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AL OTRO LADO DE LA COLINA / OPINIÓN

Hipocresía internacional

En el escenario mundial no todo es lo que parece, tampoco en las últimas revueltas populares

13/06/2020 - 

La muerte de un ser humano es siempre algo muy triste, si además esta muerte es consecuencia de la violencia y aparentemente de la injusticia, aún más. Estos días pasados hemos visto como los Estados Unidos han entrado en shock ante unas imágenes, de un caso posible de brutalidad policial (ojo con la presunción de inocencia, que es aplicable para todos, no sólo para los delincuentes), y si esto es de por sí triste, aún más triste es que diferentes organizaciones lo hayan usado, como excusa para poner al país en una situación prácticamente de revolución. 

Revueltas sociales, saqueos, atropellos masivos, y toda clase de desmanes hemos podido ver estos días pasados por la televisión. Muy alejado de la igualdad, la tolerancia y los derechos humanos que exigen esos miles de personas movilizadas en distintas ciudades norteamericanas, todo, por el hecho de que estos movimientos han usado la condición racial del muerto, como excusa de sus tropelías e intereses ideológicos, sin tener en cuenta o por lo menos no provoca grandes movilizaciones, el hecho de los más de 30.000 muertos al año por armas de fuego, o de los siete niños al día que mueren en Estados Unidos. Parece que estos otros muertos que diariamente caen, son menos importantes que George Floyd (DEP), fallecido consecuencia de la detención policial.

La policía en Estados Unidos es muy diferente a la que tenemos en España, primero el sistema de organización es mucho más descentralizado y complejo que nuestro sistema de seguridad policial que es un sistema mixto, hay policías centrales como la Guardia civil y la policía nacional, hay también algunas policías autonómicas y después están además las policías locales, y dato muy importante todos ellos tienen naturaleza de cuerpos de funcionarios, con su formación e instrucción en Academias o centros oficiales. 

El sistema policial norteamericano, como decíamos, es mucho más complicado, tienen unas policías centrales, que allí llaman federales, integradas por personal que no son funcionarios como aquí, son personal contratado (ya saben el sistema anglosajón versus al nuestro que es el continental), y se integran en agencias federales. Está por ejemplo, el FBI, agencia especializada en el terrorismo, contrainteligencia, crimen organizado, crímenes violentos, los derechos civiles, etc.; está también la DEA, la agencia contra la droga, además existe la NPS, o Servicio Federal de Parques Nacionales, o el US  FWS, Servicio de Caza y Pesca, o la ATF la agencia de control de alcohol, tabaco, armas de fuego, y explosivos, y además está la US IC, Comunidad de Inteligencia de los Estados Unidos, compuesta a su vez por 16 agencias.

Pero a nivel de sus Estados, el equivalente a nuestras autonomías,  tienen también sus policías de características muy variadas también, y que incluso tienen especialidades específicas, como puedan ser los patrulleros de las autopistas o State Trooper de California, o los Ranger de Texas. Finalmente están las policías locales que se dividen en dos grandes grupos, en primer lugar los departamentos de policía de las ciudades, que a su vez pueden ser de múltiples tipos, pues a diferencia de lo que ocurre en España, tienen todas las competencias policiales, no solo las de policía administrativa, y llegan incluso a disponer de especialidades como operaciones especiales (SWAT/GEO), y por otro lado están las policías de los Condados (especie de comarcas y herencia de la división territorial británica) con los Sheriffs a su frente. Como pueden ver un grupo de miles de personas totalmente heterogéneo, y muy difícil y complicado de gestionar, dirigir e instruir.

La crispación en los USA es tal, que el movimiento de protesta, o Terrorista según el siempre provocador Donald Trump, ademas de robar, asaltar comercios, atacar a bienes y personas, ha pedido la disolución de los cuerpos policiales, e incluso algún concejal de Minneapolis ha llegado a apoyar la idea, para gran alegría del presidente USA que ve en estas revueltas, la posibilidad de presentarse en las próximas elecciones de noviembre, bajo el lema de, “yo o el caos”. Esta tensión política ha sido manipulada por diferentes grupos, para conseguir sus objetivos, algunos quieren incluso reescribir la historia, o mejor dicho ocultarla, olvidándose de aquel dicho de “quien olvida su historia está condenado a repetirla”. Entre la historia que quieren manipular es la que comparten con nosotros, atacando y decapitando estatuas de Cristobal Colón, olvidando que mientras ya en 1503 mediante una Ordenanza de los Reyes Catolicos, posteriormente reforzada por una Real Cédula de 1514, se autorizaban matrimonios mixtos entre europeos (caucásicos) e indios, los norteamericanos tuvieron que esperar a junio de 1967, para que el Tribunal Supremo USA declarase inconstitucional las leyes que prohibían el matrimonio interracial.

Estos alborotos se han replicado por el resto del mundo, organizándose manifestaciones, con algún altercado, que no brotaron con tanta vehemencia cuando, por ejemplo se produjeron las persecuciones étnicas de los Rohingyas, o la represión contra el pueblo Uigur, o el asesinato estos días pasados de Samaru Madkami, un adolescente de 14 años, por el hecho de ser cristiano en el este de la India. Fíjense las repercusiones que están teniendo lugar, que están afectando al ámbito tecnológico, pues la empresa IBM mediante su rechazo, y Amazon mediante una moratoria de un año de su programa Reckognition, han puesto en solfa la tecnología de reconocimiento facial, y han desaconsejado que las fuerzas del orden lo utilicen, por la preocupación de que puede tener un sesgo racista. Por su parte la Unión de Libertades Civiles de América ha acusado a esta última empresa, Amazon, de doble moral (¿hipocresía?), pues a la vez de que expresaba en una red social su “solidaridad con la comunidad negra” sigue vendiendo su programa de reconocimiento a 400 departamentos de policía.

Incluso en África se han aprovechado del incidente Floyd, en concreto en Kenia y Sudáfrica, para atacar a sus cuerpos policiales, que como se imaginaran no son blancos precisamente, acusándoles de brutalidad durante la pandemia, etcétera, etcétera , etcétera. Como ven, y aunque los sentimientos de la mayoría de los manifestantes puedan ser sinceros, los que se aprovechan, benefician o dirigen estas revueltas, tienen intenciones o sentimientos contrarios y ocultos, pues da la impresión, que lo que buscan es socavar nuestro régimen de libertades, es decir nuestro Estado del Bienestar, Democrático y de Derecho, que como todo sistema es mejorable, pero que parecen querer sustituirlo, por la otra opción que son los regímenes bolivarianos, autoritarios o de partido único estilo Xi Jinping, ... conmigo que no cuenten.

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