La desaparición del turismo aboca al cierre temporal de los establecimientos

La plaza hotelera de València, en pausa: solo la mitad de los alojamientos resisten abiertos

19/11/2020 - 

VALÈNCIA. 'Pausa' en la plaza hotelera valenciana. La práctica desaparición del turismo y el cierre perimetral de la mayoría de comunidades autónomas han abocado al sector a tomar drásticas decisiones para poder 'aguantar la embestida'. El duro golpe de la pandemia ha causado sus primeros estragos en los hoteles, con una acusada contracción de las reservas. Han sido muchos meses prácticamente 'en blanco' que han obligado a numerosos propietarios a poner sus negocios en venta, mientras que otros intentan aguantar cerrando de forma temporal los alojamientos para así minimizar gastos. 

El sector vive una dramática situación en el corto plazo que ni siquiera los pasados puentes pudieron salvar. No hay demanda y las 'minivacaciones' no han conseguido dar un balón de oxígeno a estos negocios. El 'libro de reservas' de los hoteles valencianos "apenas se ha movido", porque la incertidumbre sobrevuela el ambiente. Las ocupaciones no superan el 25%, lo que ha llevado a muchos empresarios a colgar el cartel de cerrado temporalmente, a la espera de que la demanda se estimule de nuevo. "Si toda la oferta en València estuviera abierta, los hoteles no llegarían ni al 10%. La situación es dramática en estos momentos", señala a este diario Luis Martí, presidente de la Confederación de Empresarios Turísticos de la Comunidad Valenciana (CET-CV).

Ante este escenario, muchos alojamientos han decidido echar el cierre de forma temporal hasta que se "normalice la situación" y los huéspedes regresen. Otros, en cambio, ya se han resignado a desprenderse de los negocios y buscan compradores ante la imposibilidad de hacer frente a un frío invierno. Ni siquiera la flexibilización de las condiciones o los descuentos han conseguido atraer clientes. El miedo al contagio y las medidas acordadas en las diferentes autonomías frente a la pandemia imposibilitan en muchos casos la movilidad y, por ende, complican la viabilidad del turismo. 

De este modo, la fotografía en València deja un triste panorama: muchos establecimientos con la persiana bajada. "En estos momentos hay 60 alojamientos abiertos de los 110 que conforman la plaza valenciana, pero todo es muy cambiante en función de los días", puntualiza. Y es que hoteles que hace una semana permanecían abiertos, finalmente han cambiado su estrategia. "Hay algunos con una ocupación razonablemente alta porque están más orientados a los negocios o tienen convenios con empresas, pero aquellos destinados al turismo extranjero y al ocio sufren más, porque no hay demanda. Si la Comunitat está cerrada, ¿qué turistas van a tener?", se cuestiona.

Algunos, incluso, han reabierto de forma temporal gracias a reservas concretas como, por ejemplo, para acoger al staff, equipos o prensa del pasado Gran Premio de Moto GP de Cheste. Pero, tras la carrera, vuelven a cerrar su puertas. "También hay casos en los que es la propia cadena la que les impone el cierre a los hoteles, porque tienen varios en la ciudad y únicamente mantienen uno abierto", explica Martí. "La situación es muy mala y cada día vemos una realidad diferente", añade.

Este es el caso de la cadena valenciana de alojamientos tematizados Casual Hoteles, que ha decidido cerrar temporalmente todos sus establecimientos ante la ausencia de actividad turística. "Ahora mismo no hay negocio porque no hay turistas y para trabajar a pérdidas operativas hay que tener un pulmón financiero muy fuerte", afirma Juan Carlos Sanjuán, CEO de la compañía. De este modo, la firma ha decidido clausurar los 18 hoteles que tiene entre España y Portugal.

Ya en octubre, Sanjuán advertía de que las ventas en Casual se situaban en el 12%, con una caída en los precios de cerca del 70%, llegando a valores "ridículos y con ocupaciones mínimas". Una situación que hacía insostenible su viabilidad financiera. Ahora, su intención es reanudar la actividad en mayo, aunque todo dependerá del comportamiento del mercado.

Decisión similar ha adoptado el Grupo Comatel, que hace unas semanas decidió cerrar su hotel más emblemático, en el Palacio Vallier, ubicado en la Plaza de Manisesun edificio modernista construido en 1890 e integrado en el área de protección del la declaración de Bien de Interés Cultural del Palau de la Generalitat. "No hay clientes y con las actuales restricciones no puede venir nadie. La ocupación en València es mínima y no es rentable. Conozco casos en los que solo había tres huéspedes y con eso no cubres ni la luz del hotel. Por tanto, cerramos hasta que se recupere cierta normalidad", explica Fidel Molina, presidente del grupo. 

La vacuna, la esperanza del sector

Eso sí, Molina mantiene las esperanzas en la vacuna, como la mayoría del sector hotelero. "Estoy convencido de que una vez circule la vacuna, la situación cambiará", agrega. Sus previsiones pasan por volver a reabrir entre febrero y marzo del próximo año."El panorama es oscuro, aunque tenemos la esperanza de retomar la actividad en marzo. Los avances que se han anunciado en cuanto a las vacunas nos dan un rayo de luz, pero muchos no van a poder aguantar y se quedarán por el camino", lamenta el presidente de Comatel. En su caso, ya preparan protocolos y modificaciones para esa esperada 'vuelta' y con el fin de poder "salvar la próxima temporada". "No nos hemos quedado bloqueados", apostilla.

Un horizonte que también contemplan desde la Confederación de Empresarios Turísticos de la Comunidad Valenciana. "Los hoteles que hayan cerrado ahora lo estarán hasta marzo, que es cuando se valorará si hay una tercera ola y el impacto de la vacuna. Además, será el momento de ver si se reanuda la campaña de cara a Semana Santa y verano, porque las Fallas son una verdadera quimera", puntualiza Martí. 

Pese a este escenario incierto, no cree que la plaza valenciana reduzca su oferta de forma definitiva. Podrá haber cambios en la propiedad, pero no prevé cierres definitivos de hoteles. De hecho, existen varios proyectos parados, a la espera de la evolución de la pandemia. Y es que se trataba de un segmento inmobiliario con mucho dinamismo en la ciudad, que se había erigido como un polo importante para la inversión debido al auge del turismo y la mejora de la rentabilidad frente a otros mercados urbanos más maduros, como Madrid y Barcelona. "Habrá fondos a la espera de comprar algún hotel para luego reabrirlo, pero cierres definitivos no creo que se produzcan muchos, porque hay un escenario de esperanza con la vacuna", recalca Martí. 

No obstante, para que la reactivación del turismo sea más rápida, el sector reclama un plan de ayudas que alivie a muchos empresarios la angustia financiera que padecen. "Las restricciones están siendo continuas en Europa, pero la diferencia entre España y países como Alemania o Francia es que sus medidas van acompañadas de ayudas directas para mitigar el golpe. En cambio, en el caso español, solo hay restricción tras restricción, pero las ayudas son escasísimas y no son suficientes para paliar esta situación", concluye.

 

Noticias relacionadas