El que fuera mano derecha de Rita Barberá envía un comunicado de prensa a los medios para rectificar ciertos puntos sobre una declaración judicial
VALÈNCIA. El despacho de abogados que defiende al exvicealcalde de València Alfonso Grau ha remitido un comunicado de prensa en el que precisa que el testigo de la presunta empresa pantalla que financió irregularmente al PP de Rita Barberá, Laterne, que declaró la semana pasada, hizo constar "explícitamente" que el entonces número dos del Consistorio "no invitó a los empresarios contratistas del consistorio a invertir dinero" en un proyecto para atraer empresas extranjeras a València.
Dentro del escrito los letrados de Bonet Abogados recuerdan también que el testigo dijo que el exvicealcalde "asistió nada más que a una reunión en un hotel de la calle de la Paz" en la que se "explicó un proyecto que podría ser beneficioso para la ciudad de València", un hecho que la mayoría de empresarios ha negado. Y que "nunca sospechó que se tratara de una transferencia de empresarios a un partido político", algo que choca frontalmente con las declaraciones de un testigo que afirma que Grau le dio dinero en metálico para pagar gastos de campaña.
Pero además, y pese a las matizaciones respecto a las frases literales del testigo, lo bien cierto es que los agentes de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil aseguran en su último informe que "se habría puesto de manifiesto que Alfonso Grau, además de haber tenido un papel importante sobre la gestión y supervisión de actos, también habría jugado un papel decisivo en la obtención de fondos para sufragar los gastos electorales que él mismo encargaba".
Y apostillan: "Para la ejecución eficaz de esta doble tarea pudieron ser determinantes las importantes posiciones ocupadas, relaciones y vinculaciones ejercidas en el grupo municipal, el Ayuntamiento de València, en ciertos organismos vinculados o dependientes, así como en la propia empresa encargada de la ejecución de los trabajos".
Y aseveran los miembros de la UCO que con respecto no solo a la campaña de 2007, sino también a la de 2011, "podría suponer la existencia nuevamente de una estrategia en la que al menos tomarían parte tanto Grau como García-Fuster. El primero como "recaudador de fondos y gestor de campañas", y la segunda como "administradora de la contabilidad del grupo", y que "supondría el conocimiento previo de la ausencia de medios económicos para soportar la campaña así como la existencia de otras fuentes de financiación alternativas que lo permitirían".