¿Ya sabes lo que es el bitcoin? ¿Has invertido en criptomonedas? ¿Crees que son una estafa? ¿O por el contrario crees que son el futuro de la economía? Te llaman la atención pero estás indeciso porque tienes miedo a perder tu dinero? O crees que te vas a hacer millonario si inviertes en ellas? Conoces casos de uso?
Para contestar a estas preguntas y muchas más que seguro tienes sobre este asunto, hablemos un poco de bitcoin y las criptomonedas.
Seguro que has escuchado sobre ellas, sobre todo en los últimos días por la cantidad de dinero que están haciendo perder a los inversores. Incluso se está especulando con la desaparición de muchas de ellas. Pero no te asustes, las personas que se hayan metido en la compra-venta de criptomonedas para la especulación sabían donde se metían, ya fuera porque iban buscando una rentabilidad prometida en muy poco tiempo, o fuera porque conocían los riesgos e invertían en criptomonedas como parte de su cartera de inversión.
Pero empecemos por los conceptos más simples.
Las criptomonedas son monedas (activos) digitales que usan un cifrado criptográfico para garantizar su propiedad, tener trazabilidad, y asegurar la integridad de las transacciones. Pero más sencillo que eso, las monedas digitales son monedas (o dinero) que vemos en la pantalla del ordenador o del móvil, sin embargo, no podemos transformarlas o adquirirlas en moneda o papel, como el euro o el dólar.
Lo primero que las diferencia de las monedas tradicionales es que no podemos ir a un cajero a sacar un billete para luego comprar en el supermercado; sin embargo, sí podríamos hacerlo si todo el proceso fuera digital, pagando directamente con el móvil o con una tarjeta. Otra característica por la que las criptomonedas son llamativas y que las diferencia de las monedas tradicionales es que no están reguladas ni controladas por ninguna institución, y además, no requieren de intermediaros para realizar las transacciones, que se apuntan en un registro contable compartido, llamado blockchain.
De manera general, existen tres tipos de criptomonedas. Las primeras, las que no tienen ninguna función más allá de su valor o de la posibilidad de realizar una transacción, pero que por la tecnología que tienen detrás de ellas, el blockchain, se han puesto de moda. Las segundas son las monedas que se crean para utilizarse en un entorno cerrado, es decir, monedas que servirían como la tarjeta de un supermercado para tener descuentos. Si tuviéramos una cierta cantidad de esa criptomoneda, podríamos pagar en el supermercado con ella y obtendríamos algo a cambio. Las terceras serían las criptomonedas ligadas a otro valor, como por ejemplo ligadas al oro o al dólar, y que se utilizan para realizar transacciones y dar estabilidad al sistema de pagos.
Cada una de ellas cumple una función y una misión dentro del espectro financiero, y como actualmente existen más de 17.000 monedas diferentes, me voy a centrar en dos de ellas, Bitcoin y Ethereum.
Diremos que Bitcoin es la reina de las criptomonedas. Es la primera que se creó en octubre de 2008, y es la que más seguidores tiene. Actualmente su valor está alrededor de 20.000 euros, aunque ha llegado a valer casi 60.000 por cada bitcoin. Su creador se hizo llamar Satoshi Nakamoto y nadie sabe a ciencia cierta quién es, pero la creó con la idea de proporcionar un sistema seguro y sencillo de intercambio de valor que no estuviera controlado por ninguna institución, es decir, descentralizado.
Para crear la criptomoneda, cuando se realiza un grupo de transacciones, éstas se van guardando en el registro contable o blockchain, y para asegurar las mismas, se propone un problema matemático que un grupo de ordenadores conectados a este registro tiene que resolver. El más rápido en resolverlo se lleva una recompensa, un Bitcoin, que se ha creado en este proceso que se conoce con el nombre de "minería".
Para entender el valor de la criptomoneda, tenemos que referirnos a la cantidad de bitcoin que pueden existir en el mercado, ya que a diferencia de las monedas tradicionales, el creador de esta criptomoneda la programó para que sólo pudieran crearse 21 millones de bitcoin, de manera que con esto se pretendían dos cosas: por un lado que existiera una escasez y con ello, a su vez, elevar el precio del bitcoin para así recompensar a los "mineros"; y por otro lado, asegurar la creación de la propia criptomoneda y el funcionamiento de todo el sistema.
La segunda criptomoneda más importante es Ether, cuyo nombre proviene del registro contable o red de blockchain Ethereum. A diferencia del bitcoin, esta moneda no sólo se utiliza como reserva de valor y para hacer transacciones, sino que además, se pueden crear aplicaciones. La idea básica es que cualquier cosa que pueda representarse, pueda comercializarse, o pueda utilizarse, puede intercambiarse digitalmente. Por ejemplo, podríamos digitalizar o llevar a un mundo virtual un cuadro de arte y venderlo tantas veces como queramos, de manera que se puede controlar el número de ventas que se han realizado y las personas a las que se les ha realizado, ya que con la trazabilidad del registro contable podremos tener identificada tanto la cantidad de cada intercambio como a los propietarios.
A esta representación digital se le ha llamado token, por lo tanto, podemos, por ejemplo, crear un token de un cuadro, ponerle un valor en Ether, y venderlo en el mundo virtual.
Ahora, imaginad la cantidad de cosas que nos rodean y a las que les podemos dar un valor para intercambiarlas, y todo esto en un registro “descentralizado”, seguro y trazable. Podríamos, por ejemplo, vender un piso sin la necesidad de ir a un registro o a un notario. Los contratos que se realizan en el mundo virtual se llaman “contratos inteligentes” porque no necesitan de la intervención humana para ejecutarse.
Igual os habéis dado cuenta de que hay un fallo en este proceso, y es quién verifica la propiedad del mundo real en el mundo digital o virtual, es decir, quién verifica que ese cuadro o ese piso es mío y no de otra persona antes de venderlo en el mundo digital. Para solucionar esto, el mundo virtual ha creado una figura que se llama el oráculo. Este oráculo sirve de "notario", puesto que certifica la propiedad del mundo real dentro del mundo digital, aunque no todos los contratos de compra-venta necesitarán un oráculo.
Pero no pensemos que Ethereum nos sirve únicamente para la digitalización del mundo real al mundo virtual, también nos sirve para la comunicación de dos sistemas independientes dentro del mundo digital, como, por ejemplo, las máquinas dentro de una fábrica, un cargador de coche y el coche que tiene que ser cargado, o el cuadro de control de la DGT con los radares puestos en las carreteras y con los coches que circulan por ellas, y esto conectarlo con nuestra cuenta bancaria, para que cuando un radar nos pille a más velocidad de la permitida, automáticamente nos podría saltar una alarma en el coche y la multa, retirando el dinero de nuestra cuenta si diéramos la autorización.
Conociendo ahora un poco más sobre las criptomonedas y sobre la tecnología que hay detrás la siguiente pregunta sería: ¿invertirías en ellas?
No pretendo dar ningún consejo de inversión, pero me gustaría aclarar algunos conceptos sobre invertir en criptomonedas:
Sabiendo que existen más de 17.000 monedas digitales, podemos entenderlas como proyectos o empresas, de manera que muchas de ellas desaparecerán en los próximos meses y años, pero también se crearán muchas más. Y siguiendo este argumento, la pregunta entonces no es si invertirías en criptomonedas, sino si invertirías en las empresas que hay detrás, y como se hace en estos casos, deberías estudiar caso por caso para conocerlos y entender si merece la pena invertir en ellas o no.
Dicho esto, te darás cuenta de que las criptomonedas en general no son una estafa, sin embargo, como pasa con las empresas, seguro que existen, han existido y existirán algunas que sí lo sean.
A partir de este punto, en mi opinión puedes invertir en ellas para especular, si ese es tu propósito, o porque crees en el proyecto que hay detrás, pero siempre será importante que lo hagas con el conocimiento de que son inversiones arriesgadas por la alta volatilidad que existe en el mercado al tratarse de proyectos pequeños, y como se suele decir, utilizando dinero que no vayas a necesitar en el corto o medio plazo.
El autor, Alejandro Martín, es CEO de Digit-S