VALÈNCIA (EFE). El alcalde de València, Joan Ribó, quien en 2015 se convirtió en uno de los llamados "alcaldes del cambio" en España tras derrotar a la popular Rita Barberá, ha despejado finalmente la incógnita y ha hecho público este martes que aspirará a un tercer mandato como candidato de Compromís a la alcaldía en 2023.
Han sido numerosas las ocasiones en las que durante los últimos meses se le ha preguntado si sería de nuevo el cabeza de cartel de Compromís para los comicios de mayo, a lo que respondía que no lo tenía decidido, mientras sopesaba los proyectos pendientes, su situación personal y el periodo complicado que se avecina por las repercusiones de la guerra en Ucrania.
Ribó, nacido en Manresa (Tarragona) en 1947 y quien este sábado cumplió 75 años, ha optado por ponerse de nuevo al frente de la candidatura de Compromís en la tercera ciudad más grande de España si así lo quieren sus compañeros, una vez recuperado de una hernia discal que le ha dado guerra en los últimos meses.
Había mantenido que no pensaba estar más de dos mandatos en la alcaldía de València, si bien ha considerado que la pandemia ha obligado a dedicar dos años de atender los problemas urgentes que ha generado, lo que ha impedido desarrollar proyectos en ese periodo.
Dio la campanada hace siete años, cuando acabó con 24 años de hegemonía de la denominada "alcaldesa de España", Rita Barberá, después de que Compromís se convirtiera en la segunda fuerza más votada, y junto a socialistas y Podemos (con la marca València en Comú) la izquierda sumara mayoría absoluta.
Su primer gesto como alcalde fue renunciar a la vara de mando, como muestra de su intención de gobernar desde la proximidad y junto a la gente, y en su primer día en esta nueva responsabilidad no dudó en acudir al Ayuntamiento en bicicleta, un medio que hasta entonces había utilizado de manera habitual para desplazarse.
Comenzó entonces un cambio de ciclo político en València en el que la formación valencianista hizo bandera de las políticas de movilidad -con más carriles bici y zonas peatonales-, las políticas sostenibles -con más zonas verdes- y las políticas sociales basadas en la igualdad, la diversidad o la solidaridad.
En las elecciones de 2019, este pequeño partido se convirtió por primera vez en el más votado en València, donde ha sabido mantener el voto de la izquierda urbana y los profesionales liberales que los socialistas perdieron hace años, y volvió a gobernar, esta vez con un único socio, el PSPV-PSOE, con el que las fricciones públicas han sido numerosas en estos dos mandatos.
Quienes conocen a este catedrático en Ingeniería Agrónoma aseguran que si Ribó ha decidido volver a presentarse es para mantenerse los cuatro años de la legislatura -se ha llegado a especular que por su edad podría retirarse a mitad del nuevo mandato- y, de esta forma, cerrar un ciclo en el que se considera que ha hecho una buena gestión.
Desde la oposición se cree, sin embargo, que el de Ribó es un proyecto "agotado" y que no ha cumplido con el lema de "rescatar a las personas", y el PP ya ha anunciado que si gobierna en 2023 se afanará en revertir algunas actuaciones de movilidad y medidas como la anunciada tasa turística.
El también coportavoz de Compromís lleva tres décadas en el mundo de la política -con algún paréntesis para volver a su trabajo de profesor de secundaria-, donde ha sido miembro del Partit Comunista, coordinador general de Esquerra Unida del País Valencià y diputado en Les Corts Valencianes, hasta que en 2011 llegó al Ayuntamiento de València como concejal de la oposición.
Ribó ha dado el paso adelante para ser alcaldable cuando faltan ocho meses para las elecciones municipales de 2023 y justo cuando la coalición acaba de ratificar el protocolo de primarias que regirá ese proceso, y que entre otras novedades permitirá que en València las listas se elaboren por consenso del colectivo local y no por votaciones en primarias.