Según ha informado el Ministerio de Sanidad, esta actualización tiene como objetivo principal "adaptar la normativa a los avances tecnológicos, estableciendo la emisión de la TSI en un formato virtual para todas las comunidades autónomas, además del tradicional soporte físico que se viene utilizando".
Así, Sanidad señala que esta modificación trata de "facilitar, cada día más", el acceso de las personas a los servicios sanitarios, especialmente en sus desplazamientos a otras comunidades autónomas, en situaciones de emergencia o pérdida de la tarjeta física.
También apunta que evitará la necesidad de llevar la tarjeta física para acceder a la atención sanitaria en cualquier centro del SNS y disminuirá los costes asociados a la impresión y distribución de tarjetas físicas, contribuyendo a la sostenibilidad del sistema.
La tarjeta sanitaria clásica ya identifica al paciente en cualquier dispositivo del SNS y en cualquier oficina de farmacia de España. Una interoperabilidad que Sanidad asegura que se "mantendrá y reforzará", ya que con el formato virtual se "agilizará, además, el desarrollo de servicios digitales entre los servicios de salud de las comunidades autónomas".
De este modo, se permitirá la emisión de la TSI tanto en soporte físico como virtual, o en ambos, "ofreciendo flexibilidad a las personas y adaptándose a sus preferencias", destaca el Ministerio. La TSI, en soporte virtual, será válida en todo el SNS, como ya lo es en soporte físico y permitirá el acceso a los centros y servicios sanitarios.
Además, con esta modificación se especifican los datos básicos obligatorios que deben incluirse en la TSI, tanto física como virtual, "garantizando la identificación inequívoca del titular y su derecho a la asistencia sanitaria". También se enumeran datos adicionales que podrán ser incorporados, como información de contacto de emergencias.
De esta manera, la modificación establece la necesidad de adaptar la TSI a las personas con discapacidad, "asegurando la igualdad de acceso a los servicios sanitarios para todos los ciudadanos". Asimismo, se regulan las características técnicas de la banda magnética y el código QR para "garantizar su lectura en todo el territorio nacional, facilitando la interoperabilidad y evitando barreras administrativas".
Por último, se marca un plazo de 18 meses para que las autoridades sanitarias y los agentes implicados en la provisión de asistencia sanitaria se adapten a los nuevos requisitos.