Los 10 años de la catástrofe de Haití, son también el inicio de una caída en picado de la cooperación valenciana. Son los inicios de desprestigio contra la cooperación valenciana en una trama presuntamente orquestada por un grupo de políticos que no debieron entender qué es esto de la cooperación y que no se debe hacer negocio a costa de las personas más vulnerables
Esta semana hemos recordado los 10 años desde que el terremoto de Haití asoló el país. Son muchas organizaciones y entidades las que llevan años trabajando por intentar recuperar la zona y conseguir una vida algo digna para esas personas que lo perdieron todo y no sólo me refiero a las pérdidas materiales, también la esperanza, la ilusión, la alegría, perdieron a sus familias… perdieron parte de sus vidas.
Una catástrofe terrible que como suele pasar azotó sin ningún tipo de contemplación a las personas más vulnerables en situación de pobreza que terminaron de perder lo poco que tenían. Este tipo de catástrofes azotan sin piedad especialmente a las zonas más vulnerables donde las construcciones no son seguras, donde hay chabolas, donde las instalaciones no tienen ningún tipo de garantía, donde todo esto se agrava.
Este terremoto de Haití ha sido muy sonado en nuestra Comunitat Valenciana por todo lo que se removió en la política valenciana en torno a esa catástrofe natural y los casos que corrupción política, presuntos y no tan presuntos.
Sin entrar en detalle, las ayudas presuntamente destinadas al terremoto de Haití sigue siendo objeto de noticia y de esperas judiciales a falta que se resuelva la que todavía está pendiente relacionada con el Caso Blasco.
En estos 10 años se ha hablado mucho de ese hospital que nunca se llegó a construir. Como nos recuerdan desde la Coordinadora Valenciana de ONGD, CVONG, recordemos los 4 millones de euros que salieron en convocatoria pública en el año 2011 para construir un hospital en Haiti, por cierto en una zona no afectada directamente por el terremoto, era dinero del que presuntamente pretendía apropiarse la trama corrupta (la sentencia al respecto está a punto de salir). Ese dinero, al estallar el caso de corrupción, nunca se ejecutó. Es decir, no llegó a Haití… no llegó a esas personas que necesitaban y necesitan a día de hoy salir de la situación de vulnerabilidad y de pobreza más extrema.
Además, cuando ocurrió el terremoto, Rafael Blasco lanzó desde la Consellería una recaudación de fondos directa de la ciudadanía valenciana. Algo inaudito, que nunca había hecho un gobierno, porque los gobiernos tienen sus presupuestos (esto lo hacen las ONGD). Recaudaron 177.000 euros de los valencianos que fueron adjudicados directamente en concepto de estudio previo para la construcción de un hospital en Haití a la pseudo ONG Fundación Hemisferio de su amigo el empresario Cesar Augusto Tauroni para hacerse con las ayudas de la cooperación, tal y como asegura la CVONGD
Posteriormente a eso, la CVONGD recuerda el dinero de la cooperación valenciana de la GVA que ha ido a parar a Haití y que está en las publicaciones oficiales, después del Huracán Matthew de 2016, fueron principalmente 100.000 euros en 2016 y otros 100.000 en 2017, gestionados por Unicef y Save the Children.
Haití es una gran olvidada de la cooperación valenciana, a pesar de ser uno de los países más empobrecidos del mundo, y el más del continente americano.
No es un país que tradicionalmente reciba fondos de la Generalitat Valenciana para realizar proyectos de desarrollo. A pesar de ser un país prioritario, suele quedarse fuera por falta de fondos. Aún así, las ONGD siguen y seguirán trabajando allí. Por ello me gustaría destacar el trabajo titánico que hace, por ejemplo, la organización valenciana Farmamundi desde hace 10 años.
Farmamundi junto a la ONG haitiana Mosctha continúan reforzando su trabajo conjunto en Haití de atención sanitaria y de prevención para reducir el riesgo ante desastres en el Departamento Oeste del país, cuando se cumple una década del devastador terremoto que arrasó gran parte de la capital, causó miles de muertes y dejó 1,5 millones de personas sin hogar.
En los últimos años y en medio de una inestabilidad social y política, ambas ONG han conseguido mejorar la salud y la calidad de vida de más 40.000 personas de forma directa a través de siete proyectos.
Farmamundi y Mosctha trabajan en los últimos años en la implantación de un plan integral de gestión de riesgos para reforzar la capacidad de resiliencia en salud de la población haitiana. También se insiste en la formación de promotores y creación de brigadas comunitarias voluntarias en zonas vulnerables para la gestión y prevención de riesgos, elaboración de guías y protocolos, así como el diseño de campañas de concienciación y educación. Por último, se incluye la dotación de kits de emergencia con botiquines de primeros auxilios, mochilas impermeables, gafas protectoras y cuerdas, entre otros enseres.
Otro gran objetivo ha sido la prevención del cólera, lo que ha ayudado al descenso paulatino de la enfermedad. Desde que comenzó la epidemia en 2010, Haití ha acumulado más de 820.000 casos de cólera y más de 10.000 muertes relacionadas con la enfermedad. Además del trabajo de atención sanitaria con clínicas móviles, se llevan a cabo talleres sobre salud preventiva, el buen uso y manejo del agua, instalación de sistemas de agua potable y campañas de saneamiento ambiental y limpieza.
En 2020 ambas organizaciones seguirán reforzando el trabajo de prevención para reducir el riesgo ante desastres, gracias al apoyo del Fondo de Emergencias de Farmamundi y a los convenios que se mantienen con la Generalitat Valenciana y la Xunta de Galicia.
Con esta noticia de la que nos podemos sentir bien orgullosos y orgullosas por el trabajo que entidades profesionales hacen bajo el paraguas de la cooperación valenciana, mejor alejarnos del recuerdo de esta catástrofe. Mejor alejarnos de ese hospital que nunca se construyó en Haití y que todavía sigue pendiente de juicio en el famoso Caso Blasco. Mejor intentar poner el foco en lo que se hace, en lo que se intenta mejorar, en las nuevas políticas de la cooperación, en el trabajo que desde hace años se hace para enterrar esa mala imagen y esa falta de recursos que azotó injustamente al sector de la cooperación valenciana.
Y es que el trabajo que se había hecho desde hacía 20 años entre todas y todos los valencianos por consolidar el sector de la cooperación valenciana con entidades públicas y privadas, cayó.
Se trataba de un caso de corrupción política pura y dura que salpicó a la cooperación, pero no fue un caso de corrupción por parte de propio sector, algo importante de matizar como siempre nos recuerda la CVONGD.
Por ello vamos a terminar con el ejemplo de las organizaciones valencianas que sí que trabajan por y para Haití, que respetan y se creen la cooperación. Y por el momento de esperanza que vive el sector gracias al trabajo diario de una CVONG cada vez más fuerte y más presente y gracias a un equipo de trabajo del gobierno valenciano profesional que se cree la cooperación valenciana y muestra de ello, son los esfuerzos que hace por volverla a posicionar al lugar donde siempre debió estar.
La semana que viene… más!