GRAND PLACE / OPINIÓN

God Save The Queen

8/11/2016 - 

A estas alturas, no sabremos si Dios nos tiene que salvar a nosotros antes que a la Reina de Inglaterra. Ni la parada del Brexit por el vuelco en los tribunales, ni la firma por el cambio climático… Nada de todo esto tendrá sentido dependiendo de lo que pase al otro lado del Atlántico.

Así que, vamos a desearle suerte a la Reina de Inglaterra y sigamos a lo nuestro, porque también la va a necesitar. La Reina y Theresa May, la Primera Ministra británica, que hace unos días ha recibido la sentencia del Tribunal Superior por la que es el Parlamento el que debe votar la salida del Reino Unido de la Unión Europea y no los ciudadanos. Vaya por Dios…, ¡otra vez!

Al parecer, hay tres tipos de leyes en el “acquis” comunitario que ya forman parte de la legislación nacional británica y que fueron aprobadas por el Parlamento, con lo cual sólo esta institución es competente para abandonarlas. Pero, aún así, en el país de más tradición democrática en Europa,  difícil va a ser que dejen de aplicar esta normativa que, además alcanza a un alto número de residentes británicos en otros países de la Unión y que, con ello, verían mermados los derechos de que ahora gozan. 

En otras palabras, y parafraseando al ex ministro de finanzas griego Yanis Varoufakis, “la Unión Europea es como el Hotel California de The Eagles, puedes hacer el ‘check out’ pero nunca lo vas a dejar”. 

Bajando un poco en línea recta, que Dios, o mejor Alá, nos coja confesados. Porque va a ser en Marrakech donde se ratifique el acuerdo que se firmó hace un año en París, el conocido Cop21, y ahora llamado MedCop22, por deferencia de Francia con Marruecos, que le cedió el testigo. España no lo ha ratificado. No le ha dado tiempo con casi un año de Gobierno en funciones. Pero no pasa nada, porque lo ha hecho la Unión Europea en su conjunto previendo que parte importante de sus miembros no iban a llegar a la firma.

El objeto es reducir la emisión de gases de efecto invernadero hasta el año 2020 por parte de los 195 países que firmaron el acuerdo, para bajar en dos grados la temperatura del planeta. De nuevo, uno de los elementos de la tríada: medio ambiente, migración, seguridad.

 

¿Se acuerdan? Pues aquí los tenemos, en la reunión del ECOFIN de esta semana, los Ministros de Economía y Finanzas del Consejo Europeo decidirán como punto importante del día el nuevo sistema de lucha contra el blanqueo de dinero para evitar la financiación del terrorismo. 

Y de aquí a la seguridad en la zona, el Mediterráneo, porque preocupa y mucho la costa de Libia. La Operación Sofía -con la que la Unión Europea controla las rutas marítimas de la inmigración-, se complementará con la actuación de las Naciones Unidas en el llamado EUNAVFOR MED, un plan de acción por el que se entrenará a la Marina y a los guardacostas libios para facilitar el embargo de armas en alta mar frente a sus costas.

Vale, ya hemos tocado los tres frentes. Y acuérdense también de estas palabras: European Union Global Strategy (EUGS), la nueva estrategia global de seguridad y defensa europea que conjugará diplomacia climática, diplomacia energética, diplomacia económica y diplomacia cultural.

Pero vamos a lo que a nosotros nos incumbe, especialmente de este Consejo, en el que además de darle un repaso al programa de ajustes de la economía griega, se realiza un control del post-programa de Chipre y España y sus marcos de insolvencia nacional. ¿Cómo, que no somos solventes? ¿Pero no quedamos en que no nos habían rescatado? ¡Ah, claro! Que sólo rescataron a los bancos…

Llegados a este punto, tal vez nada tenga importancia y tengamos otro frente abierto por el que luchar: el de la racionalidad y el sentido común. Y hasta aquí puedo contar.