VALÈNCIA. Vender ovillos de lana cuando eso de tejer se había quedado para las abuelas, no pareció motivo suficiente para que Pepita Marín y Alberto Bravo descartasen la idea de montar una tienda online donde vender kits para tejer. La inspiración les vino en el metro de Nueva York, donde coincidieron con una joven que iba haciendo punto y que les pareció de lo más cool.
Al tiempo fundaron ellos We are knitters, posiblemente el ecommerce de venta de ovillos de lana más rentable del mundo y que hace ya años que superó los 10 millones de euros de facturación. Aunque siempre han crecido más fuera que dentro del mercado español, We are knitters suele presentarse hoy como caso de éxito de una empresa emergente enmarcada dentro de un mercado muy de nicho.
Encontrar una veta en el mercado donde la competencia es escasa y acertar es complicado. Entre otros motivos porque lo normal es pensar que, si hay pocas, será por algo, bien sea porque el segmento es tan pequeño que no compensa el esfuerzo, bien porque el mercado no está lo suficientemente maduro, bien por tener una solución tan novedosa que da miedo arriesgarse.
Sin embargo, los emprendedores capaces de identificar una oportunidad insatisfecha o a crear un mercado nuevo, tienen la posibilidad de dar con un filón.
En Hovering solutions, por ejemplo, se dieron cuenta de que la mayoría de los drones existentes en el mercado no saben volar sin un GPS y que tampoco pueden avanzar en zonas subterráneas. Se pusieron manos a la obra y han diseñado un dron autónomo capaz de atravesar galerías y obtener en pocos minutos un mapa 3D de lo que sucede en su interior.
“Competencia, que sepamos, solo hay dos empresas que ofrecen navegación autónoma subterránea. Una está en Australia y otra en EE.UU. Ambas han recibido rondas de financiación por importes notables. La diferencia con ellos, además del capital levantado, es que no fabrican su propio dron, algo que sí hacemos nosotros en nuestras instalaciones de Las Tablas -Madrid-. Esto nos permite tener una ventaja competitiva frente a ellos y es que nuestro vehículo es más pequeño y más ligero. Luego hay una tercera empresa, que está en Suiza, y tiene un dron que es como una bola pero, al diferencia del nuestro, requiere piloto y tiene una autonomía pequeña”, dice Alvaro Fernández, responsable de desarrollo de negocio y financiero de Hovering, donde están tramitando la patente europea.
El mercado al que se dirigen también es de nicho, pero los clientes son de la talla de Iberdrola, Endesa, Edp, Canal de Isabel II…Se orientan a empresas de mantenimiento de aguas, de infraestructuras, de construcción, Ayuntamientos o las empresas que ganan los contratos de mantenimiento.
También el coche eléctrico continua siendo cosa de unos pocos en nuestro país. Los estudios hablan de una cuota de matriculaciones de coches enchufables de entre un 5 y un 10% en España.
Su adopción minoritaria no fue óbice suficiente para quitar de la cabeza a Enrique Alía su deseo de emprender en este ámbito convencido de que, tarde o temprano, el uso del coche eléctrico daría el salto al mercado convencional. Así tendrá que ser a partir de 2035, fecha límite fijada por la reciente medida del Parlamento europeo para fabricar mas coches de combustión.
Con estas miras a futuro constituyó Alía la empresa cargatucoche, especializada en la instalación de puntos de recarga de forma profesional para vehículos eléctricos o híbridos enchufables. Quieren estar así preparados para que, cuando llegue la adopción masiva, exista personal cualificado suficiente para llevar a cabo la instalación. En este caso, sucede algo similar a lo que está ocurriendo con las placas solares, que no se exige un título específico al instalador, circunstancia que, en muchos casos desemboca en intrusismo y acaba ‘prostituyendo’ las ventajas de la tecnología.
La startup ha instalado 2.500 puntos de recarga desde 2020 y cuenta, además, con la mayor red y más cualificada de instaladores de puntos de recarga de España. Las previsiones de facturación para el cierre de 2022 son de, aproximadamente, 5 millones de euros.
Algo mayor que la penetración del mercado del coche eléctrico, es el mundo cripto, pero poco más. Las estimaciones apuntan a un nicho de entre el 10 y el 12% de la comunidad que operan con activos digitales en nuestro país. Sin embargo, en Onyze no tienen duda de que esto, más pronto que tarde, van a acabar queriéndolo también los bancos vista la fuga de clientes a escala global.
Para normalizar la operativa y dar seguridad a los nuevos usuarios cripto, Onyze se constituye como solución de custodia de nueva generación. Se dirigen no solo a las claves y los wallets de los usuarios finales, sino también a proporciona al sector financiero servicios e infraestructura crítica de seguridad para la compraventa y custodia de activos digitales.
“Hay mucha gente que está interesada en el cripto, pero que no tiene la mentalidad de early adopter. Lo único que quieren es probar con un activo nuevo para ver como funciona, pero de forma segura. Si queremos llegar al 90% de la población pendiente de su adopción, hay que hacerlo de forma paulatina, a través de lo que ya conocen. Por eso, en Onyze lo que estamos haciendo es montar entornos fiables. Nuestro modelo actual es darle herramientas a la banca para que esta pueda construir proyectos cripto y ofrecer este servicio a los clientes que lo quieran como otro cualquiera”. En esta línea, han hecho ya una prueba de concepto con La Caixa y otras entidades financieras.
¿Quién le iba a decir a la banca hace muy pocos años que iba a terminar pasando por el aro?