Íñigo de la Serna pincha el globo de los fondos europeos: "Hace falta más flexibilidad y descentralización"

ALICANTE. La cita anual de Diálogos para el Desarrollo en Alicante, que cada año patrocinan Cajamar, Crédito y Caución y, esta vez, Safeployee, ponía sobre la mesa al ex ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, y al economista y ex presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, que debían abordar la globalización, la tecnología y el talento, pero al final se han colado otros asuntos de rabiosa actualidad, como los fondos europeos y la intervención en el marcado del alquiler, anunciando por el Gobierno de Pedro Sánchez y Unidas-Podemos.

Y las dudas sobre ambos temas las ha verbalizado Íñigo de la Serna, en su primera intervención, quien que ha querido rebajar la euforia y el efecto de transformación que, a su juicio, hay depositados en la ejecución de los fondos europeos. El ex titular de Fomento ha sido muy claro a la hora de enumerar las deficiencias de los Next Generation y con el reto de la función de transformar el modelo productivo de España. "Por un parte, los fondos los está ejecutando únicamente la administración y hay falta cultura de colaboración público-privada"; es decir, a su juicio, debería cambiar esa dinámica. Y por otra parte, al plan de transformación nacional le falta concreción; falta una guía más esclarecedora, sólo existe la parte normativa y, por lo tanto, hay incertidumbre". Por esta razón, el también ex alcalde de Santander ha admitido que es muy difícil cumplir con la ejecución de los fondos europeos; "hace falta más flexibilidad" .

De la Serna ha reconocido la dificultad de un ministerio para que pueda ejecutar todo el montante destinado a los fondos europeos y, por ello, ha recomendado que la ejecución de los Next Generation pueda descentralizarse entre las comunidades autónomas y los ayuntamientos. De la cantidad pendiente, debería ceder el 55%, ha dicho el ex ministro, quien ha puesto como ejemplo, que de los 24.000 millones que le corresponden a España, sólo se han ejecutado el 5%, 1.200 millones. "Es una oportunidad política para cambiar las condiciones teniendo en cuenta que la Unión Europea pondrá condiciones en los plazos de ejecución", ha indicado.

Las opiniones de De la Serna han sido secundadas por su compañero de diálogo, Joaquín Leguina, que también ha abogado por hacer más partícipes a los ayuntamientos y a las autonomías.

El otro gran tema del debate han sido las infraestructuras, en concreto, el Corredor Mediterráneo. De la Serna ha dicho que representa una gran oportunidad para Alicante y la Comunitat Valenciana para generar nuevos tránsitos de pasajeros con Murcia y València y para mejorar, a su vez, las mercancías. "Alicante tiene un buen puerto y un buen aeropuerto", ha recalcado. Pero una vez más, el ex ministro ha vuelto a recordar la importancia de la colaboración púbico-privada, y ha recordado el proyecto que puso en su etapa al frente de Fomento para ampliar la autopista A70, desde Crevillent hasta Alhama de Murcia, y que finalmente se desestimó con el cambio de Gobierno. "Era una inversión interesante, una oportunidad para las empresas, y que además no computaba déficit público, ahora podría estar ya a pleno rendimiento", ha recordado. 

El tema energético también ha ocupado parte de la transición. En plena escalada del recibo de la luz, Leguina ha defendido el funcionamiento de las estaciones nucleares como generadores de energía más barata, y De la Serna,  por su parte, ha reivindicado que no haya imposiciones en la tecnología energética, es decir que exista la neutralidad, y que la transición se de verdad, laxa en el tiempo, para "no dejarnos a más empresas por el camino".

Por último, Leguina ha puesto sobre la mesa datos sobre la población y el envejecimiento que a su juicio deben preocupar, y mucho, a los gobernantes.  "Tenemos la esperanza de vida más alta de Europa, la tasa de natalidad más baja y la tasa de paro juvenil más alta", ha lamentado. El ex dirigente socialista también ha lamentado el desequilibrio latente entre empleo y formación, ha sido muy crítico con la labor de las universidades como facilitadores de movilidad formativa y ha censurado las cifras de inversión de I+D+i, especialmente, en la Comunitat Valenciana.