VALÈNCIA (EP). El Gobierno ha generado malestar entre sus socios nacionalistas vascos y gallegos después de haber planteado al resto de los Veintisiete dar prioridad a la inclusión del catalán como lengua oficial de la UE, dejando para después el euskera y el gallego con vistas a superar las dudas planteadas desde varias capitales europeas. Tampoco en ERC y Junts se han dado por satisfechos y han afeado al Gobierno no haber hecho lo suficiente.
El Ejecutivo solicitó el pasado 17 de agosto al Consejo de la UE la modificación del reglamento lingüístico para incluir en él las tres lenguas cooficiales en España en el marco del acuerdo alcanzado con Junts para que respaldaran a la candidata socialista a presidir el Congreso, Francina Armengol, como finalmente ocurrió.
El ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel Albares, ha explicado al término del Consejo de Asuntos Generales celebrado en Bruselas en el que se ha abordado dicha petición que España ha planteado empezar por el catalán.
"Hemos propuesto iniciar el despliegue primero con el catalán y, seguidamente, con las otras dos lenguas", ha indicado el ministro, asegurando que con ello no se discrimina "en absoluto" a euskera y gallego y defendiendo que el Gobierno ha "cumplido con sus compromisos".
Según ha justificado, se ha planteado esta opción ante las dudas de "parte de los Estados miembro" preocupados por el impacto de incluir "tres lenguas de una sola vez". Sin embargo, fuentes europeas consultadas por Europa Press han indicado que ninguna delegación ha pedido expresamente en el curso de la discusión que se diferenciara entre el catalán, el euskera y el gallego.
Asimismo, Albares ha esgrimido como justificación para comenzar con el catalán que es el idioma "cuyos representantes han solicitado con más insistencia" la inclusión de su lengua en el marco comunitario y porque de las tres lenguas cooficiales es, con más de 10 millones de hablantes, la de mayor presencia.
Sus palabras no han gustado tanto a los nacionalistas vascos y gallegos. El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, ha considerado "decepcionante" que el Gobierno "haya tirado la toalla tan rápido" para seguir luchando por la oficialidad de estos idiomas en la UE y ha calificado de "mala noticia" que se priorice el catalán.
En este sentido, aunque no ha querido responder explícitamente a si lo ocurrido compromete los votos favorables del PNV a una hipotética investidura de Pedro Sánchez, sí que ha recalcado que "no facilita" su apoyo a que el jefe del Ejecutivo en funciones se mantenga en Moncloa.
A su vez, el eurodiputado de EH Bildu Pernando Barrena ha sostenido que la oficialidad del euskera en la UE es una cuestión de "voluntad política" y ha afeado a Sánchez que haya jugado al "tacticismo" en Bruselas. "El tamaño de una lengua, su número de hablantes, no es más que un pretexto, ya que a día de hoy hay tres lenguas oficiales con menos hablantes que el euskera: el maltés, el gaélico y el luxemburgues", ha agregado en un comunicado.
Desde el Gobierno vasco, su portavoz, Bingen Zupiria, ha replicado a Albares que las instituciones vascas han planteado "muchas peticiones durante los últimos años" para conseguir el reconocimiento del euskera a nivel europeo, subrayando que la primera vez que se hizo fue en mayo de 2004.
Con todo, el portavoz vasco ha considerado que el hecho de que el Consejo de Asuntos Generales haya "abierto la puerta al debate y a la discusión sobre la ampliación de las lenguas oficiales que se puedan utilizar en la Unión Europea, en sí mismo es un avance". Asimismo, ha evitado entrar en un debate sobre la prioridad del catalán.
Tampoco han gustado las palabras del ministro al BNG. Su eurodiputada, Ana Miranda, ha sostenido que "no hay lenguas de primera y de segunda, sino que son todas de primera", lamentando que el Gobierno haya apostado por priorizar el catalán y que no haya plazos concretos. Asimismo, ha reclamado "igualdad de trato" para las tres lenguas cooficiales.
Mejor acogida han tenido las gestiones del Gobierno en Cataluña, aunque los independentistas catalanes tampoco se han dado por satisfechos puesto que aún no hay una decisión en firme sobre la oficialidad de catalán, euskera y gallego, sino que los Veintisiete se han emplazado a analizar primero las consecuencias legales, prácticas y presupuestarias que tendría su inclusión en el reglamento lingüístico de la UE.
El expresidente catalán y líder de Junts, Carles Puigdemont, ha advertido al Gobierno de que debe trabajar "con diligencia, porque la oportunidad es ahora", al tiempo que ha incidido en que lo ocurrido en Bruselas pone de manifiesto que "España no se hace escuchar en Europa tanto como afirmaba Sánchez".
En un mensaje en X, antiguo Twitter, Puigdemont ha reconocido que "nunca" se había llegado "tan lejos y nunca antes tantos países de la UE se habían mostrado favorables" a la idea de que el catalán sea lengua oficial de la UE, algo que ha agradecido. Asimismo, ha considerado que "ningún Estado haya vetado la propuesta es buena noticia, pero no es suficiente".
"Estaremos muy atentos", ha advertido el expresidente prófugo de la justicia. "El camino para conseguirlo debería ser irreversible sin tener que esperar demasiado, porque ya hemos esperado lo suficiente", ha remachado.
Así, la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, ha asegurado que si no se ha conseguido la oficialidad del catalán en la UE ha sido "porque el Gobierno ha hecho el trabajo tarde y mal". "Los compromisos están para cumplirse y este de momento no se ha cumplido", ha afeado.
En una línea similar se ha pronunciado el 'president', Pere Aragonés, que ha admitido que la inclusión desde hoy del catalán en el Congreso es un "triunfo agridulce", puesto que no ha habido una decisión en Bruselas en la misma línea.
La portavoz de ERC en el Parlament, Marta Vilalta, ha sido más contundente y ha pedido al PSOE que "espabile", advirtiendo de que no darán "las gracias por avanzado", dando a entender así que podrían no respaldar la investidura de Sánchez.
En opinión de Vilalta, el Gobierno "puede hacer mucho más" para defender la oficialidad del catalán en la UE. "Tiene las herramientas, los recursos, los contactos y las vías para hacerlo y lo podría haber hecho antes", ha recalcado.