«Siempre tuve claro que trabajaría en el sector financiero»

VALÈNCIA.- José Samper Hiraldo (San Sebastián, 1975) lleva uno de los apellidos más financieros de los que ha dado la City valenciana. Su padre, José Samper, fue corredor de Comercio y agente de Cambio y Bolsa —destinado en Donostia cuando nació su vástago—, cofundó la agencia de valores Cano, Piquer y Samper y fue presidente de la Bolsa de Valencia. De ahí que siempre estuviera en contacto con este ‘mundillo’ donde su padre le enseñó a observar, preguntar y escuchar. «La tradición familiar y el gusto por la vocación del servicio me llevó a encauzar mi vida laboral por el sector financiero. Siempre lo tuve claro», apunta este licenciado en Derecho por la Universidad CEU San Pablo de Madrid, con estudios en Derecho Comunitario y Económicas y con el EFA bajo el brazo.

 Actualmente en la plaza financiera valenciana no queda ninguna agencia de valores autóctona. A juicio de este apasionado de la vela, tenis, pádel y, sobre todo rugby —que tanto curte a la hora de trabajar en equipo­—, el motivo es que «la tecnología ha desplazado a los centros de decisión hacia otros lugares y si, encima, se suma la concentración de entidades encontramos el porqué de ello». Defiende la necesidad de que los poderes públicos comprendan la importancia de que València sea actractiva para las empresas de servicios financieros para reforzar esta plaza y pide «fomentar la cultura financiera como lo viene haciendo desde hace muchos años la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros (FEBF)».

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Samper, que pasó por Chase Manhattan Private Bank —hoy integrada en JP Morgan—, BNP Paribas y Deutsche Bank Wealth Management, fue elegido por Banco Alcalá, entidad perteneciente al grupo financiero Crèdit Andorrà, hace un año, para que llevara las riendas en su implantación en València y su expansión al resto de la Comunitat. «El hecho de que los responsables del banco consideren una plaza económica muy importante, con presente y futuro, y el convencimiento de que hay una oportunidad en el mercado para las entidades focalizadas en banca privada con una alta capacidad de especialización y de servicios me hizo decantarme por ellos junto a Sergio Montesinos, que también tiene mucha experiencia en el sector», reconoce, mientras recuerda que casi un 75% del sector de la banca privada en España está concentrado en grandes entidades generalistas.

La importancia de contar con un buen equipo gestor es fundamental «porque al final la rentabilidad de las carteras depende de factores externos pero el buen hacer, posicionamiento y la revisión continua marcan la diferencia» en un sector que no para de renovarse y más con la aparición del fenómeno fintech pero que a la postre lo que se impone es «el personal». Así de claro lo tiene este financiero que recomienda tener una buena formación y un criterio definido como aspectos básicos a tener en consideración por aquellos interesados en este mundillo tan competitivo. «Si estás especializado, te sigues formando y tienes criterio, tienes mucho ganado».

El balance en los doce meses que lleva Banco Alcalá en València es «muy positivo» por «la respuesta de los clientes que han confiado y reconocen nuestro valor añadido. Estamos muy satisfechos de la acogida que estamos teniendo», reconoce Samper a la vez que advierte sobre el potencial de crecimiento que tiene la banca privada —y más en la Comunitat Valenciana— «por el tirón económico de una región centrada en los dos ejes de crecimiento de Europa: turismo y exportaciones. Esperamos buenos años en el sector y un desarrollo positivo de la industria valenciana».

Banco Alcalá está especializado en banca privada, cuyos aspectos fundamentales son la profesionalización y el trato con el cliente. No ha dejado pasar la oportunidad de implantarse en la plaza financiera local porque considera que es un lugar relevante en España, con perspectivas de crecimiento y de ahí que busque ser un player destacado.

Precisamente el trato con el cliente —«especialmente con el empresario que te permite ver diferentes aspectos y maneras de acercarse a la economía»— es lo que más le gusta de su trabajo. ¿Lo que menos? «La poca visibilidad que ha tenido hasta ahora nuestro sector donde no se ha reconocido la especialización aunque ahora eso empieza a cambiar». Un cambio que viene de la mano de la MiFID II, «un buen paso que aportará transparencia, dotará de confianza al cliente y profesionalizará el sector. Es una buena noticia», declara Samper a Plaza.

Por último reconoce que trabajar en banca no es una profesión de alto riesgo ante los masivos despidos que está sufriendo el sector sino más bien todo lo contrario. «Es un sector lleno de oportunidades donde los cambios tecnológicos y de regulación provocan muchos movimientos. Además otra cosa: la banca privada ofrece soluciones para complementar la pensión de una población cada vez más envejecida».  

* Este artículo se publicó originalmente en el número 40 de la revista Plaza