VALENCIA. Los diseñadores de la Comunitat Valenciana se reunieron este miércoles en Las Naves para celebrarse. No pocos piensan que la reunión de este año llega ‘tras la tormenta’; una crisis que convierte en irreconocible el mismo entorno profesional hace cinco años. Otros creen estar en mitad de la resituación de clientes próximos y lejanos. Todos, bien avenidos –aunque más críticos que felices con este corporativismo a micro cerrado-, conscientes de que el nivel de los premiados sería perfectamente vigente en unos galardones homónimos a escela nacional o europea.
La Asociación de Diseñadores de la Comunitat Valenciana escogió en esta ocasión a Antoni Arola, Eduardo del Fraile y Óscar Pérez como jurado. Su decisión, que inevitablemente no pudo estar exenta de discrepancias, dejó sin premio a los trabajos tipográficos o no concedió un galardón de plata al ‘mobiliario’, pese a la producción y el peso del sector a nivel industrial. De hecho, por número de galardones y por el propio espacio que en la gala ocuparon unos y otros, los gráficos parecieron ser –otra vez- los verdaderos protagonistas de la noche. Y el protagonista de protagonistas fue Ibán Ramón, ganador de seis de estos premios: oro en naming, diseño editorial folletos, carteles y autopromoción; plata en diseño editorial libros y diseño editorial diverso.