VALÈNCIA. Las situaciones cotidianas que se dan entre las personas que cuidan y las personas cuidadas (bebés, ancianos o personas con diversidad de cualquier tipo) pueden llegar a ser bastante peculiares, conflictivas y, analizadas desde cierta distancia, incluso un poco surrealistas o divertidas. Se pasa por alto demasiado a menudo las dinámicas relacionales que se establecen, y cuál puede ser el efecto que estas tienen en cada una de las partes implicadas. ¿Cuáles son las sensaciones que se alojan en un niño sometido irremediablemente al imperativo constante de los adultos? ¿Y la de las personas mayores, grandes veteranos de la vida, cuando perciben que se les trata como si fuesen niños de primera infancia? Todas estas preguntas gravitan alrededor de Gymkhana, una pieza escénica participativa que la creadora y directora Aurora Diago (València, 1988) presentará en estreno absoluto el próximo 26 de octubre en La Mutant, dentro de la programación de artes vivas que lleva a cabo esta sala de gestión municipal.
El montaje, creado por Diago junto con Iara Solano Arana, Maribel Bayona, VickyLeaks y Kika Garcelán, está concebido para un máximo de 30 participantes (apto también para personas con movilidad reducida). El recorrido se iniciará en el hall de La Mutant, continuará en el patio y finalizará con un paseo, real e imaginario, a través del tiempo y del espacio, hacia su infancia y su vejez, y hacia lugares y vidas paralelas.
A partir de una serie de instrucciones sencillas transmitidas a través de tarjetas con texto y auriculares, cada participante se mete en un juego colectivo de imaginación e interacciones improvisadas cuyo objetivo último es el de experimentar conflictos cotidianos en clave de humor que activen procesos empáticos. “A nivel dramatúrgico se les propone acercarse a otras realidades, como puede ser la primera infancia o el rol de persona cuidadora, desde un lugar vivencial y práctico; con el objetivo de poder comprender mejor a personas con diferentes necesidades y de poner en valor las inquietudes o sensaciones de las demás, aunque a primera vista puedan parecer nimias o desproporcionadas -apunta la directora-. Es importante recalcar que en esta particular gymkhana no importa tanto tu destreza o ingenio como preguntarnos sobre lo colectivo, sobre cómo nos relacionamos. Se hace además desde un lugar seguro; en ningún momento se expone a los participantes a situaciones incómodas o ridiculizantes”.
En Gymkhana, al principio, se habla a las participantes como se les habla a otras personas, para poner sobre la mesa lo absurdo de esta comunicación que, cuando es dirigida, por ejemplo a niñas y niños, nos parece absolutamente normal. “También ofrecemos metáforas descontextualizadas para empatizar con la sensación antes de la intención -añade Diago-. Por ejemplo, dibujamos una situación imaginaria para que los participantes entiendan cómo se puede sentir una madre en el postparto y crianza. Decimos: "Imagina que adoptas un mono y automáticamente empiezas a producir plátanos por las fosas nasales para alimentarlo. Lo alimentas, le acompañas cuando experimenta el amor y la tristeza humanas, le enseñas nuestras costumbres, que él no entiende y que, gracias a él, dejas de entender tú también."
Esta no es la primera vez que Aurora Diago aborda la temática de los cuidados. Con más de veinte años de experiencia en distintos terrenos de las artes escénicas, y como cofundadora de Mobilitats Diverses -proyecto centrado en el desarrollo de acciones de danza contemporánea y técnica Alexander para personas con movilidades diversas-, la trayectoria profesional de la artista valenciana tiene como hilo conductor la idea de comunidad, de comprender que nadie es tan diferente como parece.
“En Villa Quitapenas hicimos un homenaje a la bicicleta, porque si las ciudades estuvieran inundadas por bicicletas, en vez de por coches, serían ciudades infinitamente más amables y respetuosas; en MAMA hablamos de las implicaciones sociopolíticas sobre pecho en la mujer; en Rodem?, de una pareja donde una persona va en silla de ruedas, en Spoiler Alert, de la Generación Z y las redes sociales, y en OK, Boomer!, del sistema de protección del menor... ".
“Creo que los cuidados lo sostienen absolutamente todo, sostienen a nuestra infancia, a nuestros mayores, a nuestros iguales, sostienen que unas personas puedan ir a trabajar y otras tengan un techo bajo el que vivir, los cuidados son indiscutiblemente imprescindibles y todavía demasiado invisibles, valorados y feminizados -concluye Diago-. Nadie existiría sin los cuidados, y pocas personas tendrían ganas de vivir sin ellos”.
El humor juega un papel clave en Gymkhana porque, tal y como defiende su directora, “es una herramienta maravillosa para tratar temas controvertidos sin hundir a las personas”. “No podemos dejar de hablar de los problemas que nos ocupan y de las cosas que debemos mejorar; siento que tengo esa responsabilidad social como creadora, pero ya hay suficiente dolor y malas noticias en nuestro día a día como para hacer una obra de la que salgas queriéndote meter en la cama y no salir nunca más. Y ahí, entra el humor. Reírse de uno mismo, de la situación, de lo inesperado y de la incertidumbre es útil y necesario, nos abre las puertas a la emoción y lo sensitivo, a plantearnos cosas desde un lugar más inconsciente, menos racional y probablemente con menos barreras”.