en una situación de injusticia, has elegido el lado del opresor”. Amer explica que a través de este vuelve a los bordados para hablar del feminismo y las labores antiguas de la mujer, y de la misma manera construye un paseo laberíntico visual en el que para contemplar estos lemas hay que pararse y prestar atención.
Fotos: NACHO LÓPEZ
Saliendo a la calle reflexiona sobre la ecología y el sustento social con su escultura-jardín Esto nos salvará cuya exposición, en los jardines del río Turia, supone la primera acción de la ciudad de València como Capital Verde Europea 2024. Con esta intervención habla de los “espacios ocupados” y critica el impacto ambiental, pudiendo plantar por fin su jardín efímero en València. No es la primera vez que intenta “plantarse en València”, en el año 1998 comenzó a trabajar en una obra llamada Mar de Fondo en el Teatre Romà de Sagunt, creando un collage artístico de cactus.
A pesar de finalizar el proyecto confiesa que lo sentía incompleto debido a su falta de experiencia: “Lo que hicimos fue una especie de cactus painting sin terminar, es un trabajo para el que no conté con demasiado tiempo y para mi quedo incompleto”, explica. Ahora, con más recursos, logra generar una obra completa y de gran magnitud que según Pedro Medina traduce su lenguaje artístico en el que “cambia las formas y con ello cambia lla forma que tenemos de ver el mundo”.
Ahora, con el jardín de Esto nos salvará busca hacer reflexionar al espectador: “No siento que mi jardín vaya a salvar a nadie -tal y como indica el título- pero sí que es un reflejo de lo que existe y lo que sucede en el mundo. Espero que exista un cambio social con la mediación que refleja a través de este proyecto, es el medio más político con el que más trabajo y desarrollo mis teorías”, argumenta sobre su obra y su manera de expandirla. Su trabajo, desperdigado por València, comprende también los telares y las cerámicas, aunque confiesa que con ellos no se siente especialmente activista en mensaje, sino en formas: “Lo que hago es tejer, cultivar y convertirme en una especie de mujer “doctora” de estas artes, creo que de esta manera ya estoy hablando de mi propósito y mi posición en este universo”.
La muestra cuenta con el comisariado de Viviana Kuri, quien contempla los jardines como una conexión entre el espacio y quien lo habita: “Lo que hace con su obra es habitar la ciudad de nuevo y compartir los ciclos de la tierra, además de ponerlos en contacto con la ciudadanía”, explica sobre la aparición de su obra en la calle, “también cabe contemplar que los jardines hablan de la alimentación, los alimentos y la problemática mundial desde un feminismo ambiental en el que la cuestión efímera da en sí una respuesta a lo que supone esta problemática”.
Bajo la mirada de Kuri la obra de Amer se divide también entre “género, mujer y amor” y una obra que hable más de lo “político y activista”, y que en ambos casos es una extensión de su mente y de su labor. La importancia de descentralizar esto recae en que el mensaje se expanda de alguna manera, por ello su trabajo se puede ver tanto en la galería Ana Serratosa como en un espacio abierto en la Calle Carrilleras -en el edificio Espacio Público de Serratosa- y finalmente en el recorrido del río Turia con una instalación de macetas llenas de tierra y hortalizas.
Foto: NACHO LÓPEZ
