VALÈNCIA. El centro urbano de Valencia destaca por su monumentalidad, con edificios civiles de gran belleza como la Lonja, las Torres de Serrano, las Torres de Quart o el Mercado Central.
Sin embargo, no podemos olvidar que Valencia fue un importante centro de la cristiandad desde tiempos de la Reconquista, y que la ciudad llegó a tener medio centenar de conventos en el siglo XVII.
Por eso, otro de los atractivos de recorrer el centro de Valencia es visitar sus numerosos edificios religiosos, entre los que se incluyen una catedral, una basílica y múltiples iglesias.
Hablar de Iglesias y Catedrales en Valencia es hacerlo de la Seu y de la Basílica de la Mare de Déu. Ubicadas a muy pocos metros, en las Plazas de la Reina y de la Virgen, respectivamente, ambos edificios atraen a cientos de visitantes cada año.
La Iglesia Catedral-Basílica Metropolitana de la Asunción de Nuestra Señora de Valencia (ese es su nombre completo, aunque se conoce popularmente como "la Seu"), está dedicada a la Asunción de María y es la actual sede del arzobispado de Valencia.
Aunque cuenta con elementos de diferentes estilos artísticos (románicos, barrocos, neoclásicos, etc.) podemos enmarcarla dentro del gótico valenciano.
En su interior contiene algunas de las primeras y mejores pinturas del Quattrocento italiano, y entre sus puertas se venera el Santo Cáliz, una pieza datada en el siglo I d.C.
Algunos de los elementos más característicos de la Catedral de Valencia son la puerta de L´Almoina (de estilo románico), la pequeña capilla de Sant Jordi (ubicada en la parte septentrional y donde, según la tradición, se celebró la primera misa en el siglo XIII) o su famoso campanario, conocido popularmente como "El Micalet" o Miguelete.
Respecto a la Basílica de Valencia (Real basílica de la Virgen de los Desamparados), es un edificio algo más moderno (aunque se puso en pie en el siglo XVII, no recibió el título de Basílica hasta mediados del siglo XIX) y que cuenta en su interior con frescos de Antonio Palomino, pintor de cámara del rey Carlos II.
Esta Basílica tiene mucho valor sentimental para los valencianos, pues en su interior se venera la imagen de la Mare de Déu dels Desamparats, patrona de la ciudad.
Nos resulta imposible responder a esta pregunta. El motivo es que, además de la Catedral y la Basílica, en Valencia hay multitud de Iglesias que bien merecen una vista.
Algunas de ellas son:
Iglesia de San Nicolás. Construida en el siglo XV, fue una de las primeras iglesias fundadas en la ciudad tras la reconquista cristiana. Destaca por su estructura gótica y por su excelente decoración barroca, siendo especialmente relevantes las bóvedas decoradas con pinturas al fresco por Dionís Vidal. Dedicada a San Nicolás de Bari y a San Pedro Mártir, esta iglesia se ha ganado el sobrenombre de "la Capilla Sixtina valenciana", siendo uno de los principales reclamos culturales para los turistas.
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San Juan del Hospital. Esta pequeña iglesia se sitúa en el número 5 de la calle Trinquete de Caballeros, una de las más antiguas de la ciudad. Perteneciente durante años a la Orden de San Juan del Hospital y Malta, ha sido convento, hospital y cementerio, tal y como atestiguan los restos arqueológicos encontrados allí.
Iglesia de Santa Catalina. Esta iglesia está situada a pocos metros de la Catedral de Valencia, y es una de las más queridas por los valencianos. Data de 1245 y destaca por su campanario, que ofrece unas bonitas vistas desde la cercana calle de la Paz.
Iglesia del Carmen. En el corazón del barrio del Carmen se encuentra la Iglesia de la Santísima Cruz, una de las construcciones religiosas más importantes de la Valencia. De su conjunto arquitectónico destacan el claustro gótico, el claustro renacentista, la capilla medieval y la Parroquia de la Santa Cruz.
Iglesia de los Santos Juanes. Al lado del Mercado Central y prácticamente enfrente de la Lonja nos topamos con otra de las iglesias más importantes de Valencia: la Real Iglesia de los Santos Juanes, conocida como iglesia de San Juan del Mercado (Església de Sant Joan del Mercat) y que recibió el título real de Isabel II. El origen de este monumento barroco se remonta al siglo XIII y destaca por dos elementos fundamentales: el gran óculo cegado de su fachada gótica, conocido como "la O de Sant Joan", y su gran retablo de piedra sobre una terraza. Reconstruida a causa de un incendio en el siglo XVIII, hoy en día se están realizando en su interior importantes tareas de restauración.
Visitar los monumentos religiosos de Valencia es una de las tareas pendientes que todo aquel que visita esta ciudad debe hacer.