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59 CONGRESO DE LA UIA

Inmigración, de la búsqueda de talento a la protección del refugiado

Los expertos reunidos en la Unión Internacional de Abogados coinciden en los efectos beneficiosos de la inmigración

30/10/2015 - 

VALENCIA. Ante los desafíos de la emergente globalización 3.0, los conflictos internacionales y el envejecimiento de la población en los países desarrollados, ¿la inmigración es una oportunidad demográfica o un riesgo económico? El equilibrio entre el comercio internacional y la protección de los derechos humanos a nivel global en materia migratoria protagonizaron este jueves el tema principal de la 59ª edición del Congreso anual de la Unión Internacional de Abogados (UIA) que acoge estos días el Palacio de Congreso de Valencia.

La inmigración no es un factor de riesgo para el mercado de trabajo, ni los salarios ni el paro, sino un factor de crecimiento, sostuvo Jean-Christophe Dumont, responsable de la División de Migración de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), uno de los ocho ponentes internacionales invitados a la conferencia titulada La ley de inmigración, globalización y movilidad En la cita se analizó los movimientos migratorios desde las diversas normativas europeas, asiáticas y americanas, la estrategias globales de búsqueda del talento entre la población inmigrante y la protección de los refugiados.

“Antes de la crisis, se ha demostrado que en España la inmigración es positiva en la balanza fiscal directa, ya que los inmigrantes contribuyen más en impuestos y cotizaciones sociales que en recibir una prestación individual”, afirmó a Valencia Plaza Dumont, quien sin embargo no oculta que la sociedad europea es poco permeable a estos análisis favorables de la inmigración.

“Extrañamente, en los países más expuestos al sentimiento antiinmigración, por ejemplo, Inglaterra y Suiza, el beneficio económico es más importante. Hay un desfase entre la percepción y la realidad. La explicación está en los efectos de la concentración y el discurso político. La cuestión clave es la integración para hacer comprender que la inmigración aporta competitividad y para diseñar políticas migratorias”, añadió.

La inmigración no es un factor de riesgo para el mercado de trabajo

En su intervención, Dumont abordó las tendencias migratorias y el diseño de las políticas públicas basadas en la demanda, el nivel de cualificación y la permanencia. “Quién debe entrar, quién debe seleccionar a los inmigrantes, a cuántos inmigrantes se les debe permitir la entrada y cuánto tiempo deben permanecer son las cuestiones esenciales de las políticas migratorias. Pero también debe jugarse con el equilibro entre el mercado interior de trabajo y limitar el riesgo de la inmigración ilegal. Históricamente, el modelo se basaba en la demanda en los países receptores, pero ha quedado obsoleto. Los inmigrantes permanentes suponen menos del 10% de todas las políticas migratorias. Ahora lo que cuenta en Europa es una movilidad libre”.

Canadá, un ejemplo en captar talento

Con la preocupación de mejorar la movilidad, en Canadá las grandes empresas contribuyen a las políticas migratorias enfocadas a captar talento porque saben que es crucial para mejorar la economía, según explicó Stephen Creyen, presidente del Consejo Canadiense para la Reubicación de los Empleados (CERC) durante su ponencia sobre los desafíos de la inmigración y los nuevos modelos de trabajo en la economía del saber y las nuevas tecnologías, donde defendió la necesidad movilizar la mano de obra para contrarrestar los altibajos demográficos.

Hay personas que necesitan huir y no pueden hacerlo aunque tengan dinero

Según investigaciones elaboradas por el CERC, el 56% las empresas americanas critican la falta de cobertura de plazas de alta cualificación, y no se cubre la sexta parte de los puestos de trabajo en el ámbito de las finanzas y la contabilidad. “Solo una de cada cuatro personas está dispuesta a moverse con una buena oferta de trabajo. Muchas empresas tienen problemas en sus planes de sucesión, y las nuevas generaciones de titulados prefieren trabajar para multinacionales.

Las tendencias muestran que mercado de trabajo demandará un 63% de trabajadores del conocimiento frente al 18% de empleados con habilidades para el comercio, pero el desafío reside en las prácticas proteccionistas de los gobiernos y en la mentalidad de las familias. En Europa la actitud es más negativa que América para cubrir los puestos de talento, porque la opinión pública moldea la política pública sobre el grifo de la inmigración”, apuntó Creyen.

En 2014, quince conflictos más

En el contexto de la crisis humanitaria que vive Europa ante el conflicto sirio, Marta García, responsable de la unidad de Protección de ACNUR, señaló los principales retos para Europa y los países circundantes como Líbano, donde uno de cada cuatro ciudadanos es refugiado. “Hay que trabajar para buscar vías legales en el acceso a ciertos territorios para evitar las situaciones horribles que vemos a diario, como el movimiento de menores no acompañados o la integración de los refugiados que deben afrontar grandes problemas en temas lingüísticos o laborales”.

El año pasado, señaló García, el mundo padeció quince nuevos conflictos, incrementando la aparición de nuevos flujos migratorios. “Los conflictos se prolongan mucho más en el tiempo. Es un reto, porque los refugiados no pueden volver a sus países por la seguridad de sus vidas y necesitan ser ayudados. Son personas con objetivos y aspiraciones, con profesión. Desde ACNUR animamos y asesoramos a los gobiernos que hagan cambios legislativos. Entre países, todavía hay muchas diferencias, están lo más receptivos y los que levantan vallas”.

El 56% las empresas americanas critican la falta de cobertura de plazas de alta cualificación

Preguntada durante la ponencia si la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 refuerza el hecho de que los refugiados sin medios no pueden salir de sus países, García afirmó que el dinero no es siempre la solución para escapar de la guerra, el hambre o las adversidades climáticas. “Hay personas que necesitan huir y no pueden hacerlo aunque tengan dinero, por falta de documentos y la facilidad de ser interceptados por las autoridades de sus países. Es muy importante la flexibilidad para acceder a los territorios más seguros. Esta situación de desprotección solo beneficia a las redes de tráfico de personas”.


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