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isabel cosme, presidenta de cecoval

"Al PP se le fueron muchos votos por no saber escuchar al comercio"

La presidenta de la Confederación de Empresarios del Comercio considera que el acuerdo con la administración sobre zonas con libertad horaria ha hecho que Valencia haya pasado de ser un foco de preocupación a un ejemplo de consenso para el resto de comunidades

2/01/2016 - 

VALENCIA. Isabel Cosme admite estar positivamente sorprendida ante el acuerdo cerrado entre las grandes empresas y el Ayuntamiento de Valencia para mantener dos zonas con los horarios comerciales liberalizados en la capital. La presidenta de la Confederación de Empresarios del Comercio Valenciano (Cecoval) destaca la flexibilidad de las partes en la negociación y admite que su organización prefería que se mantuviera sólo la zona en torno a la calle Colón. Por eso, aunque considera que no es la mejor solución, cree que es el único acuerdo posible.

Cosme opina que el anterior gobierno local no gestionó bien este tema y eso le ha pasó factura en las urnas. A los nuevos gestores municipales les pide que definan qué quiere "ser de mayor" la ciudad desde el punto de vista comercial, que se replantee su estrategia de movilidad porque los atascos perjudican al sector y que aborde la patata caliente de las Fallas: "son nefastas para el comercio, hay que darle la vuelta al calcetín".

-Parece mentira que se haya llegado a un acuerdo partiendo de posturas tan lejanas...

-El acuerdo nace de la decisión del Ayuntamiento de montar el Consejo Local del Comercio, que era una de nuestras peticiones a los partidos para las elecciones de mayo: crear un organismo en el que hubiese un seguimiento de temas municipales que afectan al comercio. Yo he de decir que no las tenía todas conmigo de que se pudiera llegar a un acuerdo de este tipo. A nivel autonómico, con Buch, lo intentamos. Nosotros estuvimos muy predispuestos y Anged también puso sus condiciones sobre la mesa para seguir negociando, pero entonces cada uno nos quedamos en nuestro extremo. No sé como lo ha hecho ahora el Ayuntamiento, puede que el hecho de que el concejal de Comercio, Carlos Galiana, no viniera del sector, le haya permitido tener la mente más abierta para escuchar a todos.

-Al principio, sin embargo, la postura del consistorio parecía inflexible...

"Los interlocutores eran Anged y el Ayuntamiento, denunciante y denunciado si no había una solución"

-A nosotros mismos nos sorprendió que se sacaran de la chistera la zona de la Lonja. Nos trasladaron que, o llegábamos a un acuerdo entre las partes, o se aprobaría solo esa zona. Nosotros no nos hemos movido porque estábamos posicionados con la filosofía del nuevo Ayuntamiento de menos zonas. Los dos interlocutores en principio eran Anged y el Ayuntamiento, llamados a ser denunciante y denunciado si no había una solución. Porque aquí lo que se discutía era la judicialización por la situación de partida. Por otra parte, quienes han trabajado muy bien como intermediarios y mediadores han sido las asociaciones de consumidores. Creo que han sabido valorar el hecho de que si se destruye pequeño comercio se pierde diversidad y oferta y han sabido señalar las dos zonas que cumplen el requisito de la afluencia turística. Si los consumidores creen que eso es suficiente ¿quien tiene el poder de arrogarse la representación de los clientes?

-¿Hay alguien que salga más beneficiado?

-Todos hemos tenido que ceder y perder. El Ayuntamiento ha perdido la posición radical del mínimo y Anged ha cedido el 70 y 80 de zona liberalizada que tenía. Nosotros hemos cedido de una zona a dos. Además, a cambio de ceder el consistorio ha sacado unos compromisos por escrito sobre los que hay que decir que Anged ha sabido estar a la altura. Son unos compromisos de empleo que son buenos para los trabajadores, porque las empresas de Anged tienen unos convenios en los que está muy igualado a nivel salarial trabajar un día laborable o uno festivo, de modo que van a ser buenos para los empleados. En definitiva, es algo ilusionante. Yo afronto este escenario con mucha ilusión. Puede que igual peque de ilusa pero así me lo parece, porque si aparcamos este tema yo creo que podemos hacer otras cosas todos juntos de la mano.

-¿Había un pacto mejor para el pequeño comercio?

-Yo creo que no había un pacto mejor para nosotros. Las grandes empresas tenían que jugar su papel. El Corte Inglés quedaba cubierto con la zona centro, pero, por ejemplo, hay otro gigante dentro de Anged que es Carrefour, que está facturando mucho y bien los domingos, y que si se limitaba la zona liberalizada al centro se quedaba sin apertura en festivo. Para nosotros lo ideal habría sido que se limitara sólo al centro, pero creo que no hubiese sido posible, Anged nunca habría aceptado y les habría compensado meterse en una disputa judicial que nos habría perjudicado a todos. Para ellos estas dos zonas eran el mínimo. Había que entenderlo.

-Da la impresión de que el actual equipo de gobierno ha sabido acercarse más al sector que el anterior a la hora de legislar...

-Es un buen comienzo, pero nosotros también somos empresarios. Nos preocupa el tema de los horarios comerciales, pero también muchos otros como los impuestos. La subida del IBI a los comercios que nos aplicaron nada más llegar no nos pareció nada bien, y tampoco el tema de la accesibilidad al centro de Valencia, porque tenemos muchos atascos. No todo es bonito, pero en el tema de la liberalización horaria yo creo que se ha acertado.

-¿Cómo fue la relación con el PP?

-Yo tenía muy buena relación con la anterior concejala de Comercio, María Jesús Puchalt, pero en este punto estábamos distantes. Mientras que el Consell supo rectificar, a nivel municipal no se nos supo escuchar y fue un equívoco. Nosotros estamos en la calle y sabemos lo que ocurre. Creo que ahí se les han ido muchos votos porque el comercio mueve una cuarta parte del empleo en una ciudad. Este tema se gestionó mal. El exvicealcalde Alfonso Grau nos dijo 'esto es lo que hay' y se desaprovechó hacer un observatorio, se desaprovecharon muchas cosas. Y yo creo que les ha afectado, sinceramente. Porque somos muchos. Todas las personas votamos por un conjunto de aspectos sociales, obviamente. Pero este tema en particular ha pesado especialmente, sobre todo entre los trabajadores del comercio. En este sentido he de decir que el Consell, y en particular la conselleria de Economía de Máximo Buch, si supo rectificar y escuchar al sector tras las palabras de Fabra en las que dijo que toda la Comunitat iba a ser Zona de Gran Afluencia Turística.

"Hemos limpiado la imagen de división que tenía el comercio"

-Buch alertó de que la judicialización de la apertura en domingo podría extenderse de Valencia a toda España. ¿Se diluye ahora este peligro?

-Cuando se aprobaron las cinco zonas fuimos un ejemplo muy negativo para el resto de España. El resto de ciudades lo limitaron al centro y aquí desembocó en una judicialización por el agravio que denunciaron centros que se quedaron fuera como Gran Turia. Se nos ha visto como un foco preocupación desde el resto de España, por miedo a que los recursos prosperaran y la batalla judicial se extendiera por todo el país, y, sin embargo, ahora vamos a pasar a ser un ejemplo de consenso. Es un cambio que limpia nuestra imagen, la imagen del comercio dividido que teníamos.

-¿Qué otros retos llegan ahora?

-A nivel autonómico habrá que ver -cuando se constituya el Observatorio del Comercio de la Comunitat- si el acuerdo alcanzado en Valencia nos da estabilidad, porque hasta ahora el problema venía de que el área metropolitana veía cómo el 30% del comercio valenciano abría todos los días. Y por supuesto, lo que venimos pidiendo desde hace años: poder centrarnos en otros temas. Este tema nos ha permitido que el comercio se sitúe en el centro del debate, ahora hay que aprovecharlo para seguir trabajando. Otros temas como la liberalización de las rebajas nos han perjudicado incluso más que la apertura en domingo.

-¿Qué le piden ahora a la administración?

"hemos pasado de los megayates al turista de la mochila, que no consume"

-Qué quiere ser Valencia comercialmente es algo que nos tenemos que plantear para no dar vaivenes. Debemos saber qué quieren que piensen de Valencia a nivel comercial, y todas las acciones que hagamos deben ir encaminadas a posicionar esa imagen. Podemos ofrecer accesibilidad, calidad de vida, cultura, el mar... Valencia es una ciudad muy fácil de pasear comercialmente, con oferta diversa. Hay que sacar lo que nos distingue, nuestro diferencial, el 'porqué tengo que venir a Valencia', ofrecer ese plus. También debe reflexionar el Ayuntamiento sobre la relación entre el turismo y el comercio, porque hemos pasado de los megayates al turista de la mochila, que lo trae todo hecho y que no consume. No hay que caer ni en un extremo ni en el el otro. Valencia es una ciudad diversa y nos queda mucho por hacer.

-Ahora tienen un marco en el que debatir estos aspectos...

-Así es. Un organismo interrelacionado con todos los aspectos del ayuntamiwento era indispensable, y por fin tenemos el Consejo Local del Comercio. Ya en la primera sesión me gustó mucho porque se crearon comisiones de trabajo transversales y porque podemos tratar los problemas en un ámbito en el que está presente el poder municipal, los trabajadores y los consumidores. Ahí podemos llegar a acuerdos que se traduzcan en medidas.

-¿Cuáles son esos problemas?

Navidad es clave porque nos jugamos un tercio de la facturación y Valencia nunca ha hecho nada para ser atractiva

-Los temas que nos interesan son la competencia desleal, las falsificaciones -que es un tema que nos afecta a todos los formatos, porque no podemos permitir que en la ciudad haya espacios como pisos de venta ilegal, que los hay-... Este creo que va a ser un buen grupo de trabajo. Habrá otro sobre Navidad, que es un periodo clave porque nos jugamos un tercio de la facturación de media y Valencia nunca ha hecho nada para ser atractiva en Navidad. Muchos valencianos se van a Londres o a Madrid a ver la ciudad por lo bonita que está, y si Valencia hace algo en estas fechas es sólo por iniciativa de los comerciantes.

"Las fallas son nefastas para el comercio; hay que darle la vuelta al calcetín"

-¿Hablarán de Fallas?

-En efecto. En la actualidad las Fallas son nefastas para el comercio porque suponen casi un mes de carpas y chiringuiros y la gente va con el chip de que en Valencia no se puede entrar en todo este tiempo. Tenemos que darle la vuelta al calcetín, no criticar las Fallas, sino ponerlo en valor y compatibilizar. ¿Vamos a seguir enfrentados? Yo creo que lo que es bueno para Valencia es bueno para mí. Es un gran trabajo porque hay muchos agentes y todos estamos descontentos en alguna medida. Pero la situación se nos ha ido de las manos y hay que encauzarla.

-En efecto, como usted dice, se le ve ilusionada...

-En líneas generales salimos contentos del Consejo Local del Comercio porque vimos la posibilidad de avanzar en cosas. Se comenzó por el tema de los horarios porque veíamos que si no llegábamos a acuerdos en esto el resto de cuestiones se podían enquistar. Nos pareció que era peligroso. El tema había que zanjarlo y coger el toro por los cuernos. Y así se ha hecho.

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