VALÈNCIA. El Festival de Piano Iturbi, que organiza la Diputació de València, llega a la recta final de su segunda edición con tres últimas actuaciones: el programa Quintetos con piano II con el pianista Carles Marín, Roberto Turlo (oboe), Vicente Alberola (clarinete), Salvador Sanchis (fagot) y María Rubio (trompa), que actuarán en el Centre Cultural La Beneficència, hoy miércoles 2 de noviembre; un ‘concierto de conciertos’, en colaboración con el Palau de la Música y fruto de la colaboración institucional, a cargo de la Orquestra de València, dirigida por Manuel Hernández Silva, con los pianistas Carlos Apellániz, Claudio Carbó, María Linares, Óscar Oliver y Xavier Torres, Diego Ares (clavecín) y Antonio Simón (fortepiano y piano) en el Teatre Principal el jueves 3; y un recital del pianista catalán Josep Colom, que clausurará el festival en L’Almodí el viernes 4, todos a las 19.30h.
La de la Orquestra de València será una cita singular y ha generado enorme expectación, ya que se agotaron las entradas en cuanto salieron a la venta, y porque se abordarán, por primera vez juntos en la historia de la música, el Concierto para cuatro teclados, en la menor, BWV 1065 de Johann Sebastian Bach; el Concierto para tres pianos, en Fa mayor, K 242 de Wolfgang Amadeus Mozart, el Concierto para clavecín y fortepiano, en Mi bemol mayor, H 479 de Carl Philipp Emanuel Bach, el Totentanz, danza macabra S 126 (para piano y orquesta) de Ferenc Liszt, y el Concierto para piano número 4, en Si bemol mayor, para la mano izquierda, opus 53 de Serguéi Prokófiev, interpretado en muy pocas ocasiones.
En las notas al programa de Eduardo Torrico, tituladas Prodigioso recorrido por la historia del teclado, el crítico musical asegura que “creo que no se han visto reunidos en un mismo concierto (al menos, en España) varios pianos, un fortepiano y un clavicémbalo”, y explica las diferencias entre estos instrumentos “de una misma familia, aunque no siempre bien avenidos”, y con “pocas coincidencias en sus ADN”.
Torrico considera que el compendio “servirá al oyente para disfrutar de las sonoridades de estos tres instrumentos”, en un programa que es “ejemplo de pacífica convivencia entre periodos musicales”, comienza en el Barroco de Bach, transita por el Estilo sentimental de su hijo Emanuel, el Clasicismo de Mozart; se adentra en el siglo XIX con Liszt y concluye en pleno siglo XX con Prokófiev. “Todo un seductor recorrido cronológico en el que se podrá apreciar y entender la evolución del teclado a lo largo de las tres pasadas centurias”.
Las entradas para los conciertos son gratuitas hasta completar el aforo. Se pueden conseguir online, en el Centre Cultural La Beneficència y, para los conciertos en colaboración con el Palau de la Música, en su propia web.
El colofón al II Festival de Piano Iturbi llegará cuando el pianista catalán Josep Colom, uno de los nombres propios de la historia del piano español, aborde un ambicioso programa en L’Almodí el viernes 4 de noviembre a las 19.30h. En la primera parte, brindará el Preludio, coral y fuga de César Franck, la Pequeña danza española de José Iturbi, Piano-Rag-Music y Tango de Ígor Stravinski y la Fantasía Baetica de Manuel de Falla. Concierto y Festival concluirán con los Doce estudios opus 25 de Chopin.
Arturo Reverter analiza las piezas en las notas al programa de un concierto, “hermoso y bien trabado, que abre un mundo lleno de significados, de claroscuros y de sugerencias”. El crítico musical indica que Colom, tras la obra de Franck, hará un “bonito homenaje al pianista, director y compositor que da título al Festival al programar esta diminuta pieza, espumosa y ligera, de aire limpiamente popular”. Es de 1934, año en que Iturbi la publicó con una dedicatoria a su hija, y señala el “parentesco con algunas de las piezas que componen la Iberia de Albéniz”. En relación con Piano-Rag-Music, en la que Stravinski quería realizar una parodia de ese género musical estadounidense, subraya que “fue estrenada por José Iturbi en Lausana en 1919”.
De la Fantasía Baetica, apunta que “es un pieza difícil –de oír y de tocar– áspera, dura, martilleante, pero dotada de un extraño atractivo telúrico, ancestral, de una fuerza y de una tensión casi insoportables; y que la melodía “es abrupta, masculina, se identifica con el ritmo y con los demoledores acordes, recios y disonantes. Es la esencialización de lo jondo”. Respecto a los Doce Estudios de Chopin, compositor que “abrió nuevos cauces tanto en la estructura como en el lenguaje”, Reverter expone la opinión de Stephen Heller en 1839: “Veo en esta colección verdadera poesía, una palabra muy adecuada para las obras de Chopin”; y la de Schumann, recogida por Justo Romero, que reconocía que “son verdaderos cuadros poéticos que dan prueba de la audacia de su fuerza creativa”.
El Festival de Piano Iturbi, bajo la dirección artística de Justo Romero, cuenta con la colaboración del Ajuntament de València, del Palau de la Música, del Institut Valencià de Cultura a través de la Direcció Adjunta de la Música i Cultura Popular, de la Real Academia de España en Roma adscrita al Ministerio de Asuntos Exteriores, del Palau de les Arts Reina Sofía y del Festival Piano aux Jacobins; y se lleva a cabo en diferentes escenarios de la ciudad de València (Teatro Principal, Palau de les Arts, Centre Cultural la Beneficència y L’Almodí).