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Presidente de la Comisión Nacional Mercados y de la Competencia

José María Marín: "Entre la colusión y la corrupción no hay espacio"

8/11/2016 - 

VALENCIA. La Comisión Nacional de Mercados y de la Competencia (CNMC) ha estado en Valencia y se ha entrevistado con el Gobierno Valenciano. En la agenda había varios frentes abiertos, nuevos y antiguos: los transportistas portuarios, los horarios comerciales, los colegios profesionales, las gasolineras “low cost”… Su presidente, José María Marín Quemada también se ha entrevistado con los empresarios valencianos. Por la mañana desayunaba con la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) y por la noche se reunía “para filosofar”, en sus propias palabras, con el Foro de Opinión Cívico de la Comunidad Valenciana. En la mesa había una importante representación de los colegios profesionales valencianos.

Y, efectivamente, comienza filosofando sobre los colores del Guernica, lo que vemos, los grises y negros, y lo que hay debajo, rojos y amarillos. “Y vamos a quedarnos con el fondo”, decide. Por eso decide también, en su función supervisora, apostar por “una nueva forma de entender la economía y de hacer negocios”. Marín Quemada se emociona cuando describe un mundo que no está cambiando sino que ya está aquí y que ha venido para quedarse, una nueva forma de ser empresa. “Ahora utilizamos internet para hacer pedidos, comprar el billete de un avión, un libro, un taxi. Y el que nos vende un teléfono, nos vende la banda ancha y contenidos audiovisuales y ahora electricidad. Que las empresas no pierdan de vista que los canales de comercialización son esos. Y quien nos lleva el libro a casa es una empresa en Estados Unidos que tiene una gran red logística de distribución. Este es su mercado local y no coincide con fronteras locales ni autonómicas ni nacionales. Y surgen los miedos, las desconfianzas, los recelos de que las cosas ya no van a ser para siempre”.

El Presidente de la Comisión Nacional de la Competencia habla de la Escuela de Pensamiento de Toulouse, de la Escuela de Harvard, con el Premio Nobel de los contratos. Y explica, “estos son los contratos que importan, los contratos entre el Estado y los ciudadanos, un intercambio no estrictamente comercial, que va más allá. ¿Qué es lo que hay entre ambos? Esta plataforma, esa conjunción que pretende visualizar los desafíos del mundo. Y tenemos que adaptar la normativa a las exigencias sociales”. Marín añade que “los miedos hacen que nos anclemos en distintos tipos de conducta. ¿Podré mantener lo que se venía haciendo hasta ahora? No se va a poder mantener. ¿Voy a mantener mis privilegios por proximidad a las autoridades? No. ¿Y si es una conducta antisocial? No, porque los periódicos se encargan de contarlo”.

Didáctico también, José María Marín explica el fin último de agencias como la CNMC, que  aplican las leyes, supervisan y vigilan que se cumplen las exigencias de la competencia. “¿Para qué? Para conseguir el bien común, que es el bienestar de los ciudadanos, la generación de rentas, de empleo, de bienestar…. El Estado también lo procura, pero cada uno en su dimensión”, añade.  Para Marín, “hay que salir a competir con las leyes de competencia de 2007, aunque deberían revisarse. Nuestras leyes de competencia son las del mundo occidental, que son iguales a las del Tratado de la Unión Europea”.

Haciendo de abogado del diablo, el presidente de la CNMC comentaba que “el mundo exige competencia porque exige criterios de productividad. Hemos desarmado 14 cárteles con 250 empresas. En una entrevista con la autoridad holandesa hace unos meses, vinieron los medios para ver cómo desarticulábamos los cárteles. Les pregunté por qué se fijaron en nosotros y me dijeron: ‘Es que en España tenéis muchos cárteles’. Me produjo sonrojo porque me lo dijo, pero también porque es verdad”.

Marín sentencia. “Eso no puede seguir siendo así. La práctica de competencia es un ejercicio extremadamente sano para las empresas y lo contrario es la colusión. Y entre la colusión y la corrupción no hay espacio. ¿Cómo vamos a crear un tejido empresarial sano basado en el amiguismo, en el aquí no entra nadie… Están cambiando los tiempos y tenemos que cambiar. Esto les valió a algunos para lo que fuera pero estamos en otra dimensión. La Comunitat Valenciana, su empresario no puede competir en esas condiciones, las tienen que rechazar. Estas nuevas formas de comprar y vender, de competir, de relacionarnos es a donde vamos”.

Veladamente, el presidente de la CNMC se refirió a los casos de corrupción que han asolado la Comunitat Valenciana en los últimos años a la sobra de las administraciones públicas. “Aquellos que se aferren a las viejas prácticas irán desapareciendo. Y el tejido empresarial más obsoleto o se transforma o se muere.  Es cuestión de supervivencia. Y frente a eso está decir: ‘Voy a buscar a mis protectores, que es la institución de turno’. ¿Para vivir dos o tres años? ¿Para salir en los periódicos? Muchas veces el problema está en el propio desconocimiento del sector público: como las recogidas de basura, las obras públicas. Hay determinados gobiernos en Comunidades Autónomas o en ayuntamientos que han actuado así por desconocimiento. Por eso la CNMC da formación e información a funcionarios y a empresarios. Por que a veces hay grises en las conductas”.

Ante una amplia representación de los colegios profesionales, Marin defendió la liberalización de los servicios. Y se refirió expresamente al sector del taxi y su polémica con Uber. “Lo que tiene que ver el sector del taxi en Uber son oportunidades de negocio y decir ‘voy a aplicar la misma aplicación y te voy a cobrar’. Si están ustedes en el mundo de la empresa, sean empresarios”. Por ello insistió en que “los excesos regulatorios están de sobra. Parece que quien tiene el BOE tiene razón y no siempre la solución está en regular. Sobre todo, porque vamos hacia un mercado sin límites, hacia un mercado mundial”.

No rehuyó la cuestión de la noche, la de la regulación profesional a través de los colegios profesionales, cuestión pendiente de reglamentar tras la liberalización de la prestación de servicios por parte de la Unión Europea y cuyo Reglamento aún no ha sido desarrollado por España. Marín expuso su posición: “Respecto a los colegios profesionales, si alguien tiene un título que le valida, pienso que es suficiente y que nos da igual que pertenezca a un colegio u a otro o a ninguno. ¿Un arquitecto puede hacer un informe sobre la resistencia de materiales? ¿Tiene que pertenecer a un colegio y a otro? Yo no puedo hacer el informe sobre resistencia de materiales, pero un arquitecto sí. Ademas, hay colegios con problemas para asistir a sus colegiados en sus responsabilidades, porque antes se asistía en mercados locales, pero ahora se asiste en mercados globales. Hay que adaptarse”.

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