VALÈNCIA. “El entorno está cambiado a gran velocidad y tenemos que aprender con gran celeridad y eficacia” asegura el filósofo, escritor y pedagogo José Antonio Marina, que este miércoles clausuró el XXX Seminario de Ética Económica y Empresarial de la Fundación Étnor “Caminos de futuro en tiempos de coronavirus. Una perspectiva ética”.
En su conferencia Proyecto Centauro: una inteligencia expandida para una realidad digitalmente expandida, presentada por la directora académica de Étnor, Adela Cortina, Marina se ha referido a estos cambios del entorno y al aprendizaje que exigen a la sociedad. “Toda persona, institución, empresa o sociedad para sobrevivir necesita aprender, al menos, a la velocidad a la que cambia el entorno. Si quiere progresar lo debe hacer a más velocidad”, asegura.
Marina se ha referido al diferente enfoque de la pandemia de los países occidentales y los asiáticos y a la ofensiva de China para reivindicar sus valores universales y sus tres prioridades que la distinguen y oponen a los valores occidentales: prioridad de los derechos sociales sobre los individuales; de los deberes sobre los derechos y prioridad de la armonía sobre la libertad. “No son tres afirmaciones como para tomarlas a broma”, advierte Marina, “forman parte de un debate que si no lo llevamos bien puede resentir al mundo occidental y es difícil que lo llevemos bien porque el mundo occidental, en lo que se refiere al pensamiento ético, está pasando horas muy bajas”.
Por otro lado, la idea de universalidad se está perdiendo -y en ello tiene mucha responsabilidad, en su opinión, los partidos de izquierda que abandonan la idea de los derechos universales y defienden valores identitarios-. Además, y aunque siempre ha habido bulos y fake news, ahora no está claro que haya una verdad, “hay hechos alternativos y cada hecho alternativo puede tener una verdad alternativa”, asegura.
Los avances tecnológicos indican que en poco tiempo podemos asistir a un cambio en la especie humana por la convergencia de cuatro tecnologías: la ingeniería génica, la neurología cognitiva, la nanotecnología y la inteligencia artificial, explica Marina. Esto va a dar lugar un mundo de “realidad aumentada”, un mundo en el que cada sujeto puede recibir de forma simultánea información perceptiva y digitalizada. Los sistemas de inteligencia artificial van a tener cada vez más influencia en la toma de decisiones de los seres humanos. Sin embargo, estos sistemas de inteligencia artificial pueden aprender pero no comprender. “Son sistemas coherentes, pero sin comprender no se pueden tomar decisiones buenas”, asegura Marina.
Una de las características de los seres humanos es crear herramientas, artificios que amplian las posibilidades de acción. Lo fueron el lenguaje y posteriormente la escritura, explica Marina, y ahora tenemos una colosal que son las herramientas de inteligencia artificial. “Igual que las otras herramientas mentales cambiaron el cerebro en un corto plazo de tiempo, son sistemas complejos y potentes que producirán cambios en el cerebro en poco tiempo”.
José Antonio Marina recurre a un personaje ficticio, Usbek, procedente de una civilización más adelantada del futuro que ofrece algunos consejos para este aprendizaje: “Preocúpense menos de la tecnología y responda a una pregunta esencial: ¿a qué tipo de persona encomendaría su futuro o el de sus hijos? Y luego inventen la tecnología. Nosotros hicimos al revés: dejamos que la tecnología definiera nuestro modo de ser humano y hemos llegado a una sociedad eficiente, hiperracional, hedonista e implacable”.
Para no cometer los mismos errores, Marina considera fundamental que la toma de decisiones siga residiendo en la inteligencia neuronal, en las personas, aunque la mayor cantidad de información este en los poderosos sistemas de inteligencia artificial. El Proyecto Centauro insiste en la formación de los nodos, como medio de hacer más inteligentes las redes, y no al revés”.
El president de la Generalitat, Ximo Puig, ha intervenido en la apertura y ha agradecido la labor de Etnor en sus 30 años de historia por “hacernos preguntas incómodas e interiorizar el principio de no ser indiferente a nada”. A pesar del actual clima de polarización política, Puig asegura que en los últimos tiempos se ha producido un despertar ético que permite observar con optimismo los aprendizajes de la sociedad tras la pandemia. El `plan de vacunación universal que plantea Europa, la nueva fiscalidad, el control de los paraísos fiscales y el ejemplo ético de las empresas apuntan en esta dirección. A diferencia de otras crisis, existe hoy una conciencia de que las desigualdades también producen una gran fractura social que afecta a nuestra estabilidad, asegura el President de la Generalitat. “El neoliberalismo ha fracasado”, concluye.
En el cierre del XXX Seminario de Étnor, su presidente, Pedro Coca, junto a Adela Cortina, han tenido palabras de recuerdo y reconocimiento para Emili Tortosa, fundador de Étnor junto con Cortina, fallecido el pasado mes de noviembre. “Podemos asegurar que el proyecto en el que puso empeño, honestidad y amor, es hoy un proyecto respetado y útil en una sociedad que necesita recuperar las referencias y afirmar sus valores” afirma el presidente de Étnor. Coca también ha reconocido la gestión de su antecesor, Enrique Belenguer, que deja Étnor “en aguas tranquilas” tras la crisis de 2008 y siguientes. El presidente de Étnor, que ha emplazado a los presentes a participar en el acto del trigésimo aniversario de Étnor que se celebrará en el último trimestre, ha concluido con un compromiso firme de sus principios fundacionales. “La sociedad que estamos construyendo no se puede permitir vivir sin alimentar sus valores. Este es el espacio en el que Étnor tiene su papel generando transferencia desde el mundo del pensamiento ético hasta la praxis de ese pensamiento en las empresas y organizaciones”, asegura.