Las conclusiones muestran que el humo de los incendios forestales puede adherirse a superficies domésticas como alfombras, cortinas o mostradores, lo que amplía la exposición de quienes se encuentran en el interior y puede causar problemas de salud incluso después de una limpieza inicial con purificadores de aire. Sin embargo, según la profesora Delphine Farmer, la investigación también demuestra que una simple limpieza de las superficies --como pasar la aspiradora, quitar el polvo o pasar la fregona-- puede reducir la exposición y limitar el riesgo.
"Esta investigación demuestra que sucesos como el incendio Marshall en Colorado, los incendios forestales en Canadá y los recientes incendios en Hawai presentan un grave potencial de exposición, no sólo cuando se producen, sino mucho después --alerta Farmer, que trabaja en el Departamento de Química de la CSU--. Este trabajo es un paso inicial clave para proporcionar información práctica y procesable sobre cómo protegerse y limpiar el hogar".
Para comprender mejor cómo entra y permanece el humo en los edificios, los investigadores quemaron astillas de madera de pino en una instalación de pruebas residenciales de energía neta cero gestionada por el Instituto Nacional de Normas y Tecnología (NIST) de Maryland. Esta instalación se utiliza con frecuencia para estudiar cómo influyen los distintos sistemas en el modo en que la energía, el agua y el aire circulan por una vivienda unifamiliar. Según Dustin Poppendieck, investigador medioambiental del NIST que ayudó a coordinar el proyecto, la detallada instrumentación disponible para ese trabajo se adaptaba perfectamente a esta investigación.
"La Net Zero House del NIST permitió a los investigadores seguir el movimiento y la transformación de las sustancias químicas en el aire y en las superficies en tiempo real utilizando instrumentos que no interfieren con el comportamiento del humo", explica Poppendieck.
Las sesiones de inyección de humo se sucedieron con regularidad durante varios días y, según Farmer, la cantidad total aplicada fue comparable o ligeramente inferior a los niveles de partículas observados durante los incendios forestales de Canadá. A continuación, el equipo realizó mediciones minuciosas de los niveles de calidad del aire y las condiciones de la superficie después de abrir puertas y ventanas exteriores, limpiar y utilizar los sistemas de limpieza del aire incorporados en la vivienda.
El equipo de la CSU estaba especialmente interesado en la fase gaseosa de los compuestos procedentes del humo, mientras que otros equipos de la Universidad de California en San Diego, la Universidad de California en Boulder y la Universidad de Carolina del Norte en Chapple Hill exploraron las distintas fases e interacciones en el hogar. A continuación, el equipo comparó los resultados entre los distintos estados para confirmar lo que ocurría realmente en el hogar tras la quema.
Según Farmer, los resultados de esta investigación interdisciplinar podrían aplicarse también a otros grandes episodios de contaminación atmosférica, como el descarrilamiento de un tren en East Palestine (Ohio), donde es probable que se den los mismos principios de adherencia de los compuestos a las superficies.
Dado que no se han realizado muchas investigaciones similares sobre el aire interior, el equipo se basó en los resultados de otras investigaciones sobre los efectos del humo de los cigarrillos. Según Farmer, la combustión de nicotina produce compuestos específicos que plantean problemas de salud bien conocidos, por lo que la comparación con los resultados de su proyecto resultó muy instructiva.
"La nicotina reacciona en las superficies y crea un conjunto de compuestos especialmente desagradables llamados nitrosaminas, que es de donde procede la verdadera preocupación por el humo de tercera mano que queda --explica--. En cambio, con el humo de los incendios forestales, descubrimos que había una enorme diversidad de compuestos orgánicos que se adhieren a las superficies, que luego se desprenden lentamente".
La cantidad, persistencia y variedad de los compuestos del humo de los incendios forestales en cada caso podría cambiar los métodos recomendados para limpiar los espacios interiores. Según Farmer, se trata de un campo de investigación que el equipo espera explorar en el futuro. Por el momento, el equipo ha podido demostrar que la cantidad de humo que queda en las superficies es proporcional a la superficie limpiada. Esto significa que una limpieza sencilla y específica de los espacios grandes pero poco visibles que pueden atrapar compuestos nocivos, como armarios y sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado, podría ser beneficiosa de inmediato.
"A medida que avancemos en esta investigación, nos gustaría saber hasta qué punto son eficaces los distintos métodos de limpieza y cuándo deben los residentes pasar de medidas relativamente sencillas, como el uso de productos de limpieza comerciales para fregar, a medidas más drásticas, como la sustitución total de los paneles de yeso", afirma.
El equipo de Farmer también ha recibido recientemente financiación de la Fundación W.M. Keck para investigar cómo el smog puede entrar y permanecer en el hogar de forma muy similar al humo de los incendios forestales.
"En el futuro quiero estudiar cómo influye en estas cuestiones el aspecto económico de construir un edificio más eficiente desde el punto de vista energético y ayudar a la gente a comprender los riesgos y las posibles soluciones a su alcance --anuncia--. La CSU está bien posicionada para liderar este tipo de trabajo interdisciplinario y abordar las implicaciones prácticas debido a la misión de servicio de concesión de tierras que impulsa nuestra universidad".