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exposición en la fundación bancaja

Joan Cardells, más allá de la Realidad

24/09/2021 - 

VALÈNCIA. En la segunda planta de la Fundación Bancaja se rinde homenaje a dos de las figuras más relevantes del arte valenciano en la segunda mitad del siglo XX. Por una parte, se recoge la mayor retrospectiva jamás realizada a Joan Cardells, artista miembro del Equipo Realidad que tomó el vuelo hacia otros disciplinas, narrativas y preocupaciones, hacia su propio manera de entender el mundo; por otra, la exposición cuenta con el espectro del comisariado de Tomás Llorens, investigador y gestor cultural, que trabajó hasta sus últimas días en esta muestra junto a su hijo, Boye Llorens. La segunda planta de la Fundación Bancaja es una exposición que es también la celebración de dos voces imprescindibles. 

La exposición reúne cerca de 200 piezas de la trayectoria íntegra en solitario de Cardells, desde 1976 hasta poco antes de su muerte. El valenciano, que ya había fijado su interés en la nueva figuración que promovía una escena de artistas parisino, le hace abandonar el realismo social que tanto había desarrollado hasta entonces. Este abandono tiene un punto de no-retorno, en el que su nueva obsesión será la de no querer encajar en nada, en ningún movimiento, y decide explorar las limitaciones del propio arte.

Por eso utiliza el cartón cosido, la uralita, el hierro fundido, el bronce, la cera, y el grafito sobre papel o mármol. Materiales con los que explora figuras y formas, para conocer su naturaleza misma y su relación con el artista. Con estas materias primas, cruza elementos y figuras, elementos cotidianos que abstraer para aislar su fuerza visual. La abstracción de Cardells no viene de ningún don sinestésico, sino de una firma voluntad de explorar el misterio de la cotidianidad y extraer lo poético de lo común. Boye Llorens explica que “la poética en la obra de Joan Cardells es algo imprescindible”: fue el eje central de un texto de su padre para un catálogo artístico en 2005 y fue el punto de partida con el que mirar su trayectoria artística para conformar esta exposición.

Las cartelas también desvelan otro secreto de Cardells: su obra está disgregada entre muchas galerías, colecciones privadas e instituciones públicas. “No le interesaba el mercado del arte, y nunca le prestó especial atención”, explica Boye Llorens. Algunas de las piezas que se muestras son inéditas porque forman parte de una venta antes de exposición, mientras que otras, como un relieve creado para una exposición impulsada por el Ministerio de Exteriores en Estrasburgo y que se depositó en almacenes del Reina Sofía pero que no fue ni estudiada ni exhibida, salen a la luz. La retrospectiva incluye la exhibición por primera vez del libro de autor de Joan Cardells, que fue un proyecto encargado por Josep Maria Benach de Àmbit Galeria d’Art y del que se exponen varios pliegos.

Cardells, sin ataduras, explora a lo largo de su carrera y estos más de dos centenares de obras, varios estilos, soportes y obsesiones temáticas. La más esencial: “el dibujo le llevó a la escultura, y esta de vuelta al dibujo. Entre medias, quería ver los límites de estas disciplinas”, comenta Llorens.

Con motivo de la exposición se presentará un catálogo con la reproducción de las obras en su montaje en la Fundación Bancaja, junto con el texto de investigación y la cronología de Tomàs Llorens y Boye Llorens, y una entrevista realizada por Rafael Ballester Añón a Joan Cardells en 1989.

En la primera parte de la exposición, se reúnen las obras referidas a la figura humana, siempre en actitud dinámica. Son fundamentalmente operarios de oficios industriales o artesanales, y personajes envueltos en “riñas”, que remiten al mundo del cómic y la publicidad. Muestran, en el primer caso, el interés que despertó en él su paso por la Escuela de Artes y Oficios, y, en el segundo, la fascinación por la ilustración gráfica en sus primeras lecturas infantiles.

La segunda parte de la exposición recoge las obras de carácter estático, tratadas con la solemnidad y el aplomo de las naturalezas muertas o bodegones, y donde la figura se reduce a la huella de lo humano, de sus ropajes o del producto de su trabajo. Los materiales de las esculturas reflejan cualidades de dibujo. Pero los dibujos proponen composiciones con las propias esculturas y permiten comprender la retroalimentación continua entre las disciplinas del dibujo y la escultura en la obra de Cardells.

La Fundación Bancaja las pinceladas que se han podido ir viendo en prácticamente todas las ventanas expositivas de la ciudad de València (y otras muchas de Madrid) hasta ahora, pero lo hace de manera inédita, otorgándole la grandeza de toda una vida de exploración artística en solitario.

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